El último paso registrado es, quizás, el más importante y el decisivo para que se consume liberación femenina. Una emancipación destinada a alcanzar la realización personal y la felicidad. Los estudios, si bien son recientes y nada concluyentes, indican que las empresas creadas en la última década por mujeres son más exitosas que las masculinas.
¿Lo mejor? El índice crece, crece y crece… “Hagas lo que hagas, sé diferente. Ese es el consejo que me dio mi mamá, y no puedo pensar en un mejor consejo para una empresaria. Si eres diferente, entonces destacarás”. La frase es de la inglesa Anita Roddick, creadora de la compañía de cosméticos The Body Shop.
Roddick, además, se distinguió como una activista ecológica y filántropa. Quienes la conocieron dicen que siempre defendió aquello en lo que creía y destacan su vocación de servicio. ¿Cuál fue su éxito? Aplicó, al pie de la letra, el consejo materno y marcó una diferencia inmensa en su mundo y en el de otras mujeres.
En las últimas décadas. el mundo de los negocios adquirió un clásico toque femenino.
¿Cómo así? Sí, el mundo de las mujeres que usan sus productos y el de los niños menos favorecidos de la antigua Europa Oriental y Asia, beneficiados con el trabajo de Children on the Edge, la organización sin ánimo de lucro que lideró hasta el día de su muerte, en 2007. Alcanzó a abrir 2100 tiendas en 55 países, y ofrecía al menos 1200 productos.
“Cuando una puerta hacia la felicidad se cierra, otra se abre. Pero, a menudo miramos tanto tiempo hacia la puerta cerrada que no vemos aquella que se ha abierto para nosotros”. Y si alguien sabe de puertas cerradas, sin duda, es una mujer. Helen Keller, autora de la frase, nació a finales del siglo XIX y fue una escritora, oradora y activista política.
Además, era sorda y ciega. Esa discapacidad, sin embargo, no fue un obstáculo. Antes de cumplir los dos años, Helen sufrió un accidente que la privó de dos de sus cinco sentidos. Para su fortuna, de la mano de la especialista en educación especial Anne Sullivan (que también era ciega), pudo desenvolverse en la sociedad.
Fue la primera persona sordociega que obtuvo un grado universitario y desde la adolescencia militó en el Partido Socialista en EE. UU. Su legado, como modelo de superación de discapacidades, está vigente. Estos ejemplos son perfectos para demostrar el talante y el empuje de las mujeres, que hoy se reflejan en los negocios en internet.
El mundo de los negocios en el siglo XXI tiene un aroma especial: el talento y el talante de la mujer.
Con una intuición a prueba de error y una habilidad para tomar decisiones acertadas que los hombres aún no comprendemos, avanzan a paso lento, pero dejan una profunda huella. Porque, y esa es una de las características que me enamora de las emprendedoras, para ellas el éxito es más, muchísimo más que el dinero.
El común de los hombres emprendedores tiene al dinero como objetivo de su trabajo; las mujeres, la mayoría de ellas, en cambio, solo lo ven como un medio, como una más de las tantas herramientas que usan para alcanzar sus metas. Solo sirve en la medida en que les facilite cumplir sus sueños, que son de otro talante, de otro estilo.
Agentes transformadores
Sí, los sueños femeninos generalmente están ligados a causas altruistas y apuntan al bienestar de su círculo más cercano. En eventos en los que he participado recientemente, y durante los cuales mujeres emprendedoras nos compartieron sus experiencias de vida, esa fue una de las razones por las cuales generaron un efecto inesperado, incontrolable.
Con su particular forma de ser y de ver las cosas, las mujeres nos enseñan una nueva mirada.
Los auditorios, enteros, llegaron a las lágrimas producto de sus conmovedores relatos, de sus inspiradoras historias de vida. ¿Qué fue lo más impactante? Que cuando nos hablaron de su éxito no nos mostraron cifras de dinero, sino que hablaron de momentos felices, de retos superados, de logros cumplidos. ¡Toda una revolución, una revelación!
Su éxito fue que compartieron experiencias de vida con otros: triunfos, fracasos, miedos, expectativas, ilusiones, sueños, fortalezas, debilidades, pasiones… Sus talentos, conocimientos, fuerzas y energías las volcaron completamente a sus emprendimientos, con un solo objetivo: transformar sus vidas para poder transformar el mundo.
¡Y lo están consiguiendo! Y lo que se nos viene encima es un tsunami, una avalancha maravillosa. Los emprendedores latinoamericanos tenemos el orgullo haber comenzado a cambiar la realidad de nuestros países. Nos hemos convertido en una alternativa, también en una luz de esperanza, y poco a poco transmitimos el mensaje a otros.
El mundo de los negocios hoy tiene rostro de mujer. Una sensacional revolución.
La semilla ya fue sembrada, solo hay que regarla y cuidarla a la espera de que germine, de que dé sus frutos. Ahora, felizmente, maravillosamente, llegaron las mujeres para brindarnos su aporte. Lo mejor es que lo hacen a su manera, con sus armas, con sus argumentos, con su particular estilo. Y el resultado no podía ser mejor.
Hoy, los hombres emprendedores sabemos que hay otros caminos, reconocemos otras fórmulas, entendemos otras visiones para alcanzar la realización personal y la felicidad. Llevamos casi dos décadas en el ruedo, pero desconocíamos estas facetas, estos matices. Ahora, afortunadamente, pudimos aprender que el éxito huele a perfume de mujer…
