Me siento como niño con juguete nuevo: cada día que pasa, estoy más feliz con Clubhouse, con las experiencias que se comparten en este novedoso escenario digital, con el conocimiento que se transmite y, lo que más feliz me hace, por la participación de varios de mis discípulos del Círculo Interno, mi grupo de mentoría privada que desde hace más de dos años me brinda satisfacciones.

Como te lo comenté en esta nota (Las 7 razones de mi ‘amor a primera vista’ con Clubhouse), en menos de 5 minutos, en la primera sala en la que estuve presente, quedé enamorado. Aunque me encanta el contacto directo con las demás personas, bien sea de modo presencial o virtual, a través de video, esta experiencia de la voz me ha resultado absolutamente fascinante. ¿Por qué?

Porque cuando tú no puedes ver a la persona, ni frente a frente, ni a través de una cámara, solo te queda una opción: confiar. Y, seguramente lo sabes, la confianza es uno de los elementos claves del marketing actual, un ingrediente indispensable del éxito. Sin confianza, el mercado no te va a escuchar y, por ende, no te va a comprar. Sin confianza, no eres nada; con confianza, lo puedes ser todo.

El juego del marketing, hoy, consiste en brindar confianza y credibilidad. El juego del éxito tanto en la vida como en los negocios o las relaciones consiste en brindar confianza y credibilidad. No importa a qué te dediques, cuál sea tu profesión, cuánta experiencia acredites, con qué títulos cuentes, cuántos seguidores tengas o si lo que vendes es un producto o un servicio, dentro o fuera de internet.

Me encanta, además, que cada día hay más personas nuevas en esta plataforma. Con esto no me refiero específicamente a los que llamamos expertos, sino a quienes están en busca de contenido de calidad y de conocimiento de alto nivel, pero que también están en capacidad de aportar lo uno y lo otro. Gracias a esto, la dinámica de aprendizaje no solo es de doble vía, sino enriquecedora.

Lo que más me gusta de Clubhouse es que nos obliga a utilizar una de las cualidades más preciadas del ser humano y de los negocios: saber escuchar con atención. Hago énfasis porque no solo se trata de escuchar, sino de hacerlo con la atención necesaria para poder comprender e interpretar el mensaje de manera adecuada y, por supuesto, sacarle provecho. Saber escuchar con atención…

Cuando te niegas esta posibilidad, es decir, cuando no escuchas o cuando no lo haces con la debida atención, corres el riesgo de decir alguna bobada y echar a perder la necesaria labor de causar una buena impresión. La premisa es sencilla: das lo que recibes. ¿Entiendes? Cuando más valor aportes, más valor regresará a ti enriquecido y multiplicado a modo de retroalimentación.

Si ya te dejaste picar por el bichito de Clubhouse, pero todavía no pasas de ser un participante pasivo de otras charlas, quiero animarte a que despiertes y asumas un rol activo. Solo así podrás sacar el máximo provecho de esta plataforma, solo así podrás darte a conocer y llamar la atención del mercado y posicionarte, solo así tendrás la oportunidad de comunicar tu mensaje e impactar.


Mercadeo Global - Álvaro Mendoza

El networking, la posibilidad de hallar aliados y clientes potenciales es uno de los mayores beneficios de Clubhouse.


Si te excita la sensación de la velocidad en un automóvil deportivo es porque todavía no te pusiste al mando de un F1. Exactamente lo mismo sucede con Clubhouse: si te produce adrenalina el ámbito de la inmediatez en redes sociales es porque no conoces (o no has entrado) a esta poderosa plataforma (un jet supersónico).


Veamos algunos consejos que pueden ser útiles:

1.- Empápate de cómo funciona este entorno digital. Uno de los principales errores que cometen algunas personas es pretender que el entorno se acomode a lo que necesitan o a lo que están acostumbradas. Clubhouse, más que características, tiene reglas de etiqueta que debes seguir para sacar el máximo provecho y, por supuesto, para que no te conviertas en una molestia.

