El año pasado, más o menos por esta misma época, el ambiente del marketing y los negocios digitales estaba caldeado. ¿Recuerdas por qué? A través de redes sociales, de correos electrónicos y hasta de publicidad nos decían que el marketing de contenidos había muerto. Y recuerdo también la andanada de críticas que recibí cuando defendí esta invaluable herramienta.
En Colombia la sabiduría popular acuñó un dicho que me gusta mucho, en especial porque nunca falla: “Para verdades, el tiempo”. Han pasado algunos meses desde que nos invitaron a su sepelio y el marketing de contenidos no solo está vivo, sino que además goza de cabal salud. De hecho, está en la flor de la vida, pletórico, con todas sus facultades intactas, fuerte como un roble.
Como sabes, soy uno de los pioneros de la industria del marketing digital en el mercado latinoamericano, pues comencé a hacer negocios en internet por allá en 1998. Con decirte que ni siquiera existía Google, el fantástico kit de herramientas que acaba de cumplir 20 años (te recomiendo las notas que más adelante, en estas páginas), y mucho menos redes sociales.
Conozco prácticamente todas las herramientas y recursos que se han inventado en este tiempo, he usado muchas de ellas y pocas me han ayudado tanto y de formas tan variadas como el marketing de contenidos. Que además del email marketing (otro de mis aliados incondicionales al que entierran de cuando en cuando), me ha acompañado fielmente durante todo este tiempo.
Dado que por parte de mi mamá Julita provengo de una familia de emprendedores y negociantes, desde muy joven sé lo que es tratar con clientes y aprendí cuán importante es aportarles valor en cada una de mis acciones y estrategias. Un concepto que reforcé tiempo después gracias a las enseñanzas de mis mentores, que me inculcaron que es cliente es lo primero después de lo primero.
En la época en que comencé, cuando los recursos eran precarios, igual que la información, no encontré mejor socio que el marketing de contenidos. Gracias a él, el mercado me conoció; gracias a él, el mercado creyó en mí y confió en mí; gracias a él, el mercado compró mis productos; gracias a él, mis clientes se convirtieron en evangelizadores y multiplicadores de mi marca y mis servicios.
Como te dije, en estos veinte años he utilizado mil y una herramientas y recursos, muchos de los cuales quedaron obsoletos al poco tiempo, pasaron al baúl de los recuerdos. A lo largo de este apasionante viaje, los únicos compañeros fieles y leales, incondicionales, han sido el email marketing y el marketing de contenidos. Por eso los quiero tanto y los defiendo a capa y espada.
Y es por eso, precisamente, que me duele ver cómo hay tantos negocios, sustentados en buenas ideas y el trabajo de apasionados emprendedores, que se terminan al cabo de poco tiempo. La precoz mortandad de negocios, dentro o fuera de internet, es una terrible enfermedad que puede ser controlada, para la cual ya existe antídoto, solo que algunos prefieren no aplicárselo.
Aunque no lo creas, en mi trayectoria yo también sufrí algunas enfermedades, y las sufro todavía. Es la ley de la vida, son pruebas que aparecen en nuestro camino para obligarnos a sacar lo mejor de nosotros, para llamar nuestra atención, para invitarnos a cambiar el rumbo. Las asumo con beneficio de inventario, es decir, con el ánimo de aprender, de enriquecer mi conocimiento.
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No soy periodista o escritor, pero he publicado más de veinte libros (algunos fueron best seller en Amazon), doy conferencias en eventos presenciales, tengo un canal en YouTube con valiosa información en video y soy el orgulloso director de esta revista que tienes en tus manos. No soy experto en comunicación, pero el marketing de contenidos es el más fiel de mis escuderos.
¿Cómo lo hago? Parto de una premisa que me enseñaron mis padres y que luego reforzaron mis mentores: lo importante es la esencia. ¿Eso qué significa? Que lo que en verdad interesa es el contenido, el valor que puedo aportarles a mis clientes, a ti, en los artículos, videos o demás recursos que pongo a tu disposición a través de los diferentes canales digitales.
Esta edición, la número 22 de MG La Revista, incorpora un rico contenido que espero sea de tu provecho. El punto de partida es sencillo: sin importar a qué te dedicas o qué producto o servicio vendas, jamás obtendrás éxito si no le aportas valor al mercado. Y, de acuerdo con mi experiencia, ninguna otra estrategia es más efectiva y más impactante que el marketing de contenidos.
Destiné un espacio especial para celebrar que Google, una de las innovaciones surgidas poco tiempo después de que me volví emprendedor, cumple veinte años. Dos décadas en las que el buscador de contenido se transformó en un maravilloso kit de herramientas, en un portafolio de beneficios imprescindibles para quienes apalancamos nuestros negocios en la tecnología.
Álvaro