Cuando crees que ya lo conoces todo, que ya todo fue inventado, aparece Clubhouse y te da una bofetada. A mí, particularmente, ¡me voló la cabeza! Y no una sola vez, cuando la descubrí, sino varias más, en diferentes salas en las que he participado. Por eso, voy a comenzar por el final: si no estás en esta nueva red social, amigo mío, es como si vivieras en la época de los dinosaurios y las cavernas.

Lo primero que puedo decirte es que no estoy muy convencido de que esa categorización de red social sea la adecuada. Más bien, como si volviéramos a cuando surgió internet, es una gran red de comunidades. Además, porque por ahora (no sabemos qué ocurrirá en el futuro) hace caso omiso de las características que contaminaron la esencia de las redes sociales: el ego y los contenidos tóxicos.

Prefiero considerarla una aplicación que está causando furor en internet y, si bien es imposible predecir cuál será su alcance, puedo afirmar que nos esta brindando experiencias maravillosas. Me uní a finales de 2020 gracias a una invitación de mi buen amigo Richard Osterude y me demoré unos pocos minutos, menos de 5 minutos, en quedar atrapado. Y cada día me entusiasma más.

Lo que me impactó de arranque fue que me reencontré con una gran cantidad de amigos de mis primeros pasos en el marketing digital con los que, por las circunstancias de la vida, había perdido el contacto. ¿Quién no se pone feliz de volver a ver a un viejo amigo? Enseguida, la cantidad de contenido de valor y de oportunidades de aprendizaje me sedujo: fue amor a primera vista.

La idea era crear un nuevo tipo de red social basada en la voz para que las personas se unieran a hablar, escucharse y aprender unos de otros en tiempo real. Hoy, Clubhouse es una increíble comunidad de personas de todo el mundo que se reúnen a todas horas para hablar sobre miles de temas diferentes, como música, comedia, política, justicia social y mucho más”, dicen los creadores de la app.

¿Quiénes son? Todavía, unos ilustres desconocidos, aunque muy pronto sus nombres serán tan familiares como los de Elon Musk o Jeff Bezos y se codearán con estos en la lista de los más ricos del planeta. Rohan Seth y Paul Davison son los genios detrás de este nuevo ecosistema digital. La compañía cuenta con más de 180 inversores y se abrió justo antes del comienzo de la pandemia en marzo de 2020.

“Nuestro objetivo era crear una experiencia social que se sintiera más humana, en la que en lugar de publicar pudieras reunirte con otras personas y hablar. Nuestra estrella del norte fue crear algo en el que pudieras cerrar la aplicación al final de la sesión sintiéndote mejor que cuando la abriste, porque habías profundizado tus amistades, conocido gente nueva y aprendido”, asegura Davison.

Por ahora, la aplicación solo puede ser descargada en un dispositivo con sistema operativo IOS superior una versión superior a 13,0, aunque se estima que antes de finalizar 2021 también se podrá usar en los dispositivos Android. Además, se requiere invitación para poder acceder a ella, una forma de evitar ser víctima de un éxito súbito y educar a la audiencia acerca de las normas de funcionamiento.

Una vez recibes la invitación, debes llenar tu perfil. Es importante completarlo, foto incluida, porque allí se concentra toda la información que los demás usuarios tendrán de ti. Luego, eres libre de entrar a las salas que desees e interactuar con la audiencia. Debes aceptar las reglas de etiqueta y, una vez dentro de la sala, levantas la mano para participar. ¡Así de fácil, nada más!

Haz de cuenta que te citas con tu grupo de amigos y se van para un restaurante o una taberna a tomar unas cervezas, comer un suculento bife y conversar. Hablan de lo humano y de lo divino, se ríen, comparten conocimiento y luego de vivir una experiencia agradable se citan para una nueva ocasión. O también pueden ser tus colegas de profesión, o tus compañeros de la universidad.

Para que haya un orden y la sala no se convierta en una jungla infestada de fieras salvajes (como lamentablemente ocurrió con otras redes sociales), hay un moderador (o varios) que te permiten subir al escenario, donde puedes preguntar o compartir tu opinión. Además, puedes seguir a los expertos o a cualquier otro participante y, de la misma manera, sumar followers que te siguen.


