Siempre he creído que no se necesita un título académico, un grado universitario o algo por el estilo para demostrar que eres inteligente. De hecho, seguro conoces el caso de alguien que, a pesar de no haber contado con el privilegio de la educación formal, logró trascender y, lo mejor, dejar huella con su trabajo y un valioso legado para las nuevas generaciones.

Aunque no seas un fanático del deporte, como no lo soy yo, es imposible que no hayas escuchado el nombre de Roger Federer. Está catalogado como el mejor tenista de la historia, con 103 títulos profesionales, 20 de ellos en torneos Grandes, y la idolatría del público. El suizo, de 42 años, se retiró a finales de 2022 y hoy goza de las mieles de la ‘graduación’.

Bueno, en realidad la frase sería ‘las mieles del retiro’, pero el propio RF asegura que ‘retiro’ es una palabra terrible. Dejé el colegio a los 16 años para jugar al tenis. Nunca fui a la universidad… pero me gradué recientemente. Me gradué en el tenis. Retirado… esa palabra es horrible. Tú no puedes decir que te has retirado de la universidad, ¿no? Suena terrible”.

La más reciente aparición pública del ex número uno de la ATP se dio en la ceremonia de graduación en Dartmouth College, la universidad ubicada en Hanover (Nuevo Hampshire). Durante el acto, al que asistieron 11.000 personas y fue visto vía streaming por otras 7.000, Federer recibió un título, este único: fue galardonado como doctor en Letras humanitarias.

Fue una ocasión muy especial, además, porque una de las graduandas era Isabella Godsick, la hija de su agente y socio comercial Tony Godsick. Él es exalumno de Darmouth. Como si se tratara de una de tantas ceremonias de premiación en algún court, pronunció un emotivo y aleccionador discurso de 25 minutos, que es el origen de este contenido que comparto contigo.

“No saben lo emocionado que estoy. Es la segunda vez que pongo los pies en una universidad. La segunda vez en mi vida. Pero por alguna razón me han concedido un doctorado. Vine aquí a dar un discurso, pero me iré a casa como ‘Doctor Roger’. Es un bonito reconocimiento. ‘Doctor Roger’. ¡Este tiene que ser el triunfo más inesperado de mi carrera!”, dijo.

Lección # 1 – Como dicen en la calle, “nadie sabe para quien trabaja”. Los triunfos en las pistas de tenis y, sobre todo, su ejemplo, convirtieron a Roger Federer en un modelo digno de imitar. No solo como deportista, sino como ser humano. Y Darmouth así lo reconoció.

Al paso, se refirió a uno de los que, dice, es uno de los más grandes mitos de su carrera: que ganaba ‘sin esfuerzo’. El ‘sin esfuerzo’ es un mito. Y lo digo como alguien que escuchó mucho esa palabra. La gente decía que jugaba sin esfuerzo. Muchas veces lo decían como un cumplido pero me frustraba porque la verdad es que tuve que trabajar muy duro… para que pareciera fácil”.

Y luego relató un punto de quiebre que le ayudó a cambiar su mentalidad: “Ese toque de atención llegó al inicio de mi carrera en el Torneo de Roma, cuando un rival cuestionó mi fortaleza mental diciendo ‘Roger será el favorito durante las dos primeras horas y luego yo seré el favorito’. Me desconcerté, pero luego me di cuenta de lo que quería decir”.

¿Y cuál era el mensaje? “Todo el mundo puede jugar bien las dos primeras horas si está en forma, es rápido y está despejado. Pero después de dos horas tus piernas tiemblan, tu mente divaga y tu disciplina se desvanece. Me hizo entender que tenía mucho trabajo por delante. Luego empecé a entrenar más duro, de forma más difícil, y me di cuenta: ganar sin esfuerzo es el máximo logro”.

Lección # 2 – Para quienes no saben lo que has pasado, inclusivo los de tu círculo cercano, tus éxitos son fáciles de conseguir o, quizás, fruto de la casualidad. No prestes atención a lo que otros piensan y, más bien, enfócate en lo importante: en tu proceso, en tu crecimiento.

Luego reveló la que podemos llamar una de las ‘fórmulas de su éxito’, la estrategia: Llegué a lo más alto porque creí en mí mismo. Pero la creencia en uno mismo hay que ganársela. En las ATP Finals de 2003, vencí a tenistas a los que admiraba apuntando a sus puntos fuertes. Antes habría huido. Si tenía una derecha fuerte le habría buscado el revés, pero intenté buscar su derecha”.

¿Cuál era la estrategia? “Me arriesgué, pero ¿por qué lo hice? Para ampliar mi juego y ampliar mis opciones, necesitas un arsenal de fortalezas. Si juegas así, ganar es fácil. Luego hay días en los que te sientes destrozado porque te duele la espalda, la rodilla, estás enfermo, y aun así logras una forma para ganar. Y esas son las victorias de las que podemos estar más orgullosos”.


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La misma maestría que lo hizo el # 1 en los campos le permite transmitir lecciones invaluables.


