Los tiempos en los que los robots eran un privilegio de las películas y series de ciencia ficción, en la televisión y el cine, son parte de la prehistoria. Hoy, estos temidos y sorprendentes personajes, frutos de la imaginación y de la tecnología, son parte de la vida común. Que quizás no los vemos, quizás no sabemos que están ahí, pero cada vez más están presentes.

Es un tema que, te lo confieso, me encanta y me produce fascinación. No solo por mi afición por los computadores y por la tecnología, sino también porque, quizás lo sabes, a lo largo de los últimos 25 años he crecido a la par de estas maravillas. Cuando comencé mi trayectoria como emprendedor digital, en 1998, las condiciones eran increíblemente distintos.

Un pequeño contexto: no había conexiones wifi o Bluetooth, no existía Mr. Google, no se habían creado las redes sociales, Yahoo! y Hotmail eran de las pocas empresas que ofrecían el servicio de cuentas de correo electrónico (no se había creado Gmail) y los computadores…, ¡ah, los computadores! Eran enormes dinosaurios, ruidosos, pesados, lentos, limitados.

A nivel de gráficos, la fotografía digital era un privilegio de los profesionales, de las grandes marcas (empresas o medios de comunicación, algunos) y el video era un sueño que se antojaba lejano. Las webs eran de texto plano, es decir, que no tenía formato (sin color, sin negrilla, sin itálica). Y sin fotos, sin videos, sin audio: apenas podías incluir hiperenlaces.

Muchísimas de las tareas, aunque cueste creerlo, se hacían de forma manual, con el apoyo de las siempre útiles tablas de Excel. Y, aunque riñera con tus principios y valores, había que tener alma de pirata: conseguir acceso a internet era costosísimo, además de que el servicio era muy regular e inestable. Recuerda: la conexión se realizaba a través de la línea telefónica.

Hoy, en cambio, abundan los dispositivos, sobran los dispositivos. El teléfono celular, por ejemplo, no solo sirve para realizar y recibir llamadas. Puedes tomar fotografías de alta definición, grabar y reproducir videos y grabar y publicar audios, además de jugar y tener al alcance de unos pocos clics una gran variedad de aplicaciones de trabajo, productividad y ocio.

Para quienes estamos involucrados en el mundo del marketing digital, además, el panorama cambió de manera radical, del cielo a la tierra. Hoy disfrutamos de sensaciones y poderosas herramientas y recursos, empezando por el propio internet. Gracias a esta tecnología, es posible trabajar desde casa o cualquier otro lugar, crear un negocio virtual a muy bajo costo.

La verdad es que nos hemos beneficiado de muchas formas por el aporte que nos brinda la tecnología. Sin ella, literalmente, nuestros sueños serían imposibles, mera ciencia ficción como en el siglo pasado. Hoy, podemos llegar a clientes en cualquier lugar del planeta y ayudarlos a transformar su vida, transmitirles nuestro conocimiento, gracias a la magia de internet.

Una magia que, valga decirlo, no se detiene. La demostración más palpable es la irrupción de la inteligencia artificial (IA), quizás el avance más significativo desde la creación de internet. Y lo mejor, ¿sabes qué es lo mejor? Que ha tomado impulso recientemente y, por ende, está en capacidad de mejorar mucho, de ofrecernos más utilidades, mayores beneficios.

En esencia, por si no lo sabes, te cuento que la inteligencia artificial son las máquinas que imitan determinados comportamientos humanos. ¿Por ejemplo? El chatbot de los centros de atención de llamadas de los bancos, restaurantes o empresas. O dispositivos como Siri o Alexa, que realizan tareas que tú les ordenas. O los algoritmos de segmentación de audiencias.

Máquinas que, aunque cueste creerlo, están en capacidad de aprender. Sí, un fenómeno que apenas comenzamos a disfrutar y al que se lo denomina machine learning. Máquinas que están detrás del poder de Facebook, de Google, de YouTube y, también, de reconocidas empresas como Apple, Amazon, Microsoft, IBM, Netflix, además de la industria bancaria.

Una tecnología que, a diferencia de lo que la mayoría cree, no es reciente. De hecho, al menos desde mediados del siglo pasado, hace más de 60 años, se habla de inteligencia artificial. El matemático británico Alan Turing es considerado el padre de esta tecnología, en virtud de que estableció los conceptos del algoritmo y la computación. Algo así como un dinosaurio que despertó.

Fue en 1936 cuando Turing diseñó una máquina capaz de resolver cualquier operación matemática que se pudiera representar por un algoritmo. Más adelante, en 1950, intentó establecer un estándar para categorizar las máquinas inteligentes. En la práctica, lo que este científico hizo fue sembrar la semilla de las computadoras que hoy tanto disfrutamos.

En 1956, los científicos John McCarthy, Marvin Minsky y Claude Shannon acuñaron el término inteligencia artificial para referirse a “la ciencia e ingenio de crear máquinas inteligentes, especialmente programas de cálculo”. Sin embargo, después de un rápido desarrollo en esos primeros años, el tema entró en el congelador, sin registrar mayores avances, hasta los 90.


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Los robots están al servicio de la ciencia y la tecnología desde hace décadas.