Mercadeo Global - Álvaro Mendoza

En cualquier sala te encuentras con los referentes del mercado, de cualquier industria, y puedes interactuar con ellos.


Clubhouse está lejos de ser una red social como estamos acostumbrados a concebirlas o una tendencia pasajera. Es un nuevo ecosistema digital, una red de comunidades, basado en la voz y compartir experiencias y conocimiento, que crece rápidamente. ¿Qué esperas para estar allí?


¿Para qué? Cuando un experto que tú sigues participa de una sala, recibes una notificación, en caso de que el tema te llame la atención. Así mismo, tus seguidores sabrán en qué salas estás y podrán estar atentos a tu actividad. Algo que me encanta es que hay salas de todo y para todos, para aprender y también para distraerse, simplemente, y hay actividad durante todo el día.

Tras dos meses dentro de Clubhouse, te comparto las que, a mi juicio, son las razones por las cuales debes apresurarte para sumarte a este nuevo escenario digital:

1.- Visibilidad. Se antoja contradictorio, pues se trata de un espacio reservado para la voz. Sin embargo, en virtud de la interacción libre y espontánea, te das a conocer y permites que otros sepan quién eres y qué haces. El resto dependerá de cuánto participes y del valor que aportes.

2.- Posicionamiento. Si tienes un negocio o una empresa, si eres un emprendedor de vieja data o un principiante, en Clubhouse te puedes posicionar rápido si interactúas y aportas valor. Dado que hay salas especializadas, no hay excusa para mantenerse al margen: si estás allí es para hablar.

3.- Conocimiento. En Clubhouse tienes acceso directo a líderes y referentes del mercado, en todas las industrias y especialidades, de manera gratuita. Puedes preguntar, exponer tu caso para recibir un consejo o, simplemente, compartir una experiencia. Es una mina de oro de conocimiento.

4.- La dinámica. La interacción está basada en el respeto y, en especial, en una de las virtudes más escasas: saber escuchar. Se hace gala del espíritu con que la aplicación fue creada: la reunión de personas con intereses comunes para conversar, compartir experiencias y, sobre todo, divertirse.

5.-Relaciones. Networking es la regla de oro en Clubhouse. Encuentras colegas del pasado, conoces a talentosos emprendedores y puedes establecer alianzas estratégicas valiosas. Los beneficios dependerán, por supuesto, de tus habilidades y, en especial, de tus interacciones.

6.- Comunidades. Más que un ecosistema de redes sociales, como hace unos años, internet se transformó en una red de comunidades y Clubhouse encuadra perfectamente en ese concepto. Si sabes cómo moverte en la aplicación, encontrarás increíbles escenarios que valen oro puro.

7.- El momento es hoy. Si no tienes un dispositivo Apple (iPhone, tableta o iPod), adquiere uno ya. No tiene que ser el modelo más costoso, solo uno que te permita conectarte y comenzar a disfrutar de este cúmulo de beneficios. Después, cuando el acceso sea libre, podrás lamentarlo.

En más de 23 años haciendo negocios en internet, he visto lo humano y lo divino de la red, todos los dispositivos, herramientas, aplicaciones y programas habidos y por haber. Sin embargo, cuando descubrí Clubhouse me di cuenta de lo mucho que me falta por aprender y, por supuesto, me llena de alegría saber que allí lo puedo encontrar. Y cada día encuentro más razones para estar allí.

Hagas lo que hagas, estés en el punto en que estés, seas novato o experto, millonario o una persona con cuentas por pagar, Clubhouse es para ti y tienes que comenzar pronto si quieres conversar animada y desprevenidamente con colegas y, en especial, los referentes del mercado en todas las industrias. Quizás tengas suerte y a tu sala se sume Elon Musk (y no es mentira)…


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Mercadeo Global - Álvaro Mendoza

Soy un eterno aprendiz y, por eso, rápidamente me enamoré de Clubhouse y sus oportunidades de aprendizaje.