Reflexión # 1 – El Peor Error de tu Vida

La expectativa por ingresar al mundo laboral, hoy en día, se traduce en la primera decepción profesional de muchos. Y no pocos escogen el camino del emprendimiento como única salida para generar recursos.

Sin embargo, si no tienes tiempo, si no tienes dinero, si no te apasiona eso que quieres hacer a cambio de dinero, no empieces un negocio en internet. ¡Podría ser el peor error de tu vida!, y lo lamentarás.

¿Estás preparado para fracasar? Porque no se trata solo de un negocio, es tu vida. No hay afán, no importa qué edad tengas, pues nunca es tarde para emprender. Lo único importante es que cuando tomes la decisión estés seguro de que esa es la vida que quieres vivir.

Reflexión # 2 – No te niegues la oportunidad

Entusiasmo, pasión, optimismo, energía y trabajo. ¿Sabes qué resulta de la sumatoria de estas cinco características? La seguridad de que tu emprendimiento comienza con pie derecho, de que las bases son sólidas y el riesgo de fracaso ha disminuido.

Una de las piedras más grandes con las que tropieza un emprendedor cuando empieza su negocio es aquella de no tener claro para dónde va. La falta de un plan de acción específico para ese proyecto provoca que más de uno termine en el abismo.

Empezar un negocio es como comenzar a vivir otra vida: es una oportunidad maravillosa, enriquecedora, apasionante. No te niegues la oportunidad: ¡Vívela al máximo!

Y recuerda estos cinco consejos: es un negocio, no una empresa; la competencia no es tu medida; el afán no es un buen consejero; si fracasas, no es el fin y no eres el último en la fila

Reflexión # 3 – En sus marcas, listos… ¡YA!

Cuando eres joven, te quieres comer el mundo. Sin embargo, te faltan recursos, no tienes experiencia y careces de credibilidad. Lo bueno es que posees espíritu aventurero y no le temes al fracaso.

Cuando eres viejo, la vida te ha golpeado duro y conoce tanto el sabor de la derrota como el del triunfo. Le perdiste el miedo a equivocarte y entiendes el potencial de la experiencia y los conocimientos adquiridos durante años.

¿Eres demasiado joven? ¿Eres demasiado viejo? Cuando quieres comenzar un negocio, la edad es solo un número, no un factor decisivo. Lo que vale, lo que marcas las diferencias, es lo que llevas en tu corazón.

El mejor momento para empezar un negocio es cuando tú estás listo. Cuando estás dispuesto a hacer, a sacrificar, a aprender, a perdonarte las equivocaciones, a servir, a reconocer tus límites. ¡Ese es el momento!

Reflexión # 4 – La vida no vale nada

Juventud, salud, educación, reconocimiento y cariño, riqueza material… ¿Eso es todo lo que necesitas para ser feliz? En términos generales, sí. Sin embargo, a veces los hechos nos demuestran que no es suficiente.

A veces, ni siquiera cumplir esos sueños que forjamos de niños nos lleva a la felicidad. A veces, nos dejamos contaminar por las circunstancias. A veces, permitimos que el mundo exterior nos devore y acabe con lo que más queremos.

En ocasiones, el éxito mediático, alumbrado por las luces de los flashes de las cámaras fotográficas y las figuraciones en redes sociales, no es más que la punta de un iceberg que, bajo la superficie, oculta los males que nos carcomen.

Los seres humanos, a veces, creemos que la felicidad y el éxito consisten en atesorar bienes terrenales, en ostentar una posición, en ser reconocidos públicamente. Se nos olvida que la verdadera riqueza es la que tenemos en el alma.

A veces, lo tenemos todo, pero no sabemos ser felices, no entendemos que somos ricos de muchas formas. A veces, lo tenemos todo y al final nos quedamos sin nada. A veces, la vida no vale nada…