En internet no hay verdades absolutas y la dinámica del cambio es la única constante de los negocios, así que no te dejes confundir. El video es una herramienta muy poderosa, pero no es la única que debes utilizar, porque el consumidor actual se caracteriza por ser multicanal. Eso sí: aprovecha los beneficios de este formato, que si lo usas bien te ayudará a convertir más.
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La única verdad de internet es que en internet no hay verdades absolutas. ¿Lo sabías? Parece algo obvio, pero no lo es. Más bien, se trata de una realidad que muchos desconoces y que, a la postre, se convierte en el obstáculo que los frena en su camino al éxito. ¿Por qué? Porque creen que lo que les funcionó una vez funcionará mil veces, porque creen que el mercado nunca cambiará.
Y, te lo puedo decir con conocimiento de causa, porque lo experimento todos los días en mi negocio, eso no es cierto. El marketing sería muy sencillo, y hasta se me antoja que muy aburrido, si solo hubiera una fórmula, si la misma fórmula nos sirviera para cualquier estrategia. Y qué fácil sería el marketing si esa estrategia funcionara por los siglos de los siglos, con buenos resultados.
Tú puedes ofrecer un producto o un servicio al mercado, pero para cada nicho específico debes formular una estrategia diferente. Por ejemplo, no es lo mismo cuando te diriges a un público adulto mayor, con poder adquisitivo, que si te enfocas en una audiencia de edad mediana, digamos entre 35-45 años, que si bien tiene capacidad económica, también tiene otras prioridades.
¿Ves de qué se trata? El público adulto mayor no se lo piensa mucho a la hora de tomar la decisión de compra; basta con que perciba el valor del beneficio que le ofreces para que avance en el proceso de compra. La otra audiencia, en cambio, primero debe velar por la educación de sus hijos, por los gastos del hogar, por los compromisos financieros y, después, ver si queda algo disponible.
El mensaje que emites, el canal que utilizas y la oferta que realizas, entonces, deben ser distintos, uno para cada nicho. Y, por supuesto, necesitas saber cuál es el adecuado para cada caso, que es lo mismo que decir que debes conocer muy bien a tu cliente ideal, a tus clientes ideales. Solo así podrás acertar en tus estrategias y solo así conseguirás elevar el porcentaje de conversiones.
Lo mismo ocurre con el formato: no puedes caer en la tentación que te lleva al error. Me refiero a que mucha gente asume que a los adultos mayores les gusta leer y que a los jóvenes les llegan mejor con el video. Hoy, más allá de su experiencia digital, todas las personas son multiformato, es decir, si bien hay alguna preferencia, son consumidores de contenido, no fanáticos de formatos o canales.
Hay estudios que nos ayudan a establecer los hábitos de comportamiento de los consumidores. Por ejemplo, se sabe que el teléfono móvil lo utilizan primordialmente para ver videos cortos del tipo de los compartidos por otros usuarios, trailers de películas, videos musicales o tutoriales. Son contenidos que pueden ver en cualquier momento, que no les demandan un tiempo específico.
En la comodidad de la casa, seguramente rodeado de sus hijos y amigos, elige las series, la películas y los documentales a través de la tv. Como es un contenido que requiere mayor atención, lo mejor es disfrutarlo de puertas para adentro, degustando unas deliciosas palomitas de maíz, o una pizza. Ya no se trata solo de ver una peli, sino de pasar un rato en compañía de su familia.
El hábito vuelve a cambiar cuando de consumir contenidos informativos y que invitan a la reflexión se trata. ¿Cómo le gustan? Por escrito, en textos a través de internet, o libros. En especial, cuando los textos versan sobre salud, noticias, viajes finanzas o de las marcas del mercado. Las fotografías son las elegidas cuando se trata de moda, automóviles, tecnología o belleza. ¿Ves cómo cambia?
Aunque en internet encuentras decenas (¿o cientos?) de artículos que te sientan cátedra, la verdad es que el consumidor actual, sin importar la edad o el nivel de educación, es multiformato. De hecho, en mis estrategias de marketing y en los diferentes canales en los que estoy presente utilizo todas las opciones posibles: textos, audios, videos, libros, transmisiones en vivo, en fin.
Lo que ocurre es que hay una información que algunos tergiversan para tratar de sacar provecho propio. Entonces, un día te dicen que el email marketing, mi viejo y querido amigo, falleció. Y lo resucitan a los dos otras días para ofrecer un curso de email marketing. Luego te cuentan que el mercado solo consume video, que el texto está en vías de extinción, y te lo cuenta en una nota escrita.
Y así se la pasan, a la caza de incautos, haciendo el ridículo, y generando ruido en el mercado. Un ruido que, valga decirlo, a todos nos afecta. ¿Por qué? Porque lo único que resulta de esos fatídicos anuncios es restarle credibilidad a internet, a las actividades que se hacen en internet. Por eso, todavía hay muchos usuarios que desconfían de quienes hacemos negocios en la red.
Lo que sí puedo decirte con seguridad, a sabiendas de que llevo más de veinte años en el mercado y lo he visto todo, es que en los últimos tiempos el video ganó terreno. No porque sea una tendencia, no porque sea el preferido de los jóvenes, no porque podamos observarlos a través del teléfono, la tableta o el computador. Las razones del auge son bien diferentes, y te las explico:
Primero, porque hoy el usuario es feliz con la tecnología, pero exige que la relación sea entre personas. No quiere interactuar con robots, detesta los contestadores automáticos y desconfía de lo que encierra algún misterio. Quiere relacionarse con seres de carne y hueso, que entiendan su dolor, que lo escuchen, que lo aconsejen, que lo hagan sentir importante. ¡Esa es una prioridad!
Segundo, porque hoy disfrutamos de poderosas y recursivas herramientas que no existían antes. Cuando comencé a hacer negocios en internet, el video era imposible y las fotografías, un sueño muy lejano. Hoy, en el teléfono tenemos todo: video, fotografías, audio y, además, lo recursos para editarlos, para publicarlos. La evolución tecnológica favoreció el crecimiento del video.
Tercero, porque los hábitos de los consumidores han cambiado. Gracias a que estamos conectados todo el tiempo, la gente ya no espera llegar a casa para ver el contenido que le interesa. Yo, por ejemplo, aprovecho el tiempo muerto mientras conduzco en el tráfico para escuchar audios o conferencias, y leo algún libro o veo videos largos si estoy en la sala de espera del aeropuerto.
Cada vez utilizo más el video porque sus beneficios son múltiples. Primero, me permite una interacción real, en vivo y en directo, con la audiencia, con mis clientes, contigo. Esa es, sin duda, una experiencia inigualable. Esta interacción elimina las barreras, fomenta la participación y nos brinda la posibilidad de la retroalimentación inmediata, de las preguntas, que son fundamentales.
Segundo, es un formato versátil. Lo puedo utilizar para videoconferencias, para webinars, para transmisiones en vivo, para entrevistas o para testimoniales. Es fácil de hacer y de procesar y, más allá de la extensión, el público lo consume siempre y cuando el contenido sea de valor. Esa es la premisa. A mí me encanta porque el interlocutor puede verme, sabe que trata con una persona real.
Tercero, contribuye a fortalecer al confianza y la credibilidad y, como resultado de esto, a incrementar las conversiones. El usuario derriba las objeciones comunes gracias a la interacción y es más propenso a llegar hasta el final del proceso de compra. No quiere decir que otros formatos estén caducos, solo que en las condiciones actuales el contenido de valor en video contribuye a cerrar ventas.