A los seres humanos, a todos, nos encanta lo enigmático, lo misterioso, todo aquello que en esencia nos resulta desconocido. La definición del éxito, por ejemplo. Cada uno tiene la suya y, además, a lo largo de la vida es diferente, cambia constantemente. Es imposible ponerse de acuerdo. De la misma manera, es imposible determinar la fórmula del éxito, porque no existe.
Hubo un momento en mi vida en el que entendía que el éxito era tener un buen trabajo y poder construir una bonita carrera. También, un auto propio, algo que era un lujo para los jóvenes en aquella época en Colombia (finales de los 90). No tardé en darme cuenta de que ese no era el éxito con el que soñaba. El trabajo va y viene, hay algunos mejores que otros, pero es pasajero.
¿Y el auto? Cuando sales a la calle y te das cuenta de que hay millones de automóviles, sabes que ese tampoco es el éxito. Basta que mires a los conductores para comprobar, a través de sus rostros, de sus gestos, que no son felices, que están estresados. Más que vivir, parece que están intentando huir de una realidad que los agobia, en la que sus sueños se extinguen.
Durante décadas, ese modelo de éxito funcionó, hizo felices a millones de personas en todo el mundo. Sin embargo, hoy ya no es así.¿Por qué? Porque el mundo cambió. La vida ahora es muy distinta de como era antes, hace décadas, y los afanes, las urgencias y los dolores son distintos. Y las personas también son distintas, sus hábitos, su comportamiento, sus sueños.
Cuando llegué a Estados Unidos en busca de información acerca de internet, una misteriosa tecnología que irrumpía en nuestra vida, descubrí muchas facetas del éxito. Bueno, ya sabes, es el país del Tío Sam, el territorio en el que desde hace muchas décadas millones de personas han hecho realidad el anhelado sueño americano. Hay millones de versiones del éxito.
Fue, entonces, cuando entendí que no había un libreto, que nadie tenía la fórmula y, lo más importante, que el éxito es una construcción particular. Hoy, por ejemplo, puedo decirte con convicción que el mayor éxito de mi vida es haber podido ser un buen padre para mis hijas y llevarlas por el camino en el que se conviertan en buenas personas, en ciudadanas de bien.
No lo supe hasta el día en que nació mi primera hija. Tomarla en mis brazos, verla sonreír y comprobar que confiaba en mí provocó una sensación indescriptible. Y no solo eso: cambió mi idea del éxito. Me di cuenta de que había hecho el más maravilloso descubrimiento de mi vida y desde entonces me enfoco cada día en refrendar ese compromiso que adquirí como padre.
Descubrí, también, que eso que llamamos éxito es camaleónico. ¿Eso qué quiere decir? Que hay muchas formas de éxito o, si lo prefieres, que el éxito tiene múltiples caras. En el trabajo, en la vida personal, en las relaciones, en la espiritualidad… Si bien hay un hilo conductor, es claro que es distinto en cada uno de esos ámbitos. Y la sumatoria de todos ellos es la felicidad.
Cuando entré al universo del marketing digital, sin habérmelo propuesto, supe que, aunque no hay una fórmula o un libreto, sí hay una metodología. Nadie la inventó, por si eso te causa curiosidad. Sin embargo, es posible determinar cuáles son los factores que distinguen a las personas exitosas en múltiples ámbitos de la vida. Tras bambalinas, hay un hilo conductor.
Barack Obama, Michael Jordan, Steve Jobs, Oprah Winfrey, Rupert Murdoch, Ariana Huffington, Beyoncé, Andrew Carnegie, Steve Wozniak, Mary Kay Ash y Kendall Jenner son reconocidos símbolos de éxito. En distintas épocas, en distintos oficios, de distintas maneras. Todos, sin embargo, son reflejo de un modelo de éxito que es posible emular. No copiar, sino modelar.
Sí, ya sé que estamos en la era del copy + paste, de los impostores, de las suplantaciones. Pero, seguro lo sabes, es imposible copiar a otra persona. Aunque la estudies a fondo, aunque la conozcas muy bien, aunque utilices tecnología de punta, es imposible copiar a otra persona. Porque cada ser humano es una creación única e irrepetible, no el producto de un molde.
Cuando la vida me dio la maravillosa oportunidad de trabajar con mentores, con leyendas vivientes del marketing de respuesta directa, no lo dudé: ¡quería ser como ellos! O, de un modo más exacto, quería ser exitoso como ellos. Me resultaba fascinante la vida que tenían y, sobre todo, el impacto positivo que habían producido por años en la vida de miles de personas.
Curioso como soy, no solo me di a la tarea de conocerlos tan bien como fuera posible. Quería descubrir hasta el mínimo detalle y luego incorporarlo a mi vida, ponerlo en práctica. Y no solo ellos, mis mentores, sino también otros casos de éxito que me llamaban la atención. Fue así, entonces, como descubrí lo que tienen en común las personas de éxito. ¿Sabes qué es?
