Dicen por ahí que los amigos son hermanos que la familia que no te dio y que la vida te regaló. Es increíble cómo la vida nos une con esas personas a las que, aunque no sean los de sangre, nos atan lazos muy poderosos. Como las pasiones, como la visión de la vida, como los sueños, como esas afinidades que a veces nos hacen sentir que, en verdad, somos como gotas de agua.
Los amigos son confidentes, son cómplices de aventuras, son compañeros de viaje y también, en algunas ocasiones, pueden ser socios de emprendimiento. No es fácil, porque la barrera entre la amistad y lo laboral es muy finita, muy delgada, y el hilo puede romperse si se lo tensa demasiado. Sin embargo, hay casos en los que la conexión se estableció con lazos fuertes y gruesos.
Uno de ellos es el de las jóvenes argentinas Inés García Iturralde y María Belén Barragué, de 30 y 31 años, respectivamente. Ellas son las creadoras de Sofía de Grecia, una marca de ropa, zapatos y accesorios para mujer que es un ejemplo de cómo seguir tu pasión y luchar por tus sueños es el mejor negocio del mundo. Tiene 5 locales en Buenos Aires, 50 empleadas y muchos proyectos.
En 2008, cuando todavía cursaban los estudios secundarios, a Inés y Belu (así le gusta que la llamen) las picó el bichito de la independencia. Aunque no había limitaciones en sus hogares, querían abrir las alas, querían alzar vuelo, querían conquistar sueños compartidos. Entonces, en un impulso, emprendieron la aventura impulsadas por la pasión que desde niñas sentían por la moda.
“Ambas queríamos arrancar con un proyecto propio, y lo primero que nos surgió fue la moda. Era una pasión y un sueño que compartíamos desde pequeñas”, dice Belu. Y comenzaron: en la sala de la casa de Belén, cada sábado, organizaban una feria. “Teníamos una mesa en la que exhibíamos algo de una diseñadora independiente, productos a consignación y otras cosas que compraba en Palermo”.
El primer día, el 29 de marzo de 2008, solo fueron siete compradores. “No fueron muchos, pero todos se llevaron algo. Al final del día, recaudamos 20.000 pesos, y habíamos invertido 7.000”, recuerda. Lo más increíble es que la promoción la realizaban a través de Facebook, una red social que en aquel entonces era incipiente y en Argentina apenas se conocía y tenía pocos usuarios.
“Yo hacía una publicación en Facebook y, sin que lo esperáramos, el número de contactos fue creciendo rápidamente. Mucha gente se enteró de lo que hacíamos y la feria también creció, hasta que llegaron a hacer colas extensas para ingresar”. Largas filas, ruido e incomodidad para los vecinos, por lo que al poco tiempo tuvieron que abrir su primer local independiente.
La misión de Inés y Belu es “incentivar a nuestras chicas a que vivan sus sueños,
a que despierten y los plasmen, los lleven a cabo. Animamos a luchar por lo que
se quiere, a que siempre haya ganas de progresar en lo que les gusta”.
“Hoy suena muy común esto de Facebook, pero en ese momento era de las pocas que lo estaban haciendo. Vi que había una oportunidad de venderle al cliente que estábamos buscando, ya que la plataforma te ofrecía una forma fácil de hacer segmentación de mercado”, afirma. Cuando abrieron las puertas de su tienda de 15 m2 en Palermo, el fenómeno se consolidó y creció.
Una de las razones por las cuales el éxito se dio de inmediato es porque Inés y Belu establecieron un vínculo especial de amistad con las clientas. Implementaron una red de clientas vip, que consiste en un plan de fidelización en el que identifican las características principales de las mujeres que van a sus tiendas y establecen un perfil individual para ofrecer ofertas personalizadas.
“Ya son casi mil las clientas vip que tenemos entre los 7 locales de Palermo, San Isidro, Pilar, Recoleta y Martínez”, asegura. La ubicación de las tiendas en sectores muy concurridos de la capital argentina ha sido otro de los aciertos, de los pilares del éxito. Además, a través de la página web hacen ventas a todo el mundo. Ya abrieron en Chile y pronto lo harán en Uruguay y Brasil.
El éxito no ha sido fácil de gestionar. De hecho, en un momento la demanda las desbordó. “En 2011, diseñamos un modelo de zapato llamado Saona, que fue un éxito total. Recibíamos más de 200 llamados diarios, más de 500 personas visitaban el local, nos llegaban miles de mails y mensajes por Facebook. No teníamos la estructura para responder a eso”, confiesa.
Para Belu, la clave del éxito radicó en “empezar desde abajo. Para abrir tu primer local no contrates un arquitecto, busca la manera más económica de instalarlo. Y no esperes resultados extraordinarios en los primeros dos años. De a poco, si el proyecto es rentable, dará sus frutos”. Otro de los pilares es que conocen bien a sus clientes y les dan justamente lo que requieren.
Adoptaron el nombre de Sofía de Grecia por identificación con la ex reina de España,
esposa de Juan Carlos I. “Su estilo, su personalidad, su elegancia, su donaire y su
liderazgo nos inspiraron para darle su nombre al proyecto”, dice Belén Barragué.
“Sofía de Grecia representa juventud, alegría, diversión, amor, amistad, vivir lo que una se propone. Una chica Sofía de Grecia podríamos definirla como de 22 años, estudiante universitaria, trabajando tal vez y comenzando un camino en el que las decisiones ya no pasan por sus padres, sino por ella misma”, afirma Inés. La marca les ofrece un estilo propio, definido y atractivo.
“Es realista, una chica sencilla que lee los diarios, pero que ama y colecciona ‘Vogue’, que le gusta el Fashion World y lo sabe adaptar a sí misma. Es una chica que disfruta pasar tiempo su familia, con amigas, con su novio y compartir cosas genuinas, como ver una serie en Netflix o un clásico. Es una chica que se aferra a los sentimientos y a los valores más importantes”, complementa Belu.
“Nuestra clienta llega al local esperando encontrar lo último en moda, y ser asesorada de pies a cabeza. Por lo general, ya tiene investigado todo en las redes sociales y va directo a lo que busca. ¡Y lo encuentra! Muchas otras están en búsqueda de su estilo, y acompañarlas en este proceso es muy lindo”, dice Inés. Su producto estrella son los zapatos, que se producen de manera artesanal.
“A veces, algunas clientas me mandan fotos de copias y me cuentan que las identifican enseguida cuando son Sofía de Grecia y cuando no. ¡Me encanta! En 2015 lanzamos el ‘Shoe Factory’, una plataforma innovadora y divertida para encargar tu zapato personalizado, con la posibilidad de elegir modelo de capellada, de base, altura, cueros, texturas y colores”. Claro, ¡fue un éxito!
Más allá de lo innovadores que son los diseños, de la calidad de los productos y de los precios al alcance de todos, para Belu lo que permitió que la marca trascendiera es que “vende un estilo de vida. Cuando una mujer se compra un par de zapatos nuestros, tiene más confianza en sí misma. Amamos lo que hacemos, y damos lo mejor. Es un trabajo divertido, creativo, social y dinámico”.
Eran jóvenes y no tenían más que sueños, ilusiones y ganas. También, un poco de atrevimiento y una dosis de locura. Hoy, gracias al empeño y al talento de María Belén Barragué, Belu, y de Inés García Iturralde, Sofía de Grecia es una marca reconocidas en el cono sur. “El camino recorrido hasta hoy es una historia de pequeños sueños vividos, y las invitamos a formar parte de los mismos”.
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