Es, seguramente, la mujer afroamericana más influyente de la historia de Estados Unidos. Es, sin duda, un modelo de empresaria exitosa que inspira a millones de mujeres en ese país. Es la conductora de talk show más reconocida de los medios, la que desnudó los secretos de cientos de personajes de toda índole, pero con una deuda pendiente.

Sí, todavía no entrevistó a quien puede contar el más increíble relato de superación: Oprah Winfrey, su propia vida. Hablar de Oprah Winfrey es tocar de un tema delicado en Estados Unidos. Los medios la convirtieron no solo en millonaria, en una de las mujeres más ricas del país, sino también en una celebridad intocable.

Su nombre despierta susceptibilidades que tocan las más profundas y sensibles fibras del corazón de quienes ven en esta mujer nacida el 29 de enero de 1954 en Kosciusko (Misisipi) la cristalización del más puro sueño americano. Es justo reconocer que, así como cuenta con millones de fervorosos seguidores, también tiene numerosos detractores.

Y no son pocos los medios que desvirtúan algunos de los episodios cruciales de la vida de esta conductora, especialmente los ocurridos durante su niñez y adolescencia. Sin importar en cuál de los bandos estás, lo cierto es que es mucho lo que se puede aprender de la vida de esta mujer, un ejemplo inspirador.

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Por el programa de Oprah Winfrey desfilaron grandes figuras, como el presidente Obama.

Hija de madre soltera, fue criada hasta los 6 años por su abuela. Las condiciones de pobreza, limitaciones, frustraciones y sueños fallidos de esa disfuncional familia la convirtieron en una niña rebelde, prolija a los malos hábitos. Desde esa edad, y hasta cumplir 15, Oprah afirma haber sido víctima de repetidos abusos sexuales, físicos y sicológicos.

Vivía más en la calle, expuesta a los peligros, que en la casa. Y la calle, lo sabemos, no es un buen lugar para una niña. Allí descubrió lo que son los bajos instintos del ser humano y cometió errores de los que todavía se arrepiente. A los 14 años, quedó embarazada. Por este hecho, sus detractores la acusan de prostituirse.

Entendió que necesitaba darle un giro radical a su vida, o iba a perder su vida. Tocó fondo y llegó a considerar la posibilidad de suicidarse (“Tomé detergente”), pero desistió. Yo sabía que mi embarazo era el resultado de malas elecciones. No tenía límites, el abuso, haber sido abusada sexualmente desde los 9 años, me volvió una persona promiscua”.


A través de su fundación, Oprah Winfrey ha apoyada a multitud de mujeres
y niños de todo el mundo, víctimas de diferentes modalidades de maltrato.
También financió la educación de jóvenes afroamericanos pobres.


Por supuesto, no tenía cómo enfrentar esa nueva vida, no sabía cómo medirse al reto de ser madre. “Me sentí aliviada cuando perdí ese bebé con el que no tenía ninguna conexión”, dijo en una entrevista en el programa de televisión Piers Morgan Tonight, de la cadena CNN. “No estaba preparada para semejante responsabilidad”, aseguró.

“Cuando yo tenía 14 años, ser madre era el final de tu vida, todo se acababa. Entonces, cuando el bebé murió, supe que la vida me había dado una segunda oportunidad”. Y se enfocó en aprovecharla: tomó la primera decisión inteligente y acertada de su vida y salió de ese ambiente dañino en el que había crecido.

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Dolorosos episodios de su infancia tuvo que superar Oprah Winfrey antes de triunfar y ser feliz.

Se dio mañas para que la policía la detuviera y la enviara a Nashville (Tenesí), donde vivía su padre. Él fue quien la salvó. Estricto y exigente, le impuso límites y condiciones. La obligó a regresar a la escuela y, cuenta Oprah, hacía que leyera un libro a la semana y luego escribiera un reporte acerca de lo que había aprendido.

En corto tiempo, la joven se alejó de la calle y sus vicios, enderezó su caminó y no tardó en descubrir los talentos que más tarde le permitieron convertirse en la celebridad que hoy conocemos. Y cristalizó algunos de sus sueños. A los 19 años, cuando todavía no había concluido la secundaria, se le abrieron las puertas de los medios de comunicación.

Comenzó a trabajar cubriendo las noticias locales. Al poco tiempo, sin embargo, la despidieron y solo fue tres años más tarde que pudo demostrar sus talentos cuando fue contratada para el programa de televisión People are talking (Habla la gente), en Baltimore (Maryland). Tenía apenas 22 años y un horizonte ilimitado de sueños.

