¿Quién no ha oído hablar de Napoleon Hill o de su famoso, y muy vendido, libro Piense y hágase rico? Te confieso que es uno de los autores que más me gusta, con los que más me identifico y ciertamente creo que, si bien hay muchos otros que han generado un impacto en mi vida, Hill es uno que logró dejar una huella imborrable. Y no solo su obra: su vida también fue apasionante.
Una de las razones por las que me identifico con este personaje es que no fue un modelo de éxito perfecto. De hecho, nadie lo ha sido, porque en últimas todos somos seres humanos y, por ende, incorporamos limitaciones y defectos surgidos, principalmente, de las creencias que nos inculcan de niños, los modelos que copiamos, los hábitos que creamos y las decisiones que tomamos.
Si le preguntas a Mr. Google acerca de Hill, vas a encontrar versiones diversas. Eso es lógico. Lo que llama la atención es que hay muchas que lo pintan como “el mayor estafador de la historia”. ¿Por qué? Aseguran, por supuesto sin poder comprobarlo, que Hill jamás conoció a Dale Carnegie. Si esto es cierto, lo escrito en Piense y hágase rico sería ficción, en vez de producto de la realidad.
¿Importa? Un poco, quizás, pero la verdad es que los postulados contenidos en esas páginas, uno de los libros más vendidos de todos los tiempos (hay quienes dicen que más de 20 millones de ejemplares, y contando) son de aplicación práctica real. De hecho, yo los he aplicado con éxito, creo en ellos y, no solo eso: también los transmito a mis discípulos y clientes para que los aprovechen.
Algo que me parece fascinante, y que le da valor a la obra de Hill, es su condición humana. ¿A qué me refiero? La vida de Hill estuvo lejos, muy lejos, de ser perfecta. Más bien, fue bastante parecida a eso que llamamos vivir en una montaña rusa: subidas y bajadas constantes. Pero, no solo eso: también, múltiples tropezones, dolorosas caídas y, lo mejor, reinventarse una y otra vez, y otra.
No solo en los negocios, sino en la vida personal, con varios divorcios, negocios quebrados, proyectos fallidos y acusaciones de fraude. Sin duda, una gran escuela, un valioso aprendizaje que luego pudo plasmar en las páginas de sus libros, un legado que hoy se mantiene vigente. Como están vigentes, así mismo, las 16 características de la gente exitosa y de los líderes excepcionales.
¿Las conoces? Comencemos, entonces:
1.- Define un propósito. Es la primera piedra de tu proyecto de vida o de tu negocio. También, el porqué de tu vida, de tu negocio, de lo que haces. Sin un propósito, eres como un barco que se lanza a navegar los mares sin saber para dónde va. Debe estar asociado a tus valores y principios, pero también a tus dones y talentos, a lo que te apasiona. Es uno de los pilares del éxito.
2.- Un deseo ardiente. No es un deseo común y corriente, sino uno ardiente, decidido, firme, de esos que no claudican ante las adversidades, sino que se fortalecen tras superarlas. Un deseo que, sobre todo, se traduce en acciones efectivas, en el aprendizaje constante, en alianzas estratégicas. El deseo, sin un plan y una estrategia, sin herramientas, se queda en teoría, no sirve para nada.
3.- Fe. Entendida como la capacidad de creer fervientemente en algo. Por supuesto, las personas exitosas creen en sí mismas, en sus capacidades, en sus habilidades, en su conocimiento. Saben que no son perfectas, pero se enfocan en lo positivo y se apoyan en otros para suplir sus falencias. La fe es el combustible que les permite mantenerse enfocadas y seguir adelante día a día.
4.- Autodisciplina. Una de las características que las diferencian de los demás, de aquellos que no logran lo que se proponen. No solo se trata de hacer lo necesario en el momento adecuado, sino de algo muy importante: gestionar las emociones, evitar que los impulsos se apoderen de ellos, en especial a la hora de tomar decisiones. También es mantenerse enfocadas en sus objetivos.
5.- Persistencia. La principal razón por la cual la mayoría de las personas nunca consiguen lo que quiere en la vida, en cualquier actividad, es porque se rinden fácil. Los exitosos, en cambio, son persistentes, perseverantes, tercos, obsesivos. Cuando se les mete una idea en la cabeza, no se quedan tranquilos hasta que consiguen el objetivo. Este es un plus que les permite ir más allá.
6.- Conciencia del poder del pensamiento. La mentalidad es la responsable del 90 % de lo que logras en la vida, de lo que recibes de la vida. Lo que siembras y cultivas en tu mente, el diálogo interno que sostienes, determina tu comportamiento y, en especial, tus decisiones. Por eso, las personas exitosas cuidan sus pensamientos, entienden el impacto de estos en sus resultados.
