El 23 de marzo de 1985, las tropas estadounidenses ingresaron a territorio iraní. El propósito de su avanzada era proteger los valiosos yacimientos petrolíferos locales, de los cuales se abastecía buena parte del mundo occidental, y evitar que la nación cayera en manos de sus enemigos, de los enemigos de Israel y de los enemigos de sus aliados.

La crisis había comenzado a finales de 1979, cuando el depuesto sah de Irán Mohammad Reza Pahlevi viajó a Nueva York, por razones de salud. Ese vacío fue aprovechado por el ayatolá Ruhollah Jomeini, líder de la revolución islamista, que impuso el régimen teocrático. Fue el fin de la era del sah, que rigió los destinos del país desde 1941.

Las relaciones entre EE. UU. e Irán estaban rotas desde que un grupo de estudiantes afecto a la revolución se tomó la embajada en Teherán. Fue una situación de máxima tensión que se prolongó por 444 días, hasta el 20 de enero de 1981. Y el tira y afloje continuó hasta que comenzó la invasión, que provocó el masivo éxodo de la población.

Entre los que pudieron salir de esa pesadilla estuvo la familia Khoshbin, que se radicó en California. Allí, con solo 14 años, el joven Manuchehr (Manny) comenzó una nueva vida. Ingresó al Westminster High School, de la ciudad del mismo nombre, donde conoció lo duro que puede ser el mundo: vivió en carne propia la otra cara de la pesadilla.

Su mínimo dominio del inglés lo relegó, pero lo que realmente le causó problemas fue su origen, su país de origen. Por aquella época, todo lo que oliera a Irán era rechazado en Estados Unidos, cualquier persona que proviniera de esa nación era vista como una amenaza potencial. Entonces, Manny creció en un ambiente hostil, lleno de dificultades.

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Manny Khoshbin es dueño de una increíble colección de autos valorada en US$ 25 millones.

Cuando abandonó las aulas, ingresó a trabajar en K-mart, en Santa Ana. Recibía un pago de 3,15 dólares por hora, pero también el maltrato habitual con los inmigrantes que no son bien vistos. Lo señalaban, lo ofendían, le recordaban lo que estaba viviendo el pueblo iraní. Una experiencia terrible que le sirvió para forjar el carácter y sustentar sus sueños.

Trabajando horas extras, y con grandes sacrificios, logró ahorrar lo necesario para comprar un Honda Accord modelo 1983. También cambió de trabajo: se vinculó a una empresa de venta de neumáticos para automóviles. Fueron, en todo caso, tiempos difíciles para la familia, que dormía en una camioneta cuando no había dinero para el arriendo.

Allí, en la venta de llantas, Manny descubrió el vendedor que había en él y se esforzó por cultivar y potenciar ese talento. Se convirtió en el mejor vendedor de la compañía y aprendió algo muy valioso: ese no era el camino que deseaba transitar. El dueño se quedaba con la mayor parte de las ganancias y él quería más, quería dejar de ser pobre.


Según Khoshbin, para que aquello que haces tenga éxito y deje huella, debe
aportarle algo a otros, brindar la solución a algún problema de la sociedad. “El
éxito de las personas exitosas es que trabajan para el beneficio de los demás”.


En el camino, sufrió un duro tropiezo. Se asoció con un compañero de trabajo en la compañía de neumáticos y compró una estación de gasolina de Mobil, en 1997. Sin embargo, no les otorgaron la licencia ambiental para funcionar y quebraron. Lo perdió todo y debió volver a comenzar, de cero. Esa, sin embargo, fue su gran oportunidad.

En vistas del auge de la vivienda por aquella época, obtuvo una licencia para convertirse en corredor de bienes raíces. Comenzó como agente de crédito para una compañía de hipotecas, una labor en la que conoció los secretos del mercado y encontró cuál era el camino que quería seguir en la vida. Además, encontró un aliado increíble: internet.

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Khoshbin también es un hombre de familia, casado con Leyla Milani y padre de Prsicilla.