1.- Crean y persiguen metas S.M.A.R.T.
Por si no lo sabes, este es el acrónimo de metas específicas (specific), medibles (measurable), alcanzables (attainable), relevantes (relevant) y oportunas (timely). Es lo que comúnmente se concibe como metas inteligentes, una metología capaz de guiarte a cumplir tus objetivos, por difíciles que parezcan. No es perfecta, pero está comprobado que sí brinda resultados.
¡De qué depende? De tus acciones, de tus decisiones. También, de que adquieras el conocimiento y desarrolles las habilidades necesarias para cumplir con la tarea que te propones. De que te rodees bien y, de manera muy especial, de que seas tolerante al error y aprendas a identificar la lección que incorpora. S.M.A.R.T. también es prueba una y otra vez.
2.- Deciden y actúan.
Tomar decisiones es una habilidad rara, escasa. A pesar de que todos, sin excepción, podemos aprenderla y desarrollarla, muchos no lo hacen. ¿Por qué? Si bien no hay una sola respuesta, la experiencia me ha enseñado que la mayoría de las veces es por el temor a equivocarse. En el fondo, desconocen que errar es el camino más corto para aprender y… para alcanzar el éxito.
La falta de decisión se manifiesta a través de la parálisis. Eligen no hacer nada, a la espera de que el universo obre milagros que, por supuesto, no se dan. Las personas exitosas toman el riesgo de sus decisiones, asumen las consecuencia, se equivocan, aprenden y corrigen. Pero, lo más importante: ¡actúan! Aun con miedo, con incertidumbre, con limitaciones, ¡actúan!
3.- Se enfocan, son productivas.
Si de algo estoy seguro es de que nunca conocerás a alguien exitoso que sea multitarea, que no sepa delegar, que no confíe en otros. El origen del fracaso la mayoría de las veces es esa terca manía de querer hacerlo todo, controlarlo todo. Y no es posible. Una de las consecuencias del modelo S.M.A.R.T. es, precidaente, que facilita enfocarte en lo que realmente es prioritario.
Las personas exitosas se enfocan en un objetivo y no se distraen hasta que lo cumplen (o lo desechan). Siguen con otro, y luego con otro. Uno primero, el otro, después. Así, concentran su energía y pueden ser más productivos, alcanzan sus objetivos con mayor rapidez y eficiencia que el resto. Además, huyen de esa perversa manía de ‘estar ocupados’ todo el tiempo.
4.– No buscan el perfeccionismo.
Lo he mencionado muchas veces: mejor hecho que perfecto. Si quieres crear un negocio, no es necesario que comiences con una cadena con 10 o 100 sucursales. Empieza pequeño y, en la medida en que los resultados avalen tu gestión y tengas las posibilidades, das el siguiente paso. Prueba, valida, corrige y vuelve a probar. Si no funciona, sin duda ese no es el camino.
La búsqueda de lo perfecto es el principal obstáculo hacia el éxito. De hecho, podría decirte que se repelen. Busca más bien la excelencia, que está atada a los resultados efectivos. No es perfecto, pero funciona. Recuerda, asimismo, que el mundo real no premia al perfeccionista, sino al que hace lo que hay que hacer, al que ejecuta, al que actúa y alcanzar sus objetivos.
5.- Viven fuera de la zona de confort.
Producto de su éxito, estas personas se dan una vida de privilegios. Que no siempren son lujos, sino la posibilidad de hacer lo que les gusta, lo que las hace felices, lo que les permite crecer. Eso, por supuesto, implica salir de la zona de confort, incomodarse un poco, hacer cosas que no necesariamente disfrutan o son agradables, a sabiendas de que son fundamentales.
Salir de la zona de confort te exige disciplina, enfoque, paciencia, persistencia, terquedad, tolerancia al error y una mentalidad fuerte para no tirar la toalla ante las dificultades. Cuando exploras en profundidad un caso de éxito, compruebas que tuvieron tantas dificultades como cualquiera, se equivocaron, sufrieron los golpes de la vida, pero nada de eso los detuvo.
Fácil de decir, difícil de poner en práctica, ¿cierto? Esa es la razón por la cual hay más personas que fracasan que personas exitosas. No es que estas posean un don o sean privilegiadas. Es que eligieron un camino y se dedicaron a hacer lo necesario para cumplir sus objetivos. En otras palabras, estuvieron dispuestas a pagar el precio del éxito. Y tú, ¿también lo pagarías?
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Excelente artículo, Álvaro, en donde nos comparte tu experiencia e investigación para formular las 5 características que tienen en común, las personas que tienen éxito : Definen metas SMART, deciden y actúan, se enfocan, no buscan perfeccionismo, y se salen de su Zona de Confort