Si uno de tus hijos que dice que quiere ser tenista, ¿qué haces? Déjame decirte qué haría yo, a ver cuánto coincidimos: averiguo cuál es la mejor academia de la zona, converso con alumnos actuales y busco referencias, pido el plan de trabajo para determinar si es una formación integral y, por último, conozco las instalaciones donde se imparten las clases.
Como ves, no hablé de dinero, porque para mí ese es un aspecto secundario. Si encaja dentro de mi presupuesto, no dudo en pagar el precio si percibo que los beneficios serán mayores. En el caso del ejemplo, por supuesto, lo más importante es la felicidad de mi hijo, que pueda cumplir su sueño, que practique un deporte.
Sin embargo, lo más importante es que esa experiencia le sirva para formarse como mejor persona, como un buen ser humano. ¿Cómo vamos? ¿Coincidimos? Lo importante no es la forma, sino el fondo. Es decir, lo que realmente vale es que entiendas que cumplir tus sueños y, sobre todo, superarte cada día es una tarea de nunca acabar.
Eso significa que no la terminamos, porque los seres humanos, de alguna forma, somos una obra negra perpetua: siempre estamos en construcción. Y cuando terminamos una etapa, comenzamos otra más compleja. Eso, a mi modo de ver, es lo que hace de la vida algo tan fascinante, lo que nos motiva a levantarnos cada día a seguir luchando.
Porque, ¿te imaginas si un día te despiertas y descubres que ya estás completo, que eres perfecto? Particularmente, me aterraría. ¿A qué me dedicaría, entonces? ¿Qué motivación tendría para luchar las siguientes 24 horas? Prefiero asumir que estoy en la fase de cimientos que hacerme a la idea de que llegué a mi techo, una sensación que me desagrada.
Convertirnos en personas de bien, útiles para la sociedad, amigables con nuestro entorno y alcanzar el propósito supremo de ser felices es una tarea harto difícil. Tan difícil, que a veces perdemos el rumbo, a veces nos rendimos por el cansancio, a veces nos conformamos con lo que somos, a veces desistimos porque vemos la meta muy lejana.
A veces, también, creemos que la prueba es demasiado para nosotros y tiramos la toalla. Es un riesgo que corremos todos los días. Por eso, cuando veo al espejo retrovisor de mi vida y recuerdo cuando alguna de esas sensaciones me invadió, cuando alguno de esos obstáculos se antojó infranqueable, prefiero mirar al frente.
Superarte debe ser la misión de cada día, no una opción. Pero, no debe
ser una obsesión que te lleve por caminos equivocados, sino una misión
planificada, consciente y enfocada en tus sueños, en tu felicidad.
Sí, porque si bien no puedo borrar eso que sucedió en mi pasado, sí puedo superarlo y, mejor aún, puedo aprovechar ese aprendizaje como un plus que me ayude en la tarea que me apasiona: ser mi mejor versión. ¿Qué significa eso? Honestamente, no lo sé. Me gusta la idea de ser un proyecto, una obra que requiere retoques.
Solo sé que debo trabajar cada día, ofrecer mi mejor esfuerzo y un poco más, darle la espalda al conformismo y concentrarme en avanzar. Pasito a pasito; con pausa, pero sin tregua. Y seguiré aferrado al método que me ha resultado exitoso, y cuyos pilares comparto contigo. Ojalá te aprovechen:
1) Aprendizaje: a veces, nos conformamos con un “todos los días se aprende algo”. Sin embargo, suele ser nada más una frase de cajón. El aprendizaje que te lleva a la cima, el que te permite cumplir tus sueños, el que te da la posibilidad de ser útil para otros, no se adquiere por ósmosis: es un acto consciente, planeado, una decisión de vida.
Si en verdad quieres ser tu mejor versión, debes exigirte, superar tus límites, explorar nuevos universos de conocimiento. Debes establecer un plan de acción en concordancia con tu pasión, tu visión de la vida y, sobre todo, tu misión en este mundo. Aprendizaje, de la A a la Z, un hábito que debemos cultivar cada día de nuestra vida.
2) Vivir: vivir no es lo mismo que hibernar. Este término está estrechamente ligado a la zona de confort y esa es la perdición para quienes, como yo y como tú, queremos ser nuestra mejor versión. Vivir es hacer el mayor esfuerzo para cada día sea provechoso, te deje una enseñanza, te libere de una atadura y represente un avance en tu proyecto.
Haz ejercicio, descansa, viaja, conoce otras culturas, disfruta de tus amistades, ama apasionadamente a tu familia, cultiva hábitos saludables, lee y escribe. Vivir es exprimir cada día y sacarle el mayor jugo, al punto que cuando te acuestes por la noche estés exhausto, pero satisfecho. Vivir es moverse, actuar, interactuar, compartir.
3) Productividad: si concibes tu vida como un proyecto, si tienes un plan para alcanzar tus sueños, necesitas ser productivo. Administra tu tiempo de modo que puedas realizar las tareas previstas (incluidos el descanso, la vida propia) y aun así te sobren energías. Aplica la inteligencia financiera para manejar tu dinero y hacer que se reproduzca.
Felicidad, éxito y prosperidad son el resultado de tus acciones. Si no llegas a ellos, es porque en algún punto erraste. Enfócate en lo importante, concéntrate en tu pasión, bríndate en el ejercicio de ayudar a otros y verás la recompensa. Y recuerda: se estás rodeado de personas que comparten tus sueños y pasiones, mejor resultados obtendrás.
4) Valores: como lo consigné en mi último libro Directo al éxito en 100+ palabras, los valores son imprescindibles para llegar a la cima, ese lugar donde te esperan tus sueños, el éxito, la prosperidad y la felicidad. Son herramientas increíblemente útiles que te ayudarán a avanzar, que te guiarán en la oscuridad, que te compensarán.
Tu plan debe tener objetivos claros y tus acciones necesitan partir de pensamientos positivos. El mayor de los obstáculos, el único que suele ser insuperable, es el miedo. Cree en ti, así nadie más lo haga, y no te des por vencido. Y no te olvides de los valores, que son faros que te ayudan a avanzar, una armadura para enfrentar al peor enemigo.
5) Relaciones: nadie está solo en el mundo. Llegamos solos y solos nos vamos, pero en el viaje terrenal estamos condenados, para bien y para mal, a recorrer el camino junto con otros. Y, quizás, descubrirás que es la mejor de las experiencias, la más enriquecedora, la única que te brinda invaluables dividendos sin reparar en cuánto invertiste.
En las dificultades, si estás acompañado, es más fácil superarlas. Si cristalizas un sueño y lo compartes, multiplicas sus beneficios. Si sirves a otros a través de tu conocimiento y experiencia, la vida te pagará un alto precio. Para alcanzar éxito, prosperidad y felicidad, las relaciones (redes) son indispensables. Sin ellas, tarde o temprano fracasarás.
Muy interesante