Una de las claves del éxito es «hacer un kilómetro extra«, esto es, dar un mejor servicio o producto que el esperado por el cliente (o por su empleador).
Usted aprecia (y sus clientes aprecian) cuando el trato que reciben es MEJOR o SUPERIOR al que cabe esperar.
Tarde o temprano, quién actúa en base a esta premisa recibe su premio, el que se mide en mejores ventas, mayor difusión de sus servicios o más rápidos ascensos en su vida laboral.
Claro que a no todos nos ocurre lo que voy a transcribir ahora -sin duda hay gente con más suerte que otra-, pero no duden que SIEMPRE sus esfuerzos se verán recompensados (es una especie de ley natural del equilibrio)
Lo que sigue es de autor anónimo, pero lo cita Philip Humbert en su «Bonus TIP’s Letter!» de Marzo de 1999, con el título de «Una Noche Tormentosa» -la imperfecta traducción del inglés es nuestra-
«Una noche tormentosa hace los muchos años, un hombre mayor y su esposa entraron a la antecámara de un pequeño hotel en Filadelfia.
Intentando conseguir resguardo de la copiosa lluvia la pareja se aproxima al mostrador y pregunta:
– ¿Puede darnos un cuarto?
El empleado, un hombre atento con una cálida sonrisa les dijo:
– Hay tres convenciones simultáneas en Filadelfia… Todos los cuartos, el de nuestro hotel y los otros están tomadas.
El matrimonio se angustió pues era difícil que a esa hora y con ese tiempo horroroso fuesen a conseguir dónde pasar las noche.
Pero el empleado les dijo:
– Miren…no puedo enviarlos afuera con esta lluvia, si ustedes aceptan la incomodidad, puedo ofrecerles mi propio cuarto…yo me arreglaré en un sillón de la oficina.
El matrimonio lo rechazó, pero el empleado insistió de buena gana y finalmente terminaron ocupando su cuarto.
A la mañana siguiente, al pagar la factura el hombre pidió hablar con él y le dijo:
– Usted es el tipo de Gerente que yo tendría en mi propio hotel…quizás algún día construya un hotel para devolverle el favor que nos ha hecho.
El concerje tomó la frase como un cumplido y se despidieron amistosamente.
Pasaron dos años y el concerje recibe una carta del hombre, donde le recordaba la anécdota y le enviaba un pasaje ida y vuelta a New York con el pedido expreso de que los visitase.
Con cierta curiosidad el concerje no desaprovechó esta oportunidad de visitar gratis New York y concurrió a la cita.
En esta ocasión el hombre mayor lo llevó a la esquina de la Quinta Avenida y la calle 34 y señaló con el dedo un imponente edificio de piedra rojiza y le dijo:
– ¡¡Este es el Hotel que he contruído para usted!!
El concerje miró anonadado y atinó a balbucear:
– ¿Usted me está haciendo una broma, verdad ?
– Puedo asegurarle que no...-le contestó con una sonrisa cómplice el hombre mayor.
Y así fue como William Waldorf Astor construyó el Waldorf Astoria original y contrató a su primer gerente de nombre George C. Boldt (tal el nombre del concerje en la noche lluviosa).
Obviamente George C. Boldt nunca soñó que su vida estaba cambiando para siempre cuando hizo «su kilómetro extra» para atender al viejo Waldorf Astor en aquella noche tormentosa.
No tenemos muchos «Waldorf Astor» en esta parte del mundo, pero un jefe satisfecho o un cliente sorprendido pueden equivaler a nuestro Waldorf-Astoria personal.
¡¡Nunca se sabe dónde están los ángeles!!
Alvaro, me has conmovido con esta historia. La verdad que tendrías que publicarla en las redes sociales directamente. Yo sin ánimo de ser
«pelota» como se dice aquí en España, ¿que puedo hacer por tí desde España? Quiero andar un «kilometro más para tí?
Alvaro, como siempre nos compartes una excelente historia, que ahora la haremos parte de nuestras parábolas que difundimos de manera cotidiana en los talleres que realizamos en temas de fortalecimiento/desarrollo de capacidades. Gracias por tu aporte y enseñanzas de marketing, que Dios te bendiga.
Es muchas veces nuestra salida para fugarnos el no instir cuando creemos que no estamos para ser tan atentos, a veces nos encontramos tan invadidos de intolerancia, no sentimos incomprendidos y por eso no comprendemos nada, si hacemos una cordial presencia con el corazón dispuesto, de buena voluntad y siendo amables y respetuosos logramos que las cosas pasen aÁ¹n con el mínimo de intención y esfuerzo. Que memorable lