Las mujeres suelen quejarse porque la sociedad les ha impuesto una variedad de tareas que, realmente, son abrumadoras. Es una queja de vieja data, estrechamente relacionada con las labores domésticas, pero que en los últimos tiempos se incrementaron porque se sumaron las de la vida laboral y las de las actividades sociales. La verdad, no sé cómo pueden con todo eso.

Uno de los grandes privilegios y placeres que he ha dado la vida es aquel de vivir rodeado de mujeres. Por eso, he sido testigo cercano de cuán abrumadora puede ser la vida de una mujer en esta sociedad que se rige por preceptos escrito por los hombres pensando en el beneficio de los hombres. Lo mejor es que ellas siempre encuentran la forma de salir airosas, de ganar la partida.

Aunque estén abrumadas por las responsabilidades, aunque sus fuerzas estén al límite, aunque no tengan tiempo para ellas mismas, aunque en ocasiones lo agradable de la vida les pase de largo, las mujeres siempre salen airosas, siempre ganan la partida. Y esa es una característica que, felizmente, observo en las mujeres que, cada vez más, se lanzan a la aventura de emprender.

Si me conoces desde hace varios años y, especialmente, si asististe a alguna de las versiones de mis eventos virtuales en el pasado, sabes muy bien que siempre clamé por la presencia de más mujeres en el ámbito del emprendimiento digital. Ellas están hechas de un material diferente, y mejor, que el de nosotros los hombres, y además son muy inteligentes, sensibles e inspiradoras.

Una de las grandes alegrías de los últimos tiempos ha sido comprobar que la presencia de las mujeres crece cada día. Hubo muchas mujeres entre el público y el grupo de panelistas de Somos Emprendedores Digitales, el evento que organizo junto con mi buen amigo Benlly Hidalgo y el equipo del Club de Marketing Global, de Vigo (España). La experiencia fue mejor gracias a ellas.

Siempre dije, y afortunadamente no me equivoqué, que al marketing, dentro o fuera de internet, le faltaba el aroma femenino. Tienen una visión distinta a la masculina, un olfato especial o sexto sentido (si así prefieres llamarlo), son menos resistentes al cambio y, algo muy importante, son más valientes que los hombres. Sin duda, es mucho lo que podemos aprender de las mujeres.

Reflexionando sobre el tema con unos amigos y colegas (hombres, por supuesto) hicimos un ejercicio que resultó muy interesante. ¿Cuál? Nos dimos a la tarea de identificar los que alguno llamó “los superpoderes de las mujeres emprendedoras”. Fue una actividad enriquecedora y muy divertida, cuyos resultados comparto contigo porque estoy convencido de que serán útiles:

1.- El superpoder de la confianza. En general, las mujeres confían en sí misma más de lo que lo hacemos los hombres. Debido a que la sociedad les impone infinidad de tareas, responsabilidades y retos, ellas se las arreglan para vencer sus miedos. No sé cómo lo hace, pero siempre lo hacen. Una de las razones, quizás, sea que una de sus mayores fortalezas en la confianza en sí mismas.

Si alguna vez estuviste casado, seguramente comprobaste que a una mujer solo hay que decirle que no puede y de inmediato ella se pondrá a trabajar en cómo conseguirlo. Por eso, cada vez hay más negocios y emprendimientos femeninos, o guiados por mujeres, que son exitosos y, sobre todo, sostenibles. La autoconfianza es, amigo mío, uno de los pilares de las personas de éxito.


Mercadeo Global - Álvaro Mendoza

En cualquiera actividad que se lo propongan, las mujeres son mejores que los hombres.


Las mujeres están hechas de un material distinto al de los hombres, y mejor. La naturaleza las dotó con una serie de superpoderes que les permiten ser exitosas en todo lo que se proponen y, sobre todo, superar las dificultades. Te presento 5 que te ayudarán a ser mejor emprendedor.


2.- El superpoder de la inteligencia emocional. A nivel de emociones, seguramente sabes que las mujeres son como un volcán: de un momento a otro, sin previo aviso, entran en erupción y, de pronto, como si nada se apagan, se calman. Y siguen la vida tranquilamente porque se liberaron de la presión y por dejaron claro cuál es su posición, su pensamiento acerca de un hecho o situación.

Esa capacidad para controlar las emociones, especialmente cuando el tema está espeso, es una de las virtudes que más admiro de las mujeres y, también, una muy útil en un emprendimiento. Y si a esto le sumas la autoconfianza, entenderás porqué las mujeres no se rinden, son tercas a la hora de enfrentar las dificultades y sacan fuerzas de donde nadie las ve para cumplir sus objetivos.

3.- El superpoder de la pasión. Si hay alguna característica que poseen las mujeres y que las hace tan especiales es, justamente, la pasión con la que encaran la vida. La pasión es un sentimiento profundo y poderoso que se representa en una convicción y un deseo irreprimibles de conseguir lo que deseas, por difícil que parezca. La pasión, sin duda, es un combustible de alto octanaje.

En el caso específico de las mujeres, esa pasión se manifiesta en el amor que le imprimen a cada labor que desempeñan, sea cual sea. Como madres, como pareja, como compañeras de trabajo, como amigas y, claro, como emprendedoras. Con pasión, las dificultades son fáciles de superar, los retos son un estímulo enorme y los logros se disfrutan de una manera indescriptible.

4.- El superpoder de lo espiritual. Lo espiritual se manifiesta en tres dimensiones: la primera, la capacidad de trascender lo material; la segunda, perseguir sin descanso los fines y valores que nos identifica; la tercera, encontrarle un sentido y un significado a nuestra existencia. Se me antoja que se puede resumir en una palabra: propósito de vida, saber a qué vinimos a este mundo.

Lo espiritual se manifiesta de varias formas: a través de la meditación, de la oración, de la lectura o la música, del contacto con la naturaleza y, muy especialmente, del servicio desinteresado a otros. Si bien todos los seres humanos tenemos un componente espiritual, no me queda duda de que en el caso de las mujeres se traduce en una fuerza superior que potencia su capacidad de liderazgo.

5.- El superpoder de la comunicación. La habilidad de la comunicación es otra fortaleza de las mujeres. La aprovechan en las situaciones más sencillas y comunes de la vida diaria como también en aquellas que están cargas de presión y requieren un plus. ¿Sabes cuál es la raíz de esto? La capacidad de observar y escuchar con atención, algo que a los hombres nos cuesta un potosí.

Saber transmitir mensajes que se traduzcan en empoderamiento es una de las habilidades más preciadas del marketing del siglo XXI y, por eso, las mujeres que creen en sí mismas sobresalen nítidamente. ¿Quieres comprobarlo? Te invito a que entres a Clubhouse, un escenario en el que las mujeres nos están brindando poderosas lecciones a través de su conocimiento y vivencias.

Gratitud, disciplina, resiliencia, perseverancia, decisiones asertivas y organización son, entre otras, las virtudes o superpoderes femeninos que nos ayudan a ser mejores emprendedores y, lo más importante, mejores personas. Liberar un poco ese lado femenino que todos poseemos es, sin duda, abrir la posibilidad de descubrir y aprovechar algunas fortalezas que están dormidas.


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