Ser exitoso en la vida y en los negocios es una actitud, el fruto de un trabajo. No hay misterios, no hay fórmulas perfectas, no hay actos de magia. Actitud y trabajo. También, perseverancia, dedicación, buenas decisiones, vocación de servicio, aprendizaje de los errores, innovación, confianza, mentalidad positiva y otras cuantas virtudes más.
“¡Qué difícil es alcanzar el éxito!”, dirás, y no te voy a contradecir. Si fuera fácil, si fuera una tarea que se cumpliera con mínimo esfuerzo, cualquiera sería exitoso. Y no es así, sabemos que no es así. El éxito es un estado reservado para unos pocos: aquellos capaces de comprometerse, de asumir el reto y, sobre todo, hacer lo que sea necesario.
Una de las situaciones que más tristeza me provoca es cuando compruebo que un emprendedor tiró la toalla cuando estaba cerca de la meta. Se cansó, se distrajo, fue mal aconsejado, cometió un error, lo que haya sido es doloroso. Quizás poseía las cualidades requeridas, pero le faltó ese plus que marca la diferencia entre los triunfadores y el resto.
A lo largo de mi trayectoria en el mundo de los negocios por internet, tuve la suerte de conocer a algunos de los referentes, de los modelos de diversas industrias. También he accedido a valiosa literatura sobre la vida y obra de quienes han hecho historia, de quienes cumplieron su sueño de transformar el mundo y hacerlo un poco mejor.
La conclusión, la lección que me quedó de esas experiencias, es que la base del éxito de aquellas personas que superan el umbral de las dificultades y llegan a la cima son sus hábitos. Es claro que son personas dotadas con una inteligencia poco común, pero ese no es el factor diferenciador, pues al fin y al cabo todos los seres humanos somos inteligentes.
Lo que los deja en una categoría distinta, un escalón arriba de los demás, es lo que hacen para enfrentar los retos diarios, para lidiar con las tareas comunes, para adoptar las decisiones difíciles. Esos, mi querido amigo, son hábitos que se aprenden, que cualquiera puede aprender, que tú puedes aprender. De hecho, a ellos alguien les enseñó.
Si bien cada uno debe construir su propio camino, uno independiente y autónomo, en otras oportunidades me habrás escuchado decir que necesitamos mirarnos en el espejo de aquellos que ya tuvieron éxito. Y es cierto: yo mismo lo hago. Es una forma de acortar la curva de aprendizaje, porque ellos ya conocen el camino, ya superaron las dificultades.
Tips para triunfar
Con paciencia, me tomé el tiempo para tratar de hallar coincidencias en los hábitos que llevaron al éxito a mis mentores y a otros exitosos del mundo de los negocios. Encontré unos patrones que se me antojan muy interesantes y que comparto contigo con la ilusión de que resulten útiles y te ayuden a cumplir tus sueños y escalar tu negocio.
1) El poder de la mente: este es un factor decisivo. Estas personas no se permiten el lujo de los pensamientos negativos, de la autoflagelación, de las dudas. A la hora de tomar decisiones, se respaldan en la intuición, aunque por supuesto sopesan los argumentos racionales. Saben escuchar y, sobre todo, saben a quién escuchar.
Así mismo, de manera consciente, premeditada y voluntaria, se enfocan en lo positivo de cada situación. Es por eso que les resulta fácil dejar atrás los errores, es como evitan que se vuelvan un lastre. Para ellos, equivocarse es algo natural en el proceso, de ahí que no se obsesionan, ni se desestimulan, cuando sufren un tropiezo. Lo usan como trampolín.
2) Hacen lo que hay que hacer: desde que se levantan, temprano en la mañana, los exitosos tienen una agenda detallada que cumplen al pie de la letra. Difícilmente improvisan y prácticamente nunca procrastinan. Hacen lo que hay que hacer, y lo hacen hoy. Lo que se salga de sus manos, lo delegan a alguien competente de su equipo.
Eliminan las urgencias, que restan energías y provocan desorden, y se ciñen al plan trazado. Le destinan a cada tarea un tiempo determinado, el justo para cumplirla a satisfacción. Empiezan el día con tareas sencillas, de esas que no generan estrés, y a medida que pasan las horas calientan motores y dan el máximo en las horas de la tarde.
3) Aprecian el valor del otro: una de las razones por las cuales algunos emprendedores fracasan en su intento por alcanzar el éxito es que se encierran en su propio mundo. Los exitosos, en cambio, son abiertos: entienden que necesitan de los demás y se dan la oportunidad de absorber su conocimiento y sus experiencias.
Son personas abiertas a las críticas, porque saben que es una fuente de aprendizaje, y se enriquecen con la retroalimentación que ellos mismos alientan. Además, tienen mentores: aunque hayan alcanzado el éxito, aunque tengan reconocimiento y fortuna, son conscientes de que el proceso de adquisición de conocimiento nunca termina.
El éxito, amigo mío, es un constante aprendizaje. Es un camino que nunca termina, y ese para mí es parte importante del encanto. Si bien a nadie se le pueden enseñar a ser exitoso, sí es posible emular los modelos positivos que tenemos a nuestro alcance. Si quieres ser exitoso, haz lo mismo que hicieron (y que hacen) los que ya son exitosos.
Quiero ser exitoso y lo voy a lograr.