Si tuvieras que empezar hoy un negocio desde cero, ¿cómo lo harías? Esta es una pregunta que puede provocar estragos o pesadillas en la vida de muchos dueños de empresas y emprendedores, dentro o fuera de internet. Lo peor, ¿sabes qué es lo peor? Que es una situación que casi nadie se plantea, pero que está a la vuelta de la esquina. Los últimos acontecimientos nos lo confirman.

Una crisis en la bolsa de valores, una burbuja inmobiliaria, la inestabilidad de los precios del petróleo, una guerra o una pandemia. No importa cuál sea el origen de la crisis: todas son potencialmente letales para miles de negocios, de cualquier industria, de cualquier tamaño, de los que llevan años en el mercado y de los surgidos hace poco. Convivimos con esa realidad.

A lo largo de más de 20 años de trayectoria, varias veces tuve que recomenzar. Quizás no de cero, pero sí de mucho más atrás de donde me encontraba. Errores propios (malas decisiones o a veces exceso de confianza) dieron al traste con proyectos prometedores. Otros, simplemente, no funcionaron como esperaba y, aunque comenzaron con gran ilusión, fueron una frustración.

Esa es la vida, así son los negocios. Y, como dice el dicho, “de nada sirve llorar sobre la leche derramada”. Muchas grandes empresas, que marcaron huella, que se antojaban sólidas, que dominaban su mercado, que eran referentes de su industria, que eran las preferidas de los consumidores, sucumbieron a una crisis. Los ejemplos son múltiples y ampliamente conocidos.

Si tuvieras que empezar hoy un negocio desde cero, ¿cómo lo harías? Esta es una pregunta que formulo a mis colegas y alumnos en mis eventos o a los miembros de mi comunidad privada (Círculo Interno). Me gusta escuchar sus respuestas, ver su reacción a esta hipotética situación y, claro, saber cuáles soluciones exponen. Imaginarás que “hay de todo como en botica”.

Lo que me causa curiosidad, y no poca preocupación, es que casi nunca escucho la respuesta acertada. Me explico: no quiere decir que todas las respuestas estén equivocadas, solo que no son la acertada. ¿Por qué acertada?Porque es la que te permitirá reactivar tu negocio prácticamente de inmediato, inclusive cuando ese nuevo intento es distinto del anterior, del que se acabó.

Supongo que tienes curiosidad por conocer la respuesta acertada: crearía una lista de suscriptores voluntarios por correo electrónico. Aunque se antoje demasiado sencillo, es algo muy poderoso. ¿Por qué? Porque una lista es el activo más valioso que puedes tener en tu negocio, dentro o fuera de internet. Lo repito: la LISTA es el ACTIVO MÁS VALIOSO, de tu negocio, así, en mayúsculas.

Para la mayoría, por cuenta de la presión del mercado, la prioridad es conseguir nuevos clientes y más en esas circunstancias adversas hipotéticas. Piensan así quizás porque desconocen que el costo de adquisición de un cliente nuevo es 12 (doce) veces superior a mantener un cliente activo, uno que ya te compró. ¿Lo peor? Pierden a sus buenos clientes por buscar unos nuevos.

Ese, déjame decirlo tan claro como sea posible, es el PEOR ERROR que puedes cometer. No solo porque echas tierra a lo que ya habías logrado construir, sino porque quedas expuesto a, como dicen en Colombia, “quedarte sin el pan y sin el queso”, es decir, con las manos vacías. Y eso sin contemplar la pérdida de tiempo, de recursos, de dinero y, claro, de confianza y credibilidad.

En cambio, cuando tú tienes una lista de prospectos que han levantado la mano y ya te dijeron que están interesados en lo que ofreces, que ya saben quién eres, puedes comenzar una relación. O darle continuidad posicionándote como un experto, estableciendo lazos de confianza y credibilidad y, por supuesto, un intercambio de beneficios a largo plazo. ¡Un gran negocio!


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Una lista de suscripción voluntaria te permitirá implementar una estrategia de email marketing para nutrir a tu audiencia.


