Del primero de junio al 30 de noviembre de cada año, los habitantes del Caribe y la costa oriental de los Estados Unidos estamos en máxima alerta. ¿Por qué? Porque es el período conocido como ‘la temporada de huracanes’, esos fenómenos naturales que en el pasado han provocado tragedias lamentables, con cuantiosas pérdidas humanas y daños invaluables. Son una verdadera pesadilla.

Esta vez, sin embargo, hay un huracán distinto: uno positivo que promete estremecer no solo Miami, sino toda la geografía estadounidense. ¿A qué me refiero? Al desembargo del argentino Lionel Messi, el mejor jugador del mundo, capitán de la selección campeona mundial, en el Inter Miami. Un club modesto hasta ahora en lo deportivo, al punto que es último en las posiciones.

Después de encumbrarse como el mejor jugador del siglo XXI en las filas del FC Barcelona de España, Messi tuvo un turbulento desembarco en el PGS francés. En París vivió dos años difíciles en los que no logró sintonía con la caprichosa afición y, por eso, decidió tomar un nuevo rumbo. Y eligió Miami, pero no solo por las playas y el clima, sino porque es un negocio muy rentable.

Sí, para él, para el club, para la ciudad y para la liga MLS. Una historia muy distinta a la que se vivió por allá en 1975, cuando el brasileño Pelé, O Rei, que se había retirado un año antes y, según él mismo relató en su biografía oficial, regresó por problemas financieros. Lo hizo con la camiseta del Cosmos de Nueva York, a cambio de un astronómico salario de 2,8 millones de dólares de la época.

Por aquel entonces, un grupo de visionarios empresarios luchaba contra lo imposible: sembrar la semilla del soccer, el fútbol tradicional, en la tierra del fútbol americano. Otros exastros como el holandés Johan Cruyff, el alemán Franz Beckenbauer, el inglés George Best o el italiano Giorgio Chinaglia, se unieron a la aventura. Que claudicó en 1984, pero cumplió con el cometido.

Sí, porque a finales de 1993, mientras EE. UU. se preparaba para ser sede de la Copa Mundial de 1994, se estableció la Major League Soccer (MLS), que hoy tiene como estrella más brillante a Messi. Hoy, según una encuesta realizada por la consultora Gallup en 2019, el 31 por ciento de los estadounidenses se declara fanático del soccer. Y con Messi en la liga, la cifra va a crecer más.

Porque Messi, más allá de ser el mejor del mundo en el terreno de juego, es también un imán que atrae multimillonarios patrocinios e inversiones. De hecho, el aterrizaje del astro argentino en Miami es más, mucho más que una simple transferencia deportiva. Se trata, en esencia, de un potencial multimillonario negocio con jugadores como Apple, Adidas y la propia MLS, entre otros.

A diferencia de Pelé, que se había retirado, y de lo que dicen sus detractores, Messi no llega a la MLS para disfrutar de un plácido final de carrera. Sigue siendo el mejor jugador del mundo, está en pleno apogeo y, por si esto fuera poco, también es un exitoso hombre de negocios. ¿Lo sabías? Ha invertido en una marca de ropa, en hoteles (cuatro) y es muy activo en el mercado inmobiliario.

Si bien los términos del contrato son privado, como es habitual algunos dichos han trascendido. Por ejemplo, se dice que ganará 150 millones de dólares por tres temporadas, un salario sensiblemente inferior a lo que percibía en París. A cambio, le otorgaron parte de las ganancias de los derechos de transmisión, de las ventas de Adidas y la prioridad para negocios en Miami, entre otros beneficios.

Mientras Pelé fracasó en prácticamente todos los negocios que emprendió fuera del fútbol, Messi es una mina de oro ambulante. Y, si no, que lo digan los otros ganadores de este partido. El primero es, sin duda, Apple. ¿Por qué? Porque a mediados de 2022 adquirió los derechos de televisión de la MLS, exclusivos, por una década. ¿El valor del convenio? 2.500 millones de dólares.

Con Messi jugando como imán de prospección, las cifras de afiliados al servicios de Apple TV van a crecer como espuma, sin duda. Dos días después de que se anunciara el aterrizaje de Messi en la MLS, a comienzos de junio, el número de suscriptores creció en 2,2 millones. Además, la empresa y el jugador llegaron a un acuerdo para realizar una docuserie de 4 capítulos sobre su trayectoria.

Adidas, por su parte, es aliada de Messi desde que el argentino era un jovencito. Es la marca que viste a 29 de los 30 equipos de la MLS y, también, a la Selección Argentina. No solo acordó darle al deportista parte de sus ingresos, sino también un derecho preferencial para abrir una franquicia el día que se retire de los terrenos de juego. Una jugada supermillonaria de Messi, sin duda.


Lionel-Messi-MLS

Los hermanos Jorge y José Mas Santos y David Beckham, artífices de la llegada de Lionel Messi al Inter Miami.


Tras bambalinas, igual que en el mundo de los negocios, del marketing, los estrategas, los artífices de este inesperado giro de la carrera de Messi. ¿Quiénes? Los propietarios del Inter Miami. Son los hermanos Jorge y José Mas Santos y el exfutbolista inglés David Beckham. Sí, el esposo de Victoria, la Spice Girls, y que fuera una gran estrella con Inglaterra y Manchester United y Real Madrid.

