El éxito deja huella, ¿lo sabías? Es no solo es una de las más célebres frases de Jim Rohn, autor, conferencista, empresario y orador motivacional estadounidense, mentor de mentores (fue el guía de Tony Robbins, entre otros), sino también una máxima que identifica a los emprendedores que abren el camino que muchos otros después pueden transitar en la ruta para cristalizar sus sueños.
Por el modelo educativo en el que nos criamos, por la programación mental que grabaron en nuestra mente, somos muy dados a enfocarnos en lo negativo y despreciamos lo positivo. Vemos muchos motivos para quejarnos, sin percatarnos de cuántas bendiciones hay en nuestra vida. Vemos más aquello que anhelamos que lo que tenemos en nuestra vida y no lo aprovechamos.
Además, y esto es algo que en los últimos tiempos ha tomado relevancia, existe un afán por la inmediatez, por los resultados rápidos, por los procesos acelerados. Y no, no es posible. Nada en la vida es inmediato, al punto que, recuerda, antes de nacer estuviste al menos nueve meses en el vientre de tu madre. Y para llegar a ser adulto primero fuiste bebé, niño y luego, adolescente.
Lo bueno de la vida es como el arroz: se cocina a fuego lento. Y esta, créeme, es una premisa que se aplica especialmente a los negocios, incluidos los negocios digitales. ¿Por qué te hago esta salvedad? Porque internet es el reino de la inmediatez, aquel en el que prácticamente todo lo que deseamos está a un clic de distancia. Prácticamente todo, pero ese no es el caso del éxito.
Hace casi 25 años, cuando comencé mi trayectoria en internet, antes de que pudiera hacer negocios por internet, no había información. Ni siquiera en inglés. Tampoco había mentores o personas de las que pudieras aprender o, peor aún, muchas de las pocas personas que ya hacían negocios en internet eran inaccesibles, salvo que pagaras un alto precio por su conocimiento.
Hoy, en cambio, son muchas las personas que, tristemente, creen que puede crear un negocio sólido y convertirse en millonarios después de mirar unos cuantos videos de tutoriales. Creen que basta con copiar la fórmula del éxito de otros y que, al cabo de unas cuantas semanas, a lo sumo de unos meses, van a tocar el cielo con las manos. Pero, no es así. Por eso, fracasan rápido (¡qué ironía!)
Otra arista del problema es que muchas personas crean un negocio, dentro o fuera en internet, como si practicaran el tiro al blanco con un rifle de perdigones. ¿Sabes por qué? Porque es muy probable, prácticamente imposible, que acierte el blanco, pues los perdigones se dispersan tan pronto salen del cañón. ¿Entiendes a qué me refiero? A que no saben en verdad qué quieren.
Son de aquellos que se dejan encandilar por el último objeto brillante del mercado y van de aquí para allá, acumulando conocimiento, pero sin saber qué hacer con él. Y lo peor es que nunca entran en acción, nunca aplican ese aprendizaje valioso. Quizás porque no consiguen dejar atrás sus miedos, quizás porque no se liberan de las telarañas mentales, quizás por falta de guía.
Un símil que me gusta mucho emplear, porque es gráfico y contundente, es aquel de que nadie, absolutamente nadie, escaló el Everest en solitario. De hecho, ninguna gran montaña, ningún ochomil. Siempre fue necesario acudir a los sherpas (guías) y contar con un equipo de campo y otro operativo de apoyo. Lograr la cima es, sobre todo, el resultado de un trabajo de equipo.
El éxito es una huella que otros pueden seguir. Sin embargo, no cualquier huella es para ti, no todos los caminos son para ti. Para lograr el éxito, antes debes saber elegir la huella de quién quieres seguir. Te revelo cinco claves que te ayudarán a acertar y cuál diferencial preferir.
Y lo mismo sucede en los negocios, dentro o fuera de internet. Avanzarás muy lento, o quizás no avances, si eliges estar solo. Te caerás más veces y te costará levantarte y seguir, si eliges estar solo. Te costará más tiempo, recursos y dinero obtener lo que deseas, si eliges estar solo. Será mayor la tentación de tirar la toalla cuando aparezcan las dificultades, si eliges estar solo.
¿Entiendes? Te mencioné antes que en mis inicios la mayor dificultad era acceder a información de buena calidad. Hoy, en cambio, padecemos la infoxicación, el exceso de información que, en muchos casos, además, no es confiable. Información y expertos. Por eso, tienes que ser cuidadoso de a quién eliges para que te acompañe, para que te guíe, para que te inspire, para que te apoye.
Durante muchos años, estaba convencido de que mi mayor fortaleza, la característica que me hace único en el mercado, era mi larga trayectoria. Soy uno de los pioneros, uno de los que marcaron el camino para que otros lo siguieran. Mi éxito dejó huella, una huella que sirvió para que otros siguieran mis pasos y se convirtieran en referentes de su área de conocimiento. Así funciona.
Sin embargo, dado que nada es para siempre, que todo cambia, entiendo que mi verdadero diferencial es el acompañamiento que les brindo a quienes me dan el privilegio de guiarlos. Lo hago así porque en el camino aprendí que nadie escala el Everest en solitario y me encanta ser tu sherpa. Además, porque mi prioridad es que tú no pases por las dificultades que yo enfrenté.
Si quieres seguir la huella del éxito de otros y cumplir tus sueños y tus objetivos, esto es lo que te sugiero:
1.- Enfócate. ¿Eso qué quiere decir? Que antes de dar el primer paso, antes de mover un dedo, lo que debes decidir es qué quieres hacer, a quién quieres servir, a dónde quieres llegar. De lo contrario, avanzarás muy lentamente y, además, irás dando tumbos, de un lado para el otro, hasta caer una y otra vez. Elige un camino y una meta y no dejes de insistir hasta que la alcances.
2.- Déjate ayudar. Recuérdalo: nadie, absolutamente nadie, logró el éxito en la vida o los negocios en solitario. Elige un mentor que te guíe, que te transmita su conocimiento, que te inspire, que esté alineado con tus principios y valores y que te ayude a cumplir tu propósito de vida, la misión por la que llegaste al mundo. Elige uno en el que puedas confiar, que esté donde quieres estar.
3.- Créele. Parece obvio, pero no lo es. Muchas personas pagan una mentoría o una asesoría con alguien simplemente porque es el más reconocido del mercado o el que más seguidores tiene, pero no porque le crean. Si no le crees a tu guía, a tu sherpa, a tu mentor, nada funcionará. Debes creerle, compra sus libros, cursos y recursos, pruébalos, comprométete con esa persona.
4.- Ten paciencia. El mejor mentor del mundo no podrá ayudarte si eres impaciente, si quieres saltarte el proceso, si estás obsesionado con el éxito exprés. Ten paciencia. El acompañamiento es la virtud más valiosa de ese guía porque más que su conocimiento y experiencia, lo que te está dando es su tiempo, algo que nunca podrá recuperar. El éxito es la recompensa a la paciencia.
5.- Teje tu red. El éxito se basa en la relación que puedes establecer con otras personas que están a tu alrededor: clientes, socios, colegas o, inclusive, la competencia. El mejor negocio del mundo es servir y para servir mejor requieres la ayuda de otros que te permitan potenciar tus fortalezas y minimizar tus debilidades. En los negocios, amigo mío, es cierto eso de que la unión hace la fuerza.
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