La cultura asiática siempre me pareció fascinante. Sus costumbres, algunas muy distintas de las nuestras en Occidente, tienen profundas raíces y casi sin variación se han transmitido de generación en generación. Mis referencias, sin embargo, eran lejanas hasta que hace unos años tuvo el privilegio de conocer a quien hoy es mi buen amigo el reverendo Hyenuk Chu.

Él nació en Corea del Sur y desde hace años se afincó en Colombia, como un hombre de empresa. Luego, la vida lo llevó por otros caminos y fue cuando se cruzó con el mío: llegó como participante a una de las ediciones de Los Maestros de Internet (LMDI), en Bogotá. Desde el primer momento se mostró como una alumno con gran hambre de aprendizaje y también, con mucho entusiasmo.

Lo siguiente que me llamó su atención fue su sentido del humor: es un tipo muy divertido, a pesar de que para algunas personas es demasiado serio, hasta hosco. Sin embargo, ¡nada que ver! Y a medida que lo conocí, que pude entrar en confianza con él, pude ver que es una persona de principios y valores muy firmes, de convicciones fuertes y de una gran coherencia.

Luego del evento, Hyenuk probó con el marketing, pero pronto se dio cuenta de que eso no es lo suyo. Lo suyo, en verdad, son las inversiones: entonces, creó un sistema para enseñarles a otras personas a invertir en la Bolsa de Valores de Nueva York, sin necesidad de ser millonarios. Es tan buen maestro, que no creó una comunidad, sino una religión, de ahí que lo llamo reverendo.

Sus seguidores, literalmente, ¡lo adoran! Y tengo que decir que es con justa razón. Hyenuk vive con una pasión increíble, es realmente inspirador. Además, es un modelo digno de imitar: es disciplinado, organizado, metódico y productivo (en el sentido que ofrece resultados reales). No sobra decir que lo admiro mucho y que disfruto su éxito, además de sus grandes enseñanzas.

Por eso, me tomé el atrevimiento de robarme una de sus brillantes publicaciones en Instagram: ‘8 reglas de vida’. Déjame decirte que es sabiduría pura, tanto para la vida como para el marketing y los negocios. Lo que más me gusta es que son fruto de los valores y los principios de su cultura, pero perfectamente aplicables en nuestro frenético, histérico y desordenado continente.

Cuando leí esta publicación, no pude dejar de sentir que algo hervía en mi interior. A pesar de que procuro mantenerme al margen de la rutina loca en la que están enredadas la mayoría de las personas, de que intento trazar mi propia agenda y vivir a mi propio ritmo, a veces no es posible. Menos, cuando eres padre de dos adolescentes que, aunque maravillosas, parecen de otro planeta.

¿Por qué? Porque, si eres padre, sabes que ahora vienen con un chip muy distinto al que teníamos nosotros. Entonces, a veces, inclusive sin darte cuenta, caes en arenas movedizas que te desgastan y que te distraen de lo que es valioso e importante para tu vida. Son esos momentos en los que la mejor opción es detenerse, respirar profundo y volver a las raíces, a los principios básicos.


Mercadeo Global - Álvaro Mendoza

Las inversiones son la gran pasión de mi buen amigo Hyenuk Chu.


No soy muy dado a estar pendiente de lo que otras personas publican en redes sociales y tampoco acostumbro a replicarlo. Esta vez, sin embargo, hice una excepción porque encontré oro puro en un post de mi buen amigo Hyenuk Chu: es sabiduría oriental para la vida.


Esta son las ‘8 reglas de la vida’ de mi amigo Hyenuk Chu y mi interpretación de cada una de ellas:

Regla 1 – No hacer de más: simplifica lo más que puedas tus actividades. Estar ocupados se nos volvió un vicio, como si descansar o gozar la vida fueran un pecado. Y también nos gusta eso de complicar el trabajo, de encontrarle cinco patas al gato. Así, lo único que conseguimos es agotar la mente y el cuerpo, ser menos productivos. Además, nos privamos de disfrutar lo que hacemos.

Regla 2 – Limpia tu mente: reduce el consumo de contenidos y relaciones tóxicas. Este es un hábito que incorporé a mi vida hace muchos años y que me ha dado excelentes resultados. Salvo algo excepcional, no veo televisión (específicamente, noticieros), no leo periódicos, no estoy pendiente de redes sociales. Procuro mantener mi mente enfocada en lo positivo y constructivo.

Regla 3 – Revalúa tus metas: pregúntate ¿para qué quieres lograrlas? Esta, a mi juicio, es una de las más importantes si eres emprendedor. Y, como dice Hyenuk, “Si una respuesta no te satisface, modifica”. No hay planes definitivos: si no te sientes cómodo o feliz en lo que haces, modifica. La vida es dinámica y no vale la pena desperdiciarla en algo que nos impide disfrutarla al máximo.

Regla 4 – Crea una rutina diaria con espacio para la novedad. Procura que, cada noche antes de ir a descansar, hayas dejado listo el plan del día siguiente. Serás más productivo, pero como lo afirma Hyenuk también “desperdicias menos tiempo y mente y tienes el día que quieres tener”. No permitas que las ocupaciones dominen tu agenda: toma el control de tu vida, dirígela.

Regla 5 – No luches contra lo que no puedes controlar. Esta es una recomendación magistral, porque la mayoría de los seres humanos desperdiciamos tiempo valioso en ir contra la corriente en los negocios, en el trabajo, en las relaciones. Si algo está fuera de tu control, aléjate y continúa tu camino para que tu vida fluya sin problema. Los obstáculos no llegan si tú no los buscas.

Regla 6 – No quieras algo sin su contraparte: alegría sin tristeza, propósito sin obstáculos… Nada en la vida es gratis o fácil. Siempre hay que pagar un precio y no necesariamente en dinero. Lo mejor es que si aplicas esta premisa aprenderás que la recompensa es más que gratificante y que esos tropiezos no son más que lecciones poderosas que te dejan grandes enseñanzas.

Regla 7 – Haz una sola cosa: dirige toda tu atención a lo que estás haciendo. En el mundo actual es muy fácil distraerse, especialmente si vives pendiente de tu celular, de las notificaciones de las redes sociales, de WhatsApp. O si, como muchos, vives en función de la vida de otros. Enfócate en tu vida, en tu trabajo, en tu familia, en tus clientes y obtendrás resultados extraordinarios.

Regla 8 – Respeta y aprecia tu vida: valórate, cuídate y agradece siempre. ¡Genial, simplemente genial! No todo es trabajo, no todo es dinero. Además, la vida no es una competencia. El tiempo que pasamos en este mundo es demasiado corto para no aprovecharlo, para no compartir lo que tienes con otros y que, de esta forma, regrese a ti multiplicado. Tu tares es ser tu mejor versión.

¿Cómo te parecieron? Sabiduría pura, ¿cierto? Si tú tienes el gusto de conocer a mi buen amigo el reverendo Chu coincidirás conmigo en que esas 8 reglas lo reflejan de cuerpo entero. En su caso, esos valiosos postulados no son letra muerta: él los vive, los aplica en su día a día. De ahí no solo su éxito en los negocios, sino que quienes lo conocemos percibamos en él un gran ser humano.

Te confieso que anoté esas 8 reglas en un papel y lo puse en un lugar en el que no puedo dejar de verlo todos los días, para tenerlas presentes, para implementarlas en mi vida y sacarles provecho. Y, también, para inculcarlas a mis hijas. Ojalá igualmente sean útiles para ti. Por supuesto, ningún cambio que desees se dará de la noche a la mañana, pero te aseguro que vale la pena intentarlo.


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