Los hermanos Mas heredaron la fortuna de su padre Jorge Mas Canosa, nacido en Santiago de Cuba, que emigró de la isla en 1960 y se instaló en La Florida. Desde allí se convirtió en una voz de los disidentes y en acérrimo enemigo de la revolución socialista. Incursionó en la política, bajo las banderas del partido Republicano, y fundó la compañía MasTec, hoy comandada por sus hijos.

En 2007, tras una exitosa trayectoria en el Real Madrid, Beckham se vinculó a Los Ángeles Galaxy con un contrato valorado en 255 millones de dólares. Este incluía el salario, el reparto de ingresos, patrocinios, apariciones y licencias y posibilidad de adquirir una franquicia. Se calcula que su fortuna asciende a 450 millones de dólares gracias a los réditos de negocios variados.

El principal ingreso proviene de Beckham Brand Holdings, la empresa que creó con su esposa Victoria. También está DB Ventures, que maneja el patrocinio de productos y los derechos de imagen. Beckham tiene acuerdos de patrocinio con Adidas, H&M y Samsung, entre otros. También está Guild Esports, una organización británica de deportes electrónicos. Pero, eso no es todo.

Desde 2015, Beckham presta su nombre a la marca de whisky Haig Club Clubman, proveniente de la destilería de whisky más antigua de Camberon Bridged (Escocia). Igualmente, es accionista en Cellular Goods PLC, empresa que fabrica productos medicinales con cannabis. Y, por último, en 2014 se convirtió en el dueño del Inter Miami, el único de sus negocios que todavía no es exitoso.

Lo será, sin duda, con Messi como cara visible y una pléyade de futbolistas de renombre como los españoles Sergio Busquets y Jordi Alba, sus compañero en el Barcelona; el venezolano Josef Martínez, el argentino Facundo Farías y el paraguayo Diego Gómez. Y se especula con otros más, como el uruguayo Luis Suárez, gran socio y amigo de Messi en su periplo en el club catalán.

Esa, sin embargo, es una historia que está por escribir. Por lo pronto, este episodio, que parece una maravillosa creación de la reconocida fantasía de Disney World, nos deja varias lecciones. Veamos:

1.- El poder de un buen producto.
Lionel Messi es un rey Midas, en el fútbol y en los negocios. No solo por sus títulos, sus récords, sus goles y sus jugadas de ensueño. También, por su carisma, por su sencillez, por su coherencia, por su olfato para convertir en oro todo lo que toca. Un buen producto no es casualidad, sino el fruto de un proceso, de mil y un fallos y nuevos intentos y, sobre todo, de buenas decisiones.

2.-  El poder de las alianzas.
Que, en el caso de esta negociación, son mucho más que estratégicas. Se dice que desde el sueño se activó desde que, en 2020, Messi dijo que le gustaría vivir en EE. UU. y probar una experiencia distinta. Los hermanos Mas, Beckham y Messi son, cada uno en su actividad, líderes y figuras que inspiran a otros. Juntos, ¡juntos son dinamita!, la poderosa sumatoria de grandes talentos.

3.- Sinergias ganadoras.
Apple, Adidas, la MLS, Lionel Messi, David Beckham y MasTec, entre otros, son los ganadores de este singular partido. Todos ganadores, todos líderes de sus mercados, todos modelos dignos de imitar, todos representan marcas inspiradoras. ¿Sabes qué se produce cuando los mejores se unen? Una mezcla explosiva capaz de cambiar la historia, de escribir capítulos inéditos.

4.- Audiencia cautiva.
¿Sabías que hay 300.000 argentinos radicados en EE. UU.? ¿Y que unos 110.00 de ellos viven en La Florida? ¿Y que la población de latinos en Estados Unidos superó los 59 millones en 2020? Para ellos, clientes potenciales de la MLS, la llegada de Messi es una reivindicación, la posibilidad de que se miren con mayor respeto al inmigrante latino. La política también juega este partido.

5.- El proceso.
Ningún negocio exitoso y extraordinario, como este, se da por casualidad. En septiembre de 2019, Jorge Mas contactó a Jorge Messi, el padre de Lionel y su representante, y le planteó la idea. Ese primer encuentro fue en Barcelona y luego siguieron otros en Miami, Madrid, Barcelona, Doha y Rosario. Lo demás fue obra del destino, si así quieres llamarlo. Paciencia y estrategia, las claves.

El fútbol ya no es lo que era antes, un simple juego: se transformó en un increíble, poderoso y multimillonario negocio. Por su parte, los negocios ya no son lo que eran antes, el escenario de frías transacciones: se transformaron y hoy el mejor negocio, el más rentable, es el espectáculo, en especial aquel que, como el fútbol, como Lionel Messi, es capaz de desatar emociones y pasión.

P. D.: para escribir este artículo, me asocié con mi compañero Carlos González Copywriter, experto en deportes, que me brindó luces sobre esta noticia que, honestamente, no estaba en mi radar. Yo le aporté el marketing y… anotamos un golazo, ¿cierto?


Lecturas recomendadas:
Lecciones de negocios que nos dejó la final de la Champions
Real Madrid-Barcelona, el clásico de los negocios
Tiger Woods, o cómo destruir un imperio exitoso