Periodismo sin amarillismo

Allí, durante ocho años, cursó la primaria y la secundaria de su formación en los medios y forjó y pulió el estilo que la transformó en la preferida de los televidentes. De allí salió para Chicago, a dirigir su propio programa, A.M. Chicago, de la televisora WSL-TV de la ciudad de los vientos. Si bien el éxito no era algo inesperado, sí fue algo inusitado.

Rápidamente, el programa se trepó al primer lugar de sintonía y de allí nadie lo bajó. El éxito y el reconocimiento crecieron con espuma y la gente identificó el espacio como “El programa de Oprah”. Por eso, a nadie sorprendió que en 1986 se cambió el nombre por el que se le conoció hasta que en 2011 salió del aire, porque Oprah quería nuevos retos.

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Con Nelson Mandela diseñó un programa para ayudar a niños afroamericanos.

Se estrenó el 8 de septiembre de aquel año y por ese set desfilaron reconocidas figuras de la vida pública y privada para contar sus cuitas. En la recta final de la temporada de despedirá, entrevistó a Michael Jordan, Tom Cruise, Katie Holmes, Aretha Franklin, Madonna, Tom Hanks, Beyonce, Halle Berry, Tyler Perry, Queen Latifah y Jamie Foxx.

El miércoles 25 de mayo de 2011, sin embargo, cayó el telón. Esa tarde, no hubo invitados, no hubo entrevistas: el único show que los televidentes vieron fue a Oprah agradeciendo de mil y una maneras al público por su preferencia. El talk show es uno de los formatos televisivos más antiguos y más populares de la televisión estadounidense.

También, uno de los más venidos a menos. Muchos de los programas que utilizan este formato cayeron en la chabacanería, en lo ramplón, y perdieron la atención del televidente. Uno de los pocos, quizás el único, que pudo mantenerse vigente sin rebasar la línea imaginaria de la decencia fue el de Oprah.

Si bien hubo una corta época en la que el amarillismo que se tomó los talk show captó la atención del público, Oprah no perdió el norte, ni resignó la esencia de su programa. Eso, a la larga, le significó el reconocimiento de la gente y el crecimiento de la audiencia. Y The Oprah Winfrey Show se transformó entonces en la cita imperdible de los famosos.

Una especie de pasarela por la que desfilaron durante 25 años las más célebres personalidades, que nunca se negaron a aceptar su invitación. En 2011, la conductora regresó a las pantallas con su propio canal, Oprah Winfrey Network (OWN), que le permitió reeditar los éxitos del pasado y cosechar algunos nuevos.

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Oprah Winfrey es un modelo que los medios siguen de cerca.

Uno de los más impactantes, el 15 de enero de 2013, cuando entrevistó al ciclista Lance Armstrong, que le confesó al mundo que había consumido sustancias prohibidas para poder ganar el Tour de Francia en siete ocasiones, entre 1999 y 2005. “El gran secreto de la vida es que no hay secretos. Sea cual sea tu objetivo, puedes llegar si estás dispuesto a trabajar”.

Un día, Oprah Winfrey salió del hoyo en el que se había metido producto de sus errores y comenzó a trabajar. Conductora de talk show, productora de radio, editora de una revista, actriz y escritora, con humildad y honestidad logró reinventarse y encontró su mejor versión. Un vivo ejemplo de que no hay que ser perfecto para ser feliz…


Los 10 mandamientos de Oprah

1- “Mientras más reconozcas y celebres tu vida, más vida tendrás para celebrar”.

2- “Rodéate solamente de personas que te animen a ser mejor”.

3- “La integridad consiste en hacer siempre lo correcto, sin que nadie se entere”.

4- “Muchos querrán dar un paseo en limusina contigo, pero recuerda que conviene acercarse a los que te acompañarían en el bus cuando la limusina se averíe”.

5- “Donde no hay lucha, no hay fortaleza”.

6- “La pasión es energía. Siente el poder que proviene de centrarte en lo que te emociona”.

7- “Convierte tus heridas en sabiduría”.

8- “Piensa que eres una reina. Las reinas no temen al fracaso. El fracaso es un paso a la grandeza”.

9- “Puedes tenerlo todo. Pero, no todo a la vez”.

10- “Por mejor calzado que lleves en tu vida, no olvides nunca tener los pies bien plantados sobre la tierra”.