Cada tanto, como si se tratara de una tradición, aparece alguna persona para formularme la misma pregunta. Hace un tiempo, lo confieso, me molestaba, pero entendí que es una cuestión natural, algo que a todos los seres humanos nos inquieta. Y, como si se tratara de una tradición, mi respuesta es la misma, entre otras razones porque no conozco algún argumento diferente.

“Álvaro, ¿cuál es la clave de tu éxito?” es el interrogante. La primera vez que lo escuché, no pude ocultar la sorpresa. Nunca me había planteado esa pregunta y, al menos de manera consciente, no había esbozado unas razones. Por supuesto, se despertó mi curiosidad y me di a la tarea de tratar de encontrar una respuesta o, mejor aún, una serie de respuestas a una pregunta compleja.

Porque lo primero que debía definiera el concepto de éxito, que en la vida real es muy distinto del que nos define el diccionario. “Resultado feliz de un negocio o actuación”, “Buena aceptación que tiene algo o alguien” y “Fin o terminación de un negocio o asunto”, son las definiciones académicas. No sé qué pienses tú, pero para mí ninguna de ellas refleja lo que para mí es el éxito.

¿Por qué? Porque, si las vuelves a leer, seguramente te darás cuenta de que todas hablan de un punto final, de un resultado. Y mi concepción es distinta: para mí, el éxito está en el proceso, en el desarrollo, no en el final o en el resultado. En otras palabras, inclusive en ocasiones en las que no obtengo lo que deseo (resultado), me siento feliz por lo que aprendí, por lo que compartí (el proceso).

¿Entiendes? Si el éxito, en realidad, dependiera del resultado, habría que reconocer que los seres humanos estamos hechos para el fracaso. Y no es así, por supuesto. ¿Por qué? Porque son más, muchas más, las veces en que no alcanzamos lo que deseamos, en las que el resultado es adverso, a las que obtenemos lo que queremos. Inclusive así, hay un aprendizaje, hay una experiencia.

Y ese aprendizaje y esa experiencia, si bien no significan un éxito, quizás sean el punto de partida de algo exitoso si sabemos capitalizarlos, si los aprovechamos, si en el siguiente intento evitamos repetir los errores. ¿Te das cuenta? El éxito es el proceso, el desarrollo de la actividad, mientras que el resultado es apenas una consecuencia de ello, de las acciones y decisiones que adoptas.

En ese sentido, entonces, puedo decirte con conocimiento de causa que para mí no hay una fórmula para conseguir el éxito. Lo que este significa para cada uno es diferente y, por eso, la forma de alcanzarlo es diferente. Para mí, por ejemplo, éxito es ver a mis hijas crecer y cumplir sus sueños o ayudar a mis clientes a transformar su vida. Ese, claro, es un éxito distinto del tuyo.

Pero, volvamos al interrogante del comienzo. En esa reflexión que me generó aquella pregunta me di cuenta de que el proceso del éxito, o el éxito del proceso, está basado en lo que hacemos y en cómo lo hacemos. En otras palabras, se fundamenta en nuestros hábitos y comportamientos, en lo que haces cada día de manera consciente con el fin de alcanzar una meta específica.

Te comparto los hábitos que me han ayudado a ser exitoso, a disfrutar el proceso:

1.- Cultiva el conocimiento. Vivimos la era del conocimiento, porque hay contenidos de valor a un clic de distancia y gratuitos. Si sabes dónde hacer ese clic, puedes transformar tu vida. Lee, mira y escucha; no importa el formato, sino el valor del contenido. Dedica al menos 1-2 horas a aprender, a desarrollar habilidades, a profundizar lo que ya sabes. Un día sin aprendizaje es un día perdido.

2.- Gestiona tus emociones. Saber controlar las emociones y evitar que te metan en problemas es un arte, una habilidad que todos debemos desarrollar. Aprende a lidiar con los demás, con tu entorno, en especial con aquello que te molesta. Explora tu interior, conócete y, sobre todo, acéptate tal como eres. No tienes porqué ser perfecto, así que enfócate en lo constructivo.