Construir una lista de correo electrónico por suscripción voluntaria es una de las tareas prioritarias de cualquier negocio, dentro o fuera de internet. Sin embargo, son muchos los que no le dan la importancia que requiere y después lo pagan caro. ¿Por qué debes crear la tuya, YA?


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Una vez hayas nutrido esa relación con tus prospectos, podrás demostrarle porqué eres experto en tu tema, porqué eres la persona/empresa idónea para que hagan negocios contigo y estarás un paso más cerca de que inviertan en tus productos o servicios. Es una cuestión de método y de paciencia: no necesitas forzar nada, ni engañar, ni prometer algo que no vas a cumplir.

El problema surge porque muchos emprendedores no saben cómo crear una lista de suscriptores voluntarios o piensan que es muy complicado y se frenan. La verdad es que, en algún momento, todos empezamos con cero suscriptores y yo lo hice cuando aún no existían muchos de los poderosos recursos de que disponemos hoy en día que son muy económicos o gratuitos.

En aquel momento, a finales del siglo pasado y comienzos del actual, la cultura digital estaba en pañales. ¿Eso qué quiere decir? Muy pocas personas tenían una cuenta de correo electrónica, casi nadie tenía un computador en su casa y el teléfono celular no había llegado a nuestra vida o, en el mejor de los casos, era un lujo que solo unos pocos podían permitirse. Internet era un bebé.

Hoy, en cambio, el escenario es muy distinto. No hay disculpa para que no estés construyendo tu lista de suscriptores voluntarios, para que nutras la que ya tienes. La buena noticia es que no es tan complicado como parece y que cualquiera lo puede hacer. Hace un tiempo creé una lista completamente nueva de 100 mil suscriptores voluntarios y altamente calificados en apenas 105 días.

Son números que a algunos les vuelan la cabeza, que a otros les parecen ciencia ficción, que algunos más piensan que son inventados. ¡Son reales! Y fueron el resultado de una estrategia bastante sencilla que cualquiera puede replicar: literalmente puedes enviar un correo a esa lista y obtener dinero bajo demanda. Lo puedes hacer desde cualquier parte, desde donde te encuentres.

Solo necesitas una computadora y una conexión a internet. Una estrategia y algo que atraiga la atención de esas personas que, a cambio, te van a dar su nombre y correo electrónico y te van a dar permiso para comenzar una relación. Es lo que hacemos cada vez más personas que hemos encontrado en internet una oportunidad para transformar nuestra vida sirviendo a otros.

Y tú también lo puedes hacer. Tú también puedes convertir tu pasión más grande en un negocio rentable, uno que puedas controlar desde cualquier parte a toda hora. Tú puedes aprender a empaquetar tu conocimiento, tus experiencias y el aprendizaje surgido de tus errores y convertirlo en un producto/servicio que ayude a otros a construir su mejor versión, a solucionar sus problemas.

En ese camino, la lista de correo electrónico por suscripción voluntaria es tu mejor aliado, la herramienta más poderosa de la que dispones. Una lista que, dado el caso, si la vida de obliga a cambiar el rumbo y a comenzar de nuevo, lo puedes hacer, puedes levantar un negocio próspero. He pasado por ese proceso, el de tropezar, caer y levantarme, una y otra vez, y me he recuperado.

Este es un ejemplo que suelo utilizar porque es muy gráfico y fácil de entender: el pilar de un rascacielos de 300 metros de altura son sus cimientos, que soportan su peso y lo sostienen. De la misma manera, la lista de correo electrónico por suscripción voluntaria es el cimiento que sostiene tu negocio y, si por alguna razón este se derrumba, es la primera piedra para construir uno nuevo.

Antes que pensar en vender, antes que pensar en lo que vas a ofrecer al mercado, tu tarea primordial es construir una base de datos de correos electrónicos por medio de la cual puedas nutrir a esas personas y aportarles valor. El email será tu principal aliado y la venta, una consecuencia de tus acciones, el resultado de la efectividad de tus estrategias.