Hace veinte años, cuando tomé la decisión de convertirme en emprendedor y dedicar mi vida al servicio de los demás, ser emprendedor no era algo serio. “Mijo, consígase un trabajo de verdad o se va a morir de hambre”, recuerdo que me decían. Y, sí, pasé muchas dificultades, muchas, aunque ciertamente no pasé hambre y tampoco me morí.

Hola, soy Álvaro Mendoza, director de MercadeoGlobal.com, y estoy listo para cumplir la cita para ayudarte a alcanzar tus metas y hacer realidad tus sueños. Agradezco que me des la oportunidad de ofrecerte el contenido de calidad que con esmero hemos preparado con mi equipo de trabajo especialmente para ti. Es un placer volver a estar conectados.

Una de las circunstancias más difíciles a las que hoy se enfrentan muchas de las personas que toman la decisión de ser emprendedores es aquella de superar la resistencia de sus allegados. Es una ironía que quienes más te deberían apoyar, quienes más deberían creer en ti, son los que primero te dan la espalda, los que más dudan de tus sueños.

Es increíble, pero todavía son muchos los que creen que ser emprendedor no es trabajar. La única razón posible es que desconocen absolutamente en qué consiste eso tan exótico de ser emprendedor. O, quizás, porque sienten envidia de que los emprendedores sí disfrutamos nuestro trabajo y, además, nos damos el estilo de vida que soñamos.

La otra cara de la moneda, porque todas las monedas tienen dos caras, es que muchos se lanzan al emprendimiento porque quieren viajar, generar ingresos pasivos, ser famosos y reconocidos. Como si eso fuera tan fácil como pulsar un botón y, listo. ¡Magia! Por supuesto que no es así y, por eso mismo, son tantos los que fracasan en internet.

Mercadeo Global - Álvaro Mendoza

Ser emprnededor es una decisión de vida que no puedes tomar impulsivamente.

Después gritan que “Internet no es lo que me habían pintado”, “Internet no sirve para hacer negocios” y otras especies más, pero están equivocados. Internet es una herramienta muy poderosa que les ha servido a muchos para convertirse en millonarios. Eso es cierto: hay casos muy famosos y cada día se conoce uno nuevo, otro más.

Lo que no es cierto es que esos casos de éxito se hayan dado de la noche a la mañana, o que sean producto de magia o de fórmulas secretas. Es conocimiento y trabajo, más conocimiento y más trabajo. Y pasión, y vocación de servicio, y perseverancia, y resistencia, y resiliencia, y trabajo en equipo, y aprendizaje todos los días.

En los veinte años que acredito en los negocios digitales, jamás vi a alguien que se haya hecho millonario de la noche a la mañana en internet. Y si lo hay, fue porque compró el billete de la lotería a través de internet. No por su trabajo, no por su talento, no por su conocimiento, sino por un golpe de suerte. Pero, claro, eso no es un emprendimiento.

Lo que ocurre es que en la red circulan versiones falsas, muchas fábulas que a algunos les encantan como si fueran cuentos de hadas. Y hartos de su vida, de un trabajo que no los hace felices ni les brinda lo que esperan, toman la decisión de tirarlo todo y dar un salto al vacío: “Papá, mamá, les tengo una noticia: voy a convertirme en emprendedor”, dicen.

Es, entonces, cuando escuchan la frase que mencionaba al comienzo: “Mijo, consígase un trabajo de verdad o se va a morir de hambre”. Y desorientados, como si estuvieran perdidos en la mitad del desierto, algunos tocan mi puerta y sueltan la pregunta que los atormenta: “¿Qué necesito para iniciar mi negocio? Álvaro, ayúdame, por favor”.

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Servir a los demás, a través de tus talentos y conocimientos: eso es ser emprendedor.

Lo primero que puedo decirte es que ojalá esa opción de convertirte en emprendedor no sea la respuesta desesperada a una vida que no te hace feliz. Si es así, amigo mío, déjame anunciarte que estás equivocado. Y si te lanzas al ruedo por esa razón, es muy probable que la vida te dé una dura bofetada. Una de la que te costará reponerte.

Tampoco debe corresponder a “una idea que me da vueltas en la cabeza”. Todos tenemos ideas que nos dan vueltas en la cabeza, pero eso no significa que sean buenas ideas o que sean ideas que se traduzcan en buenos negocios. Si tu idea aún no es un plan de trabajo, si no está respaldada por una investigación de mercado, no será un buen negocio.

Tampoco es una apuesta. Es claro que convertirse en emprendedor o iniciar un negocio digital son acciones que implican un riesgo, pero no se trata de una apuesta. ¿Por qué te digo esto? Porque muchos creen que basta decir “Voy a crear mi propio negocio”, y ya. Y montan una página web, y hacen promoción en redes sociales, pero nada de nada.

Sí, no venden nada. No se posicionan en el mercado, nadie los conoce. Y pierden el tiempo, los recursos, los esfuerzos realizados. ¿Por qué? Porque se lanzaron al ruedo sin conocer el mercado, sin haber identificado el problema que aqueja a ese mercado, sin saber si lo que ofrecen es la solución a ese problema. ¿Entiendes lo que quiero decir?

O, peor aún, crean un negocio convencidos de que se convertirán en millonarios “porque eso le gusta a mucha gente”. Sin embargo, es un tema que desconocen, algo que no los apasiona, que no está en concordancia con sus valores, con sus pasiones, con sus sueños. Entonces, aparece la competencia y se los devora: el pez grande se come al pez chico.

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Lo que hagas como emprendedor debe estar alineado con tus pasiones y tus sueños.

¿Qué necesitas para ser emprendedor y no morir en el intento? Veamos:

1) Ser emprendedor es una decisión de vida, la decisión más importante de tu vida. Y no puedes improvisar. Si no estás dispuesto a sacrificarte unos años para vivir el resto de tu vida como siempre soñaste, dedícate a otra cosa: no tienes alma de emprendedor.

2) Ser emprendedor es aceptar que dedicarás tu vida a servir a otros, que compartirás tu conocimiento y ofrecerás tu experiencia y tu talento para ayudar a otros a transitar por el mismo camino. Si no es lo que deseas, dedícate a otra cosa: nunca serás emprendedor.

3) Ser emprendedor es asumir que un día sin aprendizaje es un día perdido. Eso significa que harás tu mejor esfuerzo por capacitarte permanentemente, aún a costa de sacrificar tu tiempo libre. Si no estás dispuesto a esto, sigue tranquilo en tu trabajo convencional.

4) Ser emprendedor es entender que los resultados que obtengas están directamente relacionados con tus acciones y tus decisiones. Acciones y decisiones todos los días, hasta que alcances tus sueños. No puedes esperar milagros si no estás dispuesto a fabricarlos.

5) Ser emprendedor es invertir en ti cada día, todos los días. ¿En qué? En conocimiento, en estrategias, en herramientas, en relaciones, en independencia financiera. Si solo deseas liberarte de una vida que no te satisface, respira profundo y piénsalo mejor.

Soy Álvaro Mendoza, director de MercadeoGlobal.com, y acabo de darte las cinco claves más importantes para saber si puedes ser emprendedor y no morir en el intento. Cuando respondas esas preguntas, si tu respuesta es un sí rotundo y contundente, estoy aquí para ayudarte a iniciar tu negocio. Juntos recorreremos el camino hasta donde está el éxito.

Chao chao…