Todos tenemos talento, todos tenemos inteligencia, todos tenemos dones, todos los días duran 24 horas, todos estamos en capacidad de conseguir aquello que nos proponemos. Sin embargo, ¿por qué hay personas que logran éxito, felicidad y prosperidad y otras que se quedan con las manos vacías? Si en esencia todos somos iguales (y lo somos), ¿en qué radica esta diferencia?

Lo primero que tengo que decirte, porque es una creencia limitante que nos enseñaron en la niñez, es que nadie nace con estrella para ser exitoso y nadie nace marcado para fracasar. Está bien que hay personas que nacen en ambientes más cómodos, con mayores posibilidades, con un respaldo sólido, pero también sabemos que personas de cuna humilde también tocaron el cielo.

También es claro que en nuestros países latinoamericanos hay grandes desigualdades, que las oportunidades no son para todos, que el sistema económico está diseñado para favorecer a unos pocos. Es cierto. Sin embargo, eso no significa, de manera alguna, que alguien el éxito, la felicidad y la prosperidad estén reservados para unos pocos y los demás deban conformarse con lo malo.

Suelo decir, porque lo he vivido a lo largo de mi trayectoria, que el éxito es la consecuencia directa de tus acciones y de tus decisiones. No significa que no te equivocas, sino que te equivocas, aprendes la lección y corriges para evitar la reiteración del error. Esa es una constante que se puede observar en la vida de quienes logran cumplir sus sueños y transformar su entorno.

El problema se origina en que cuando toman la decisión de convertirse en emprendedores, muchas personas asumen que va a ser un camino fácil, libre de dificultades, y no es cierto. Menos en este siglo XXI en el que todo cambia con rapidez, especialmente los hábitos de las personas, las condiciones del mercado y las herramientas que utilizamos en el trabajo. Debemos adaptarnos a eso.

Muchos creen que ser emprendedor es vivir la vida a su antojo, hacer lo que desean y quitarse las ataduras del mundo laboral convencional. En parte, eso es cierto. En parte. Sin embargo, lo que no les dicen a estas personas es que se requieren altas dosis de disciplina, de esfuerzo, de sacrificio, de perseverancia y de humildad, entre otras virtudes, si quieres alcanzar eso que tanto deseas.

Lamentablemente, en el ámbito digital ha hecho carrera la idea de que es posible ser rico en solo unas horas, que basta hacer clic en la tecla adecuada y todo fluye: llueve maná del cielo. Y no es así, por supuesto que no es así. Hay que adquirir conocimiento, experiencias (prueba y error), establecer relaciones, invertir en herramientas y recursos y trabajar duro, trabajar duro, trabajar duro…

Te comparto cinco hábitos que me ayudaron a alcanzar el éxito y, sobre todo, a mantenerme en la cima; espero que te aprovechen:

1) Levántate temprano: honestamente, fue el que más trabajo me costó. Desde hace muchos años, desde cuando todavía vivía en Colombia, me acostumbré a trabajar en la noche, hasta la madrugada, y por eso no me levantaba temprano. Hoy, cambié ese hábito, duermo menos tiempo y mis días son ‘más largos’: eso significa que aprovecho más tiempo, sin estar pendiente de la hora.

Por supuesto, no es tan fácil como el popular dicho “Al que madruga, Dios le ayuda”. Necesitas tener un plan, una agenda que te permita priorizar tus tareas, ejecutarlas en orden. También debes aprender a delegar, saber qué labores puedes confiar en otras personas mientras tú te dedicas a lo importante: en mi caso son las relaciones con mis clientes y las estrategias de marketing.

2) Edúcate sin descanso: ¿sabes qué es lo más grandioso del aprendizaje? Que nunca termina. Nunca lo sabes todo acerca de nada, y menos en estos tiempos modernos en los que la dinámica que se impone es la del cambio. Por eso, más allá de cuanto hayas estudiado, uno de los hábitos que debes cultivar es el de la capacitación permanente en tu área de acción y en campos afines.

No se trata de que tomes todos los cursos que te ofrezcan en internet. Lee libros de autores reconocidos, acude a eventos presenciales con figuras de credibilidad, inscríbete en webinars, mira videos, escucha audios. Despégate del televisor, de las redes sociales y de toda actividad que te robe tiempo para lo verdaderamente importante: fortalecer y diversificar tu conocimiento.


Mercadeo Global - Álvaro Mendoza

De la calidad de personas de las que te rodees dependerá que alcances el éxito.


No existe la fórmula perfecta (o libreto) para alcanzar el éxito, la felicidad y la prosperidad, porque cada caso es particular. Sin embargo, lo que sí puedes hacer es modelar aquello que ha permitido a otros conquistar sus sueños, a transformar su vida, a dejar una huella, en especial, sus hábitos. ¿Cuáles son los tuyos? Te comparto cinco que, seguro, te convertirán en un ganador.


3) Vive tu vida: este es el punto débil de la mayoría de los emprendedores, sin importar si se trata de un novato o de uno experimentado. Se dejan abrumar por la elevada carga de tareas y la vida se les vuelve un bulto de anzuelos porque todo el tiempo, todos los días están dedicados al trabajo y se olvidan de que tienen familia, de que tienen amigos, de que la vida es más que solo trabajo.

La excusa del “no tengo tiempo” no vale, porque como ya dije el día tiene 24 horas para todos. Lo que sucede es que muchos no se organizan, no siguen un plan, no tienen una agenda y dedican demasiado tiempo a actividades que consumen su tiempo. Haz deporte, duerme bien, come lo que te gusta, júntate con aquellos a los que amas, lee, estudia y dedícate tiempo para ti solo.

4) Prioriza y delega: nadie, absolutamente nadie, alcanzar el éxito y la felicidad si está solo. Carecer de recursos no es una disculpa, porque siempre hay una salida: encuéntrala. Lo que sucede es que nos cuesta soltar, nos cuesta confiar en los otros y hemos sido enseñado a que debemos valernos por nosotros mismos. Así solo conseguimos apegarnos a lo que nos impiden avanzar.

Encárgate de las tres tareas más importantes para tu negocio (estrategias de marketing, relaciones y otra más) y delega el resto. Contrata personas capacitadas y profesionales cuyos valores y principios coincidan con los tuyos y te den un soporte adecuado. El trabajo en equipo es una de las características destacadas de un negocio exitoso. Recuerda: la unión de fuerza nos hace invencibles.

5) Rodéate de la gente adecuada: pero, no solo eso. También, aléjate de las personas que no creen en ti, que te critican por todo, que te envían energía negativa, que te impiden ir en busca de lo que deseas. No importa que sea tu familia, tus amigos: soltar lo tóxico es una de las condicione para aspirar a conquistar tus sueños. No permitas que otros echen a estropear la vida que te mereces.

Preocúpate por rodearte de la gente adecuada, positiva, constructiva; gente que crea en ti, que te impulse a sacar lo mejor de ti, que te ayude a superar las dificultades, que sirva como apoyo cuando caes y de estímulo cuando avanzas. Gente comprometida con sus sueños, como tú, que potencien tus fortalezas y minimicen tus debilidades. Gente que ya haya conseguido lo que quieres.

Y tú, amigo mío, ¿qué hábitos has cultivado?