En este sentido, una buena estrategia es unirte a la sala desde el comienzo, para que puedas empaparte del tema, para que escuches la presentación y, así, cuando participes aportes valor. Si te llama la atención una sala por el tema o porque va a estar presente un experto específico, lo ideal es que investigues, que te involucres desde antes de que se abra la sala para la sesión.

2.- Ten una biografía completa. Como quizás ya lo sabes, además de tu participación, el resto de las personas solo puede saber de ti a través de tu biografía. Cuanto más completa y detallada esté, cuanto más específica sea para que quien la lea entienda rápidamente quién eres, qué haces y, en especial, cómo puedes ayudarlo, mucho mejor. Mira otros perfiles y modela el que te guste.

Es muy importante que la vincules a tu cuenta de Instagram (es el canal oficial) y, de ser posible, también a la de Twitter. Si tienes página web, el enlace no puede faltar, como tampoco uno que conduzca a las personas a tus perfiles de otras redes sociales en las que pueda conocer de ti y de tu propuesta de valor. Un consejo: concéntrate en los beneficios que va a recibir tu cliente.

3.- No te obsesiones por vender: aporta valor. Como sucede con otros canales digitales, hay personas que creen que la gente llega allí solo porque quiere comprar, y no es así. La realidad es que quiere adquirir conocimiento, quiere conocer otras personas con formas de pensar distintas, quiere darse a conocer, quiere intercambiar experiencias, quiere vivir experiencias novedosas.

La compra, si se llega a dar, será solo como consecuencia de lo anterior, es decir, de tu capacidad para aportar valor a través de tu conocimiento y de transmitir un mensaje poderoso en relación con los beneficios que tus clientes obtendrán. Y ten en cuenta algo: nadie, absolutamente nadie, entra a Clubhouse a comprar, así que no te obsesiones con vender porque no tendrás resultados.

4.- Abre tu (s) sala (s). No basta con asistir a mil y una salas y participar de vez en cuando. Si en realidad quieres posicionarte como un experto, si quieres transmitir tu conocimiento, si quieres que otros se beneficien de tus experiencias y aprendizajes de vida, tienes que convertirte en anfitrión de tu sala. Puedes comenzar con una sesión semanal y luego analizas si vale la pena aumentar.

Elige temas que sean interesantes para tu audiencia, invita a otros expertos que puedan aportar más valor y, sobre todo, presta atención a quienes participan de tu sala, hazlos sentir importantes y valora y agradece tanto su presencia, como sus intervenciones. Si bien no coincido en la idea de que Clubhouse es una red social, sí estoy convencido de que es el paraíso de las relaciones (networking).

5.- Aprende de otros. Clubhouse es una plataforma relativamente nueva y no hay un libreto que tú puedas seguir estrictamente y conseguir buenos resultados. Como en el resto del entorno digital, hay unas normas de etiqueta, hay una actividades y hábitos que son convenientes, pero lo que hagas en tu sala es tu decisión. Si no sabes cómo comenzar, fíjate qué hace los que ya están allí.

Hay mil y una salas increíbles, con moderadores e ideas dignas de modelar. Recuerda que, tanto en internet como en el mundo de los negocios, dentro o fuera de internet, nada, absolutamente nada, está sentado sobre piedra. Por supuesto, algo básico: sé tú mismo, sé auténtico. El mercado está hastiado de los vendehúmo, así que no corras el riesgo de que te etiqueten como uno de ellos.

Con Clubhouse, me siento como niño con juguete nuevo. Me encanta que varios de mis discípulos hayan aceptado mi invitación y estén haciendo sus primeros pinitos en esta plataforma poderosa que, valga decirlo, no sabemos cuál será su alcance. De lo que sí estoy convencido es de que cada día que dejes pasar sin entrar a ella es un día más en el que serás invisible y tu negocio lo pagará.


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