Mercadeo Global - Álvaro Mendoza

El éxito es una construcción propia, un proceso con dificultades y oportunidades.


Eso que llamamos ‘éxito’ es una construcción propia, algo particular de cada persona. No creas en los que te dicen que tienen la fórmula, que conocen sus secretos, porque es mentira. No te enfoques en el resultado y más bien disfruta el proceso, que será placentero y gratificante si logras cultivar estos 10 hábitos que a mí me funcionan muy bien. Ser exitoso es una decisión.


3.- Marca distancias. Este es un aprendizaje difícil para la mayoría de las personas. Sin embargo, si deseas ser feliz y exitoso, es imprescindible que aprendas a alejarte de lo que te intoxica, de lo que te contamina, de lo que alimenta tus creencias limitantes, sean otras personas o situaciones. Decir no es la clave para abonar el ambiente en el que puedas ser productivo, abundante y feliz.

4.- Mentalidad de abundancia. El poder de la mente es ilimitado, para bien o para mal. Te permite hacer lo que deseas, si en verdad lo deseas, sabes cómo conseguirlo y ejecutas las acciones necesarias. Y puede convertirse en el obstáculo insalvable camino de tus sueños. Piensa positivo y constructivo, piensa en crecimiento, atrae todo lo bueno que deseas en tu vida para ti y los tuyos.

5.- Cuida tus relaciones. En un doble sentido: cuida de quién te rodeas, preocúpate porque sean personas que estén en sintonía con lo que deseas en tu vida, con tus principios y valores. Y, por otro lado, cuida las relaciones con esas buenas personas que te impulsan, te inspiran, te motiva y te hacen crecer, que te permiten crear tu mejor versión. Rodéate de otras personas exitosas.

6.- Crea varias fuentes de ingresos. Una de las mayores dificultades que enfrenta una persona en su camino a la realización es depender de una sola fuente de ingresos que, por lo general, no es suficiente. No pongas todos los huevos en el mismo cesto: diversifica, aprovecha tus talentos y tus dones, establece alianzas, invierte en negocios distintos al tuyo. Sé libre y autónomo en lo financiero.

7.- Ten vida propia. Jamás alcanzarás el éxito si no logras un equilibrio entre lo laboral y lo personal. Por más que ames tu trabajo, que hagas lo que te apasiona, necesitas un escape, algo que te permita despejar la mente y recargarte. Haz deporte, sal de paseo, reúnete con tus amigos, dedica tiempo a tu familia, lee, come rico, descansa y no olvides premiarte de vez en cuando.

8.- Piensa en ti. Una de las claves del éxito, por si no lo sabías, es la soledad. Que, si aprendes a apreciarla, es una gran compañera y una excelente consejera. Necesitas dedicar tiempo para ti, para meditar, para pensar, para disfrutar en silencio lo que la vida te da. Esa conversación contigo mismo y esa exploración interior son la fuente de la paz y la tranquilidad que requieres para ser exitoso.

9.- Sé agradecido. La gratitud es la semilla del éxito y de la abundancia. Si miras con atención, te darás cuenta de que tienes más de lo que necesitas y de que la vida, inclusive con sus dificultades, es buena y generosa contigo. Sé agradecido, comparte con otros lo que tienes y lo que eres y verás cómo los beneficios y las bendiciones se multiplicarán de mil y una formas maravillosas.

10. Toma acción. Nada de lo anterior, absolutamente nada, te servirá si no tomas acción, si no implementas un plan, si no desarrollas una estrategia, si no persigues unos objetivos. Deja de pensar en lo que quieres hacer, y hazlo. Deja de pensar en si puedes, y hazlo. Deja de creen en lo que otros te dicen, y hazlo. Equivócate, aprende, inténtalo una y otra vez hasta que lo consigas.