Hacer empresa en Latinoamérica es algo titánico, lo sé. El sistema económico en nuestros países está diseñado para beneficio de las grandes empresas y a los pequeños se nos imponen no solo muchas trabas, sino también cargas tributarias que dan al traste con la ilusión de tener un negocio propio. Sin embargo, más que un impedimento, esta situación es una gran oportunidad.

Sí, son incontables y complicados los requisitos que se deben cumplir para montar un negocio, pero esa no es la razón por la que muchos emprendimientos fracasan antes de abrir sus puertas o al poco tiempo de hacerlo. También es justo decir que hay muchos emprendedores que omiten la investigación de los aspectos legales y contables (tributarios) básicos que contempla la ley.

Conozco a varios emprendedores que desconocían las normas más elementales y luego se vieron sometidos a cuantiosas multas y sanciones que los pusieron contra la pared. Por otro lado, hay quienes sobreestiman el alcance de su negocio y, como se dice en Colombia, tiran la casa por la ventana para ponerlo en marcha. Luego, sin embargo, no alcanzan el nivel de ventas esperado.

Una de las razones por las cuales ocurre esto es porque hacen la tarea al revés. ¿Sabes a qué me refiero? Montan el negocio, crean el producto y luego, al final, salen a buscar los clientes. ¡ERROR! Si esa secuencia le llega a funcionar a alguien es simple y sencillamente un golpe de suerte, uno en un millón, algo así como ganarse la lotería. Esta es una equivocación muy común y muy costosa.

Mercadeo Global - Álvaro Mendoza

No es fácil comenzar un negocio con pocos recursos, pero sí es posible hacerlo.

Estoy acostumbrado a ver las caras de incredulidad en mis eventos presenciales, en mis asesorías virtuales y masterminds cuando digo esto, pero es la realidad, la cruda realidad: desarrollar el producto es el último paso del proceso. Sin embargo, para muchos, para la gran mayoría, es el primero, el indispensable, y a eso le dedican todos sus esfuerzos, energía y recursos. ¡Plop!

Lo primero que debes hacer es determinar, con exactitud, un problema que aqueja al mercado. Por ejemplo, las personas que sufren problemas para conciliar el sueño y no pueden descansar. Son muchas, muchísimas las personas que tienen este inconveniente, lo cual ya representa una buena oportunidad de negocio. Este, sin embargo, es apenas el primer paso, pero falta camino.

Luego debes encontrar un nicho en el que este mal no haya sido solucionado. Tienes que investigar qué competencia hay en ese mercado, de qué calidad, qué ofrece, cómo lo ofrece, y saber por qué todavía no pudo dar solución al dolor de esa comunidad. Debes hablar con esos clientes potenciales para determinar el origen del problema y sus manifestaciones.

Identificado el problema y determinadas también las características de tus clientes potenciales ahí sí puedes empezar la tarea de diseñar la solución ideal, tu producto o servicio. Y es hora también de pensar en cómo promocionar tu negocio para evitar engrosar la lista de buenas ideas que tuvieron corta vida en el mercado, porque fueron incapaces de sobrevivir en esa jungla.

Si quieres vender por internet, lo primero que necesitas es una página web. Esa es tu tienda, tu local, tu carta de presentación, tu cara ante el mundo. Hoy, por fortuna, es bastante económico el montaje de una web. Mi consejo es que tengas un blog. ¿Por qué? Porque es el escenario ideal para aportarle valor a tus clientes, a través de información de calidad, consejos, recursos y más.


Cuando estás comenzando un negocio y no dispones de grandes recursos,
todas las hipótesis y alternativas son válidas hasta que las descartes. No
te empecines en las más populares porque corres el riesgo de fracasar.


Si lo prefieres, si no te sientes cómodo generando contenido escrito o no dispones del dinero para contratar un especialista que te ayude, puedes publicar videos o pódcast. Imagen y audio son dos formatos muy agradables para el común de las personas, en especial porque los pueden disfrutar en cualquier momento a través de diversos dispositivos. Yo utilizo los dos con excelentes resultados.

Un buen contenido, en diferentes formatos, te permite implementar la estrategia para llamar la atención del mercado, para darte a conocer, para que esos clientes potenciales sepan quién eres, qué haces, por qué lo haces y, sobre todo, qué tienes para ellos, cómo los puedes ayudar. Estas publicaciones deben hacerse en aquellos medios que utilizan habitualmente estas personas.

Me explico: de nada te sirve invertir en publicidad en Facebook si, por ejemplo, tus clientes están en Instagram. Hay nichos que, por ejemplo, reciben mucha información a través de la radio o de los medios impresos locales, así que no los puedes subestimar. Lo importante, más allá de los medios que elijas, es que sean aquellos en los que tu mensaje consiga los resultados esperados.

Una alternativa que muy pocos emplean, y que suele ser efectiva, es establecer alianzas estratégicas con personas que tienen productos afines al tuyo, incluidos tus competidores. Por esto, debes conocer muy bien qué hace tu competencia, cómo lo hace y, en especial, cuáles son tus fortalezas y tus debilidades en comparación con esos otros actores del mercado.

También puedes echar mano de los programas de afiliados, que cada día ganan más adeptos gracias a que son una estrategia útil para generar ingresos o para vender infoproductos. Y no olvides asistir a eventos presenciales, en los cuales puedas conocer a otros emprendedores que puedan ayudarte, hacer alianzas y promocionar tus productos y servicios.

Hacer empresa en Latinoamérica es algo titánico, lo sé. El sistema económico en nuestros países está diseñado para beneficio de las grandes empresas, pero eso no significa que los pequeños, que los emprendedores no tengamos una oportunidad. De hecho, hoy más que nunca, el mercado nos ve como su mejor opción siempre y cuando le ofrezcamos la solución ideal al dolor que lo aqueja.

Los requisitos legales, las trabas burocráticas y la escasez de dinero no son excusas válidas. No voy a negar que son obstáculos incómodos, pero con conocimiento, las herramientas adecuadas y, en especial, con estrategias efectivas es posible sortearlos sin problema. Creer que puedes hacerlo es el primer paso y comenzar a trabajar para llevarlo a cabo es hacer camino al andar…