7.- La mente maestra. Este del mastermind es uno de los conceptos que se le atribuyen a Hill, uno de los pilares de su prédica. Y no podría estar más de acuerdo con él: soy un convencido de que los seres humanos somos el resultados de las personas que nos rodean (3-5). Saber elegir tu compañía te permitirá potenciar tus fortalezas y suplir tus debilidades y obtener resultados extraordinarios.
8.- El hábito del ahorro. La gestión de las finanzas suele ser otra de las debilidades de aquellos que no alcanzan sus metas. La administración de tu dinero determinará el rumbo de tu negocio (éxito o fracaso) y te brindará tranquilidad o convertirá tu vida en una pesadilla. Quizás sabes que el manejo del dinero es, junto con las estrategias de marketing, lo único que jamás delego.
9.- Iniciativa y liderazgo. Ser proactivo, asumir riesgos controlados y dejar atrás tus miedos te pondrá un par de escalones arriba de la mayoría, del promedio. Sin embargo, esa cualidad por sí misma no te llevará a donde quieres ir si no desarrollas la habilidad de tomar decisiones acertadas. Y no trascenderás, no podrás dejar huella en la vida de otros, sin la capacidad de inspirarlas.
10.- Imaginación. Algo que podríamos llamar, también, pensar fuera de la caja. Atreverte a cuestionar lo habitual, a desafiar el statu quo, a ir contra la corriente. De vez en cuando, claro. Si deseas diferenciarte de tu competencia, sobresalir en la vida o en el mercado, tendrás que ser creativo, disruptivo. Solo así estarás en capacidad de ofrecer soluciones innovadoras.
11.- Entusiasmo. Entendido como la capacidad para contagiar a otros, para persuadirlas de que el camino que les indicas es el adecuado, más allá de que pueda haber dificultades o riesgos. Esta cualidad te permitirá cumplir con un objetivo importante: disfrutar el proceso. El entusiasmo es un combustible que mantiene prendido el fuego de la pasión. Se nutre, además, de la fuerza colectiva.
12.- Precisión en el pensamiento y la acción. Que, valga aclararlo, no significa que no te equivocarás. Lo harás, muchas veces, y cuanto más rápido lo hagas, cuanto más feos sean esos primeros errores, mejor. ¿Sabes por qué? Porque el aprendizaje será más rápido y valioso. Los exitosos erran menos porque son cuidadosos, analíticos, toman decisiones conscientes.
13.- Dan valor al tiempo. Este, quizás lo sabes, es el activo más valioso que poseemos los seres humanos, el único insustituible, el único que no podemos recuperar. Ser organizado, establecer prioridades, aprender a delegar y concentrarte en tus metas son alguna de las acciones que te permitirán maximizar el tiempo. Ah, no olvides que también hay que vivir y disfrutar la vida.
14.- Tolerancia. A la frustración, principalmente, y también al error. Una cualidad que requiere estar acompañada por la paciencia y la escucha activa. Debes aprender a aceptar (y valorar) las críticas, que no faltarán, así como las opiniones contrarias. Se tolerante te enseñará que no puedes tener el control de todo, te ayudará a enfocarte en lo importante, evitará que te distraigas.
15.- Integridad y honestidad. Más en estos tiempos modernos, en los que hay tanto vendehúmo en el mercado, tanto estafador que solo quiere tu dinero. Estas dos cualidades son el punto de partida del vínculo de confianza y credibilidad que debes establecer con el mercado y, sin duda, te diferenciarán de muchos. Actuar conforme tus principios y valores, además, te brindará paz.
16.- La facultad del misterio. Entendida como mentalidad abierta, dispuesta al aprendizaje y a explorar nuevos caminos, opciones distintas de las habituales, de las convencionales. También la podríamos llamar curiosidad, esa cualidad que le ha permitido a la humanidad descubrimientos maravillosos por accidente. La curiosidad, quizás lo sabes, es el camino a las oportunidades.
Siempre he creído que cada quien labra su camino, que no hay un destino escrito y, mucho menos, un libreto establecido. Como decía el poeta, pienso que “se hace camino al andar”. Sin embargo, estoy completamente seguro de que el camino más seguro al éxito (sea lo que piense que es) es aquel de modelar lo que han hecho otros, lo que hicieron los que ya están donde quieres estar.
Un último apunte que no deberías pasar por alto: estas 16 características de la gente exitosa que nos ofreció Napoleon Hill son útiles para la vida. Es decir, para todas y cada una de las actividades de la vida. Quizás reúnes varias de esas características y no lo sabes, no eres consciente; quizás algunas otras están dormidas y solo se requiere que las actives. El mejor momento para comenzar es hoy…
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Gracias Maestro. Usted siempre con sus acertados y prácticos articulos para nuestro desarrollo profesional. Un abrazo.
Francisco Monsalve
Iquique, Chile
Mil gracias señor Alvaro. Enhorabuena
Exelente articulo muy bueno el cual nos brinda mucho conocimiento para nuestro desarrollo como empresarios de antemano mucjas gracias
importante articulo para tener en cuenta con los emprendedores