A través de la red, que era incipiente y muy diferente a lo que conocemos hoy, investigó y aprendió del mercado inmobiliario. Fueron varios años de aprendizaje y de esfuerzo, de sacrificio constante, hasta que cambió el rumbo de la historia. Utilizó sus ahorros para adquirir una vetusta propiedad en Gardena (California), la primera piedra de su imperio.

La compró a un precio muy bajo, dado que se encontraba en muy mal estado. Pero, con paciencia y mucha visión, se encargó de reconstruirla y convertirla en una propiedad atractiva. Dos años más tarde, la vendió en un negocio que le dejó una ganancia de 100.000 dólares. ¡Se habían acabado los problemas económicos!

Ese, sin embargo, era solo el comienzo. Aunque deseaba brindarle comodidades a su familia, sabía que todavía no era tiempo para lujos o derroches. Ese dinero lo utilizó para comprar otras tres propiedades, que luego vendió y obtuvo jugosas ganancias. Luego comenzó a trabajar con los edificios de apartamentos y los bienes raíces comerciales.

5 lecciones enriquecedoras

En otras palabras, hizo el curso completo. El amplio conocimiento que tenía del mercado inmobiliario y sus innatas habilidades para las ventas le permitieron crecer con rapidez, pero también con el adecuado sustento. Hoy, su fortuna está avaluada en 100 millones de dólares y, aunque su radio de acción se concentra en Texas, sigue viviendo en California.

En 2011 se casó con la presentadora de televisión, actriz y diseñadora de modas Leyla Milani, nacida en Toronto (Canadá), hija de padres iraníes. Manny es una celebridad en Instagram, con más de 714.000 seguidores. A través de esa red social, Khoshbin hace alarde de su riqueza, de su estilo de vida y, sobre todo, de su pasión.

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The Khoshbin Company tiene presencia en seis estados con un jugoso portafolio.

Se trata de una increíble colección de autos de lujo, especialmente deportivos, avaluada en 25 millones de dólares. Incluye, entre otras piezas cotizadas, tres Bugatti, un McLaren P1 en fibra de carbono, un Porsche 918 spyder, un Porsche Carrera GT, 3 Rolls Royces, un Lamborghini Aventador SV Roadster y dos modestas 4×4 Mercedes G-Wagons.

“Algunas personas eligen mirar los realitys de televisión. Yo preferí mirar mis sueños y me enfoqué en trabajar para hacerlos realidad”, es una de las frases motivacionales que publicó en Instagram. Hoy, es un caso de éxito que algunos consideran exótico y un espejo en el que muchos inmigrantes se miran para cumplir el sueño americano.

En una reciente entrevista concedida a la prestigiosa revista Forbes, Khoshbin reveló las cinco claves de su éxito. Se trata de un mensaje muy poderoso, surgido de la experiencia de alguien que literalmente comenzó de cero, con todo en su contra, y después de vencer los obstáculos llegó a la cima. Y no se detiene, porque aún quiere mucho más.

1) Fija metas: “Haz un mapa de dónde quieres estar en uno, dos, cinco, 10 y 20 años. Fija metas a las que te puedas dedicar al 100% cada año y apégate a ellas ferozmente”.

2) Crea un plan de acción: “No puedes manejar del punto A al punto B en la oscuridad. Enciende los faros planeando cada paso en tu viaje para alcanzar tus metas”.

3) Cultiva el conocimiento: “Rodéate de personas que como tú busquen el éxito, que quieran mejorarse y absorber el conocimiento. Recuerda: nadie nació experto”.

4) Administra tu tiempo: “Usa tu tiempo sabiamente. Planea tu día de manera detallada y evita esas actividades que te roban energía. Date una pausa semanal por salud mental”.

5) Nunca te rindas: “No tires la toalla sin importar lo duro que parezcan las cosas. Siempre hay una solución para los problemas. Mantén una actitud positiva y sigue luchando”.