lmdi16¡Ufff, por fin de regreso a casa! Me recibió el huracán Matthew y déjenme decirles que a pesar de su fuerza no me hizo vibrar de la misma manera que ustedes lo consiguieron a lo largo de los tres días que duró Los Maestros de Internet 2016. Esta séptima edición, que se llevó a cabo una vez más en Bogotá, continuó la tendencia marcada por las anteriores, es decir, fue mucho mejor, más enriquecedora, más entretenida, más productiva para los emprendedores de Iberoamérica. Hubo novedades destacadas y la satisfacción de saber cada vez son más quienes confían sus sueños en nuestro trabajo, una gran responsabilidad, es cierto, pero también un gran privilegio que nos motiva a seguir trabajando sin descanso.

El año pasado nos despedimos con mariachi y anunciamos que el encuentro sería en Ciudad de México, pero problemas logísticos que no pudieron ser superados nos trajeron de vuelta a Bogotá. Y como no hay mal que por bien no venga, fue una experiencia sensacional. Cupo lleno con muchas caras conocidas, con la presencia de viejos y queridos amigos, pero también una buena cantidad de rostros nuevos llenos de ilusión, con esa mirada que no puede esconder los sueños que se quieren realizar. Y, claro, un panel de conferencias e invitados de lujo de primer nivel. Muy satisfactorio comprobar una vez más el compromiso, la alegría y la generosidad de los expertos, así como la buena energía, las ansias de aprendizaje y el entusiasmo de los participantes. Esa es la mezcla que, en realidad, hace de Los Maestros de Internet el mejor evento de cada año.

Lo que muchos de ustedes no saben es cuán difícil es preparar un evento de estas características, porque no hay una receta perfecta. Por supuesto, buscamos satisfacer sus necesidades de información, queremos ofrecerles los mejores productos, nos interesa darles a conocer las novedades más recientes de la industria del mercadeo en internet y eso solo se consigue con los mejores especialistas. No es fácil, sin embargo, concretarlos a todos porque tienen apretadas agendas de trabajo y, aunque siempre quieren estar con nosotros, aunque siempre quieren estar con ustedes, no siempre es posible. Por eso, no podemos estar más que agradecidos con aquellos que le dieron gran altura académica al evento, también por su generosidad para compartir con los participantes, para brindarles asesoría y motivarlos, orientarlos. Unos y otros, expertos y participantes, son el alma de Los Maestros de Internet, la clave de su éxito.

Todo ese esfuerzo, han de saberlo, queda recompensado al final de cada charla, de cada jornada; durante los recesos para tomar café en los que es inocultable su interés, su entusiasmo, su pasión, su deseo de aprender. A veces, vemos que algunos son tímidos, que se lo piensan más de una vez antes de abordarnos, como si tuvieran temor, quizás porque no saben que estamos allí para eso, justamente: para escucharlos. Y esa sonrisa con la que se marchan después de una corta conversación, o la que exhiben orgullosos tras haber adquirido el producto que saben les va a permitir cumplir sus sueños, o la que esbozan cuando estrechan la mano de un nuevo amigo emprendedor que quizás más adelante sea el socio de sus éxitos, es la mejor de las recompensas. Por eso, asimismo, desde ya estamos pensando, planeando, proyectando, vislumbrando esa octava edición de Los Maestros de Internet, la oportunidad de volver a encontrarnos.

Mal haríamos en decirles que ya sabemos cómo va a ser, de qué va a tratar, porque no es cierto. Lo único seguro es que, como siempre, haremos nuestro mejor esfuerzo para que LMDI17 de nuevo cumpla sus expectativas y se convierta en la puerta de entrada al paraíso de sus sueños. Les agradecemos infinitamente por haber estado allí con nosotros, por haber creído en nuestro trabajo, por seguir labrando ese camino de éxito y felicidad para sus familias. No olviden cuál es el camino: ¡Tomen acción, capacítense sin tregua, inviertan en sus sueños y sigan las instrucciones del mentor que escogieron! Hay varios lugares disponibles en el panel de expertos del año próximo y nos encantaría que uno de ellos fueran ustedes. Los esperamos para que nos compartan sus casos, para que sean la inspiración de otros emprendedores. ¿Es un trato?