El 8 de marzo es una fecha especial en el calendario del año. Es cuando se celebra el Día Internacional de la Mujer, una conmemoración destinada a reivindicar a la mujer trabajadora. También, a llamar la atención de la sociedad sobre los derechos de la mujer, las condiciones en que labora y el reclamo de la igualdad en este escenario.
Personalmente, creo que esta es una reivindicación que debe hacerse todos y cada uno de los 365 días del año. Y lo digo con la autoridad que me brindan dos hechos: primero, no sé si lo sabes, he vivido toda la vida rodeado por mujeres. En mi casa paterna, con la señora Julita, mi madre, y mi hermana Martha; en mi familia, con mi esposa y mis dos hijas.
No falta el amigo que me dice que vivo sometido a un matriarcado, lo que algunos perciben como algo negativo. Yo, por el contrario, lo veo como lo más positivo que me ha sucedido en la vida y cada día lo agradezco. Es increíble lo que aprendo de las mujeres cada día, de su sensibilidad, de su generosidad, de su particular visión de la vida.
De hecho, algo que lamento del marketing digital en el mercado hispanoamericano es que todavía hay muy pocas mujeres emprendedoras. Cada vez son más, es cierto, pero siguen siendo pocas. Más, teniendo en cuenta que, según datos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), el 49,6 por ciento de la población mundial está constituido por mujeres.
Trasladándolo al mundo de los negocios, que es lo que nos interesa, eso significa que uno de cada dos de nuestros clientes potenciales es una mujer. ¡Woooowww! ¿Conocías ese dato? En otras palabras, implica que las estrategias que implementas en tu negocio deben tener aroma de mujer. ¿Eres consciente de ello? ¿Has hecho la tarea con juicio?
Esos tiempos en los que diseñabas una estrategia, una sola, y te servía para todas las campañas, para todos los públicos, para todos los nichos, quedó en el pasado. El mundo actual nos exige no solo diferenciar claramente entre hombres y mujeres, sino que nos impone otra característica: no podemos apuntar al bosque, debemos hacerlo al individuo.
Esa es la razón por la cual, sin duda, tantos negocios tropiezan día a día, más aquellos que transmiten sus mensajes a través de los canales digitales. Porque, salvo el cepillo de dientes, ¿conoces algo más personal que tu dispositivo digital o móvil? Bien sea en un computador de escritorio, en una tableta o un teléfono, el acceso es personalizado.
Lo irónico es que cada vez que nos hablan de cliente, que nos piden definir el buyer persona de nuestro negocio, automáticamente pensamos en hombre, en masculino. Es consecuencia, claro, del modelo de educación que nos brindaron, con un terrible e inocultable sesgo machista. Y si bien las cosas han cambiado, hay mucho macho en el ambiente.
Una tarea pendiente en el marketing digital, especialmente en Latinoamérica,
es facilitar una mayor participación de la mujer, brindarle más apoyo. Su aporte
es muy importante, pero todavía limitado. Y no propiamente por su culpa…
Es tan cierto esto, que todas las veces que se les consulta a las mujeres sobre el tema, la conclusión es la misma: ¡se sienten excluidas, discriminadas! Y creo que con razón. Eso dice a las claras que es mucho todavía lo que debemos aprender sobre ellas, es mucho lo que debemos desarrollar especialmente para ellas, es mucho lo que debemos aprender de ellas.
Lo primero que no podemos olvidar es que la mujer tiene un sexto sentido, que a veces es también séptimo. Poseen una increíble intuición, una rara habilidad para percibir los detalles, para anticipar los hechos, para ver conexiones que para el común de los hombres pasan inadvertidas. Ese, estoy seguro de que coincidirás conmigo, es un claro diferencial.
Segundo, poco a poco ha superado las barreras que le impedían el acceso a la educación y, por eso, manifiesta un insaciable hambre de conocimiento. Son inquietas, no se conforman con poco, son persistentes (tercas, diría yo) y no se rinden fácilmente (no se rinden, y punto). Para mí, esas son grandes virtudes, así algunos los vean como defectos.
Tercero, y esto me parece muy importante, la mujer se liberó de las amarras que en el pasado le impuso la cultura machista y salió a disfrutar su libertad. Ahora, la mujer es independiente, busca su realización personal, se capacita y está facultada para desempeñar cualquier rol en el ámbito laboral. Le gusta el poder y sabe cómo ejercerlo.
Cuarto, consecuencia de lo anterior, es una gran líder. ¿Podríamos el común de los hombres ser padres, esposos, hijos, compañeros, trabajadores y amigos, todo al tiempo? Vamos aprendiendo, sin duda, pero honestamente es una asignatura pendiente para la gran mayoría. En cambio, la mujer aprobó esa materia con nota sobresaliente hace rato.
Ajustar nuestras estrategias de marketing, nuestro lenguaje y nuestros productos
a las necesidades de la mujer actual es una exigencia del mercado. Cuanto
más pronto lo entendamos, más fácil será aprovechar los beneficios que nos brinda.
Quinto, la mujer no les pone techo a sus sueños. Quiere ser madre y es madre, pero no una cualquiera, sino la mejor. Quiere ampliar sus horizontes, entonces toma su pasaporte y viaja por el mundo, y aprende. Quiere ser exitosa y, entonces, devora conocimiento y se lanza al ruedo a emprender, a hacer realidad aquello que bulle en su enorme corazón.
Sexto, es valiente y apasionada. Otras dos características con las que marca grandes diferencias en todos los ámbitos de la vida. Cuanto más duro es el camino que recorre, mayor es su predisposición, su energía, su entusiasmo. Y todo lo que hace lo hace por amor, con amor: por sus hijos, por su familia, por su país, por ellas mismas…
Séptimo, a diferencia de lo que ocurre con la mayoría de los hombres, para ella el dinero es una herramienta, no un fin. Sabe que lo necesita y sabe cómo conseguirlo. Y también sabe cómo emplearlo. Entiende que el dinero es solo un recurso que facilita el camino, que permite ahorrarse problemas, pero no lo ve como el fin último de sus acciones.
Octavo, la mujer incorpora en su configuración inicial la vocación de servicio. A la mayoría de los hombres, en cambio, nos toca aprenderla. Ellas son serviciales por naturaleza, de ahí que tengan gran capacidad de liderazgo y sean eficientes en el trabajo en equipo. Además, son ultracompetitivas, una característica que les impide ser conformistas.
Por último, la mujer no escatima recursos económicos si está convencida de que la inversión le brindará los beneficios que espera para ella y, sobre todo, para su entorno (léase, su familia). Eso no significa, de manera alguna, que sea botarate, derrochadora. Es más, bien, que sabe cuál es el real valor del dinero y, por eso, lo cuida al máximo.
Para mí, el Día de la Mujer son todos los días, y así procuro manifestarlo en mis actos. Pero, en este 8 de marzo no puedo dejar pasar la oportunidad de darle gracias a la vida por las maravillosas mujeres que puso en mi camino, por cuanto ellas me han enseñado, por lo bien que han cuidado de mí y por tanta felicidad que me han brindado.
Y te invito a que aproveches la coyuntura para analizar qué tanto aroma de mujer tiene tu negocio, tienen tus estrategias y tus productos. Si determinas que hay mucho macho en el ambiente, quizás sea hora de que recompongas las cargas, de que empieces a darle un toque femenino a tu labor. No te imaginas las increíbles recompensas que podrás recibir…