Lección # 3 – En palabras de RF, “puedes ganar no solo cuando estás en tu mejor momento, sino especialmente cuando no lo estás. El talento importa, no digo que no. Pero tiene una definición amplia y muchas veces no se trata de tener un don, se trata de tener coraje”.

¿Cómo vas? ¿Qué opinas de las opiniones de RF? Espera, porque no termina y, como cuando lo disfrutábamos en la cancha, aún falta lo mejor. Se refirió a la mentalidad que se requiere para aprender a jugar paso a paso, golpe a golpe, punto a punto: “Otra lección es ‘es solo un punto’. El tenis es brutal y todos los torneos terminan igual: solo un tenista recibe el trofeo”.

Y continuó: “Permítanme explicarlo. Tú puedes trabajar más duro de lo que creías posible y perder. Cuando regresas en un avión, miras por la ventana y piensas: ‘¿cómo diablos pude fallar ese golpe?’. Imaginen que hoy solo uno de ustedes recibe el título. ‘¡Enhorabuena al graduado de este año! El resto, los otros mil, ¡más suerte la próxima vez!’”, reflexionó.

El siguiente mensaje, te lo aseguro, es magistral: “De los 1.526 partidos que jugué de manera individual en su carrera, gané casi el 80 %, pero en esos juegos tan solo gané el 54 % de los puntos en disputa. No es que los puntos no importen, sino que una vez que se han perdido, hay que mirar hacia el siguiente. Los mejores solo ganan apenas la mitad de los puntos que juegan”, recalcó.

Lección # 4 – “Cuando estás jugando un punto, tiene que ser lo más importante del mundo, y lo es. Debes aprender a liberarte de sentimientos negativos y frustraciones tras las derrotas. Esto te ayudará a comprometerte completamente con el siguiente punto y el siguiente”.

Su siguiente reflexión, te lo confieso, me puso la piel de gallina: Sea cual sea tu juego en la vida, a veces vas a perder. Un punto, un partido, una temporada, un trabajo. Es una montaña rusa, con muchas subidas y bajadas. Y es natural que cuando estés deprimido dudes de ti mismo y sientas lástima. Pero recuerda que tus oponentes también dudan de sí mismos”.

Y no terminó ahí: “La energía negativa es energía desperdiciada. Si quieres ser un maestro de la superación de momentos difíciles, eso para mí es la señal de un campeón. Los mejores del mundo no lo son porque ganan todos los puntos: es porque saben que perderán una y otra vez y aprenden a afrontarlo. Llora, sigue adelante, adáptate y cree. Trabaja duro, de forma más inteligente”.

Como mencioné al comienzo, no soy fanático del deporte y si alguna vez vi un partido de RF fue por pura casualidad. Sin embargo, después de escuchar este discurso, soy un admirador más, en especial por su tercera lección: “La vida es más grande que la pista de tenis. Una pista de tenis es un espacio pequeño, 195 metros cuadrados, para partidos individuales”.

Espera, no termina: Trabajé mucho, aprendí mucho, corrí muchos kilómetros en ese pequeño espacio, pero el mundo es más grande que eso. Cuando empecé sabía que si tenía suerte podría ser competitivo hasta los 30 años… ¡y hasta los 41! Cuando estaba entre los cinco primeros para mí era importante tener una vida gratificante, llena de viajes, cultura, amistades y familia”.

Y más: “Nunca olvidé mis raíces y de dónde vengo, pero tampoco perdí el apetito por ver este mundo tan grande”. Además, recalcó la importancia del equipo: “El tenis como la vida, es un deporte de equipo. Sí estás tú solo en tu lado de la pista, pero tu éxito depende de tu equipo. Tus entrenadores, tus compañeros de equipo, tus rivales. Todas esas influencias ayudan a convertirte en quién eres”.

Pero falta algo: Aprendí esta forma de pensar de los mejores, mis padres. Siempre me apoyaron, me alentaron y entendieron lo que más quería y necesitaba ser. Me siento muy afortunado de que mi increíble esposa, Mirka, haga que la alegría de mi vida sea aún más brillante, y de que nuestros cuatro maravillosos hijos, Myla, Charlene, Leo y Lenny estén aquí conmigo hoy”.

Por último, un llamado a la acción: “Graduados, sus padres y familias han hecho sacrificios para que estén aquí. Han compartido sus triunfos y luchas y siempre estarán a su lado. Y, cuando salgas al mundo, no lo olvides: lleva contigo esta cultura, energía, esta gente, el color verde de Dartmouth, a los amigos que te han ayudado a ser la mejor versión de ti mismo”.

Lección # 5 – Todo lo que la vida te brinda, conocimiento, dones y talentos, relaciones y el aprendizaje de las experiencias y de tu errores solo cobran sentido cuando los compartes con otros, cuando los utilizas para servir a otros o, como en el caso de RF, para inspirarlos.

“Sea cual sea el juego que elijas, da lo mejor de ti. Intenta tus mejores tiros. Juega con libertad. Pruébalo todo. Y, sobre todo, sé amable con los demás y diviértete”. Una vez terminó su intervención, que fue replicada por miles de medios del mundo, Roger Federer se dispuso a disfrutar del momento y, según sus propias palabras, a disfrutar como ‘graduado’ del tenis



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