Echar a perder una buena idea de negocio, un buen producto, es algo que lamentablemente ocurre con frecuencia. El trabajo, el esfuerzo, los sacrificios, las inversiones y el tiempo se pierden en un abrir y cerrar de ojos. Los sueños se derrumban y no hay más remedio que resistir ese duro golpe, del que no es fácil levantarse.

La etapa inicial de tu negocio, lo he dicho en reiteradas oportunidades, es la más delicada del proceso. Tu negocio es como un bebé recién nacido: frágil. Necesita cuidados, mimos, que lo arropes y que, sobre todo, lo soportes. Eso quiere decir que lo ayudes a dar los primeros pasos, que le sirvas de apoyo, que lo tomes de la mano y lo guíes.

Formas de transitar el camino hay muchas, y cada quien escoge la suya. La que más le convenga, la que más le atraiga, la que mejores resultados le ofrezca. Particularmente, la mía es muy clara: el contenido de calidad, y gratuito. Por favor, pon atención a las dos condiciones indispensables: de calidad, la primera, y gratuito, la segunda.

Mercadeo Global - Álvaro Mendoza

En la etapa inicial, tu negocio es como un bebé: necesita que lo ayudes a caminar.

Este es un tema polémico, en el que hay tantas voces a favor como en contra. Sin embargo, por lo que me enseñaron mis mentores y, sobre todo, por lo que he aprendido en casi dos décadas de práctica profesional como emprendedor, cada día estoy más convencido de que el contenido de calidad y gratuito es la mejor estrategia.

Hace unas semanas, Jorge Cruz, un alumno puertorriqueño que se mudó al estado de Florida, me llamó para contarme sobre su negocio. Nos reunimos y, al calor de un café, conversamos acerca de su emprendimiento. Me alegró mucho conocer sus avances, saber que aumentó considerablemente el número de clientes y que está feliz.

Jorge comenzó un negocio destinado a ayudar a esa cantidad de personas que enfrentaron problemas económicos y quedaron marcados, es decir, que ahora enfrentan dificultades para obtener créditos porque tienen un historial negativo. Un tema complicado, por sus aristas legales y, especialmente, por la desconfianza de los clientes.

Sin embargo, Jorge logró romper las barreras, generó la credibilidad necesaria y tuvo la oportunidad de ayudar a muchas personas. ¿Cómo lo hizo? “Hay muchas leyes que nos protegen como consumidores y muchas personas no saben cuáles son esas leyes. A veces, nos asfixiamos, nos cansamos, no sabemos qué hacer, perdemos el trabajo”, afirma.

Mercadeo Global - Álvaro Mendoza

No importa en qué formato lo presentes, siempre y cuando sea un contenido de calidad.

Su compañía está afincada en Michigan y atiende clientes de prácticamente todo el país. Les enseñamos cómo no afectar su crédito, cómo mantenerlo con una buena puntuación empírica, un buen ‘score’, y mantener la credibilidad cuando van a buscar una casa, un carro o lo que le haga falta”, explica. Una solución para un problema real del mercado.

Lo que más me llama la atención de Jorge es que después de capacitarse tomó la decisión de enfocarse en un nicho del mercado y aprovechó las herramientas disponibles en internet para cumplir su propósito. Empezó apalancado en los recursos gratuitos que cualquiera puede encontrar en MercadeoGlobal.com, y los replicó en su negocio.

Variedad de opciones

¿Por ejemplo? Tomó un curso de marketing con videos y redes sociales, convencido de que era la estrategia adecuada para llevar su negocio al siguiente nivel. Y tenía razón. “Yo tenía una página web y debí hacerle modificaciones para poder presentar ese contenido que fui generando. Hoy, veo unos resultados positivos que ni yo mismo me los creo”.

Durante más de un año, Jorge fue consumidor del material que publico en mi página, en diferentes formatos, o en los otros canales que forman parte de mi estrategia de marketing. “Sin haber terminado el curso, sin ser un experto en videos, logré resultados muy halagadores. No sabía hasta dónde podía llegar con esta herramienta”, contó.

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La satisfacción del cliente es la prioridad de tu trabajo. Y el contenido es una herramienta útil.

Si sigues con atención mis canales digitales, te habrás dado cuenta de que en el blog publico prácticamente todos los días, de que alimento con frecuencia mi canal de YouTube y de que replico la información en redes sociales. También hago publicidad en Facebook. Y mensualmente publico MG La Revista, y edito varios libros al año. Eso, además de webinarios.

Todas son herramientas poderosas, con enfoques distintos: cada producto tiene su personalidad y aunque en conjunto están diseñados para satisfacer las necesidades de mis clientes, también son aptos para cualquier persona que los consulte. Y todos son gratuitos, porque soy consciente de mi misión como emprendedor.

No importa cuál de los canales escojas, cuál de las herramientas utilices, cuál sea el mercado al que te diriges. La premisa fundamental para darte a conocer, para posicionarte como un experto y para generar confianza y credibilidad es publicar contenido de calidad, y gratuito. Las ganancias económicas, que todos necesitamos, vendrán después. Créeme.

Al comienzo de la nota te decía que tu negocio es como un bebé al que debes apoyar en esos primeros pasos. El contenido es, a mi modo de ver, la mejor forma de hacerlo. Tus clientes te conocen, te distingues de la competencia, brindas un servicio, ofreces tus productos y le dejas ver al mercado que sí eres la solución al problema que lo aqueja.

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Un contenido de calidad es el primer paso para ganar la confianza de tu cliente.

Otras veces lo he dicho, pero lo repito por si no lo sabes: cuando tú entregas contenido de calidad y gratuito, el mensaje que le transmite a tu prospecto es el siguiente: “Si esto tan bueno es gratis, cómo será de valioso lo que puedo obtener si le pago”. A todos nos interesa ganar dinero, pero sin clientes que confíen en nosotros es imposible conseguirlo.

Esa es la gran posibilidad del contenido de calidad gratuito: que puedes conseguir clientes de calidad que luego se convertirán en evangelizadores de tu marca y atraerán a otros. Si aún no lo intentaste, date la oportunidad: el de Jorge Cruz con sus videos no es el único caso que puedo relatarte. Ojalá tú seas el próximo caso de éxito del que pueda hablarles a mis clientes. Hasta pronto.