La inteligencia artificial (AI), con alternativas poderosas y asombrosas como ChatGPT, es hoy la mejor aliada del marketing digital. Una multitud de tareas operativas se facilitan, y son muy económicas, gracias a esta tecnología. ¿Sabes qué es y cómo aprovecharla? Te lo revelo.


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Fue en esa última década del siglo pasado en la que, gracias a la decisión de las grandes empresas tecnológicas de posar su mirada en la AI, recuperó el impulso. De hecho, en 1997 IBM presentó Deep Blue, un sistema informático alimentado con millones de partidas de ajedrez, capaz de vencer al entonces campeón mundial el soviético Gari Kaspárov.

Así, el 10 de febrero de 1996, en el Centro de Convenciones de Filadelfia, donde cambió para siempre la historia del ajedrez. Y, quizás, también la de la tecnología. Aquel día, Deep Blue, contra los pronósticos de casi todo el mundo, venció al rey indiscutible de los tableros en aquella época. El duelo fue a 6 partidas: Deep Blue ganó 2, empató 3 y perdió una (4-2).

Este invento supuso la consagración definitiva de la inteligencia artificial. Una antes y un después, porque hasta ese momento la mayoría estaba convencida de que una máquina no podía ser más poderosa que el hombre. La clave de Deep Blue, lo supondrás, era la inteligencia artificial: estaba en capacidad de analizar 100 millones de jugadas por minuto. ¡Increíble!

Hoy, de la misma manera que lo hizo con el ajedrez en los 90, la inteligencia artificial revoluciona el tablero del marketing. El principal uso, por ahora, es el procesamiento de gigantescos volúmenes de datos con el fin de predecir comportamientos (tendencias) de los consumidores. Así, nos ahorra una gran cantidad de tiempo y muchísimos recursos (dinero).

En esencia, la clave está en alimentar, de manera tan detallada como sea posible, esa base de datos para que la IA los procese. Es decir, los coteje, los compare, los compare y nos brinde las conclusiones. Esta, por si no lo percibes, es una herramienta muy poderosa a la hora de tomar decisiones como a qué nicho apuntarle o dónde y cuánto invertir en campañas de publicidad.

Es, por ejemplo, lo que hacen Netflix y Amazon con el contenido que te sugieren a partir de las búsquedas o compras realizadas por ti con anterioridad. La IA entiende que te gusta un tipo de contenido determinado o un producto y te sugiere similares. No en vano, el 75 % de lo que ven los usuarios de Netflix y el 35 % de las compras en Amazon responden a recomendaciones.

El diseño web, el reconocimiento de imágenes, la segmentación de la audiencia, el análisis predictivo, la personalización del producto, la búsqueda por voz, automatización de procesos como el envío de email, el uso de chatbots o establecer el precio de un producto son, entre muchos otros, los usos que se le dan actualmente a la IA en el ámbito del marketing digital.

Y recientemente, gracias a ChatGPT, la genial creación de la empresa californiana OpenAI, tras la cual está Google, también nos beneficiamos de la creación de contenido. ¿Lo has probado? Te mentiría si te dijera que va a remplazar a los copywriters o a los escritores, por lo menos no a corto plazo, pero sí puedo asegurarte que es una poderosa herramienta de inspiración.

¿A qué me refiero? A que para aquellos que no somos tan creativos o no tenemos la capacidad de sentarnos frente al computador y comenzar a generar contenido, a escribir, ChatGPT es una ayuda sensacional. Le dices sobre qué necesitas escribir y en pocos segundos te arroja un texto que, muchas veces, ni siquiera requiere revisión o corrección de estilo. ¡Me voló la cabeza!

Esta poderosa herramienta fue lanzada apenas el 30 de noviembre de 2022 y en pocos meses se convirtió en la socia de muchos emprendedores en todo el mundo. Por el momento, su uso es gratuito, pero es seguro que tarde o temprano sus valiosos servicios requerirán un pago. También lo puedes emplear como buscador y preguntarle acerca del tema que se te ocurra.

¿Cómo funciona? ChatGPT, informan, ha leído el 10 por ciento del contenido de internet y a partir de ahí selecciona la información que te brinda. Está en fase de pruebas y, por supuesto, no es perfecta. Trabaja rápido, pero su efectividad depende de las palabras que utilices en tu búsqueda, es decir, las órdenes que le impartes para que te dé una respuesta específica.

Así mismo, hay quienes alertan acerca de los peligros de creer que esta tecnología hace milagros. ¿Cómo así? Dado que su fuente de alimentación es internet, no hay que pasar por alto que mucho contenido allí publicado es mentira, distorsionado o tendencioso. También, que hay estadísticas caducas o amañadas, o desactualizadas. Como ves, aún no es perfecta.

De cualquier modo, tenemos el privilegio de vivir una era nueva y maravillosa en la que los robots hacen realidad del sueño de ayudarnos de mil y una formas. Si eres emprendedor, dentro o fuera de internet, sin importar si vendes un producto o un servicio, más vale que te metas en la onda de la IA o, de lo contrario, te sometes a que esta tecnología te pase por encima.

Dudo que la tecnología, por muy poderosa que sea, llegue a remplazar al ser humano. No a corto plazo, repito. No, tampoco, en el ámbito del marketing y los negocios en el que hay un factor del que, por ahora, la IA carece: sentir y transmitir emociones. Como asistente, como aliada, como una eficiente empleada, la AI, sin duda, nos demuestra que el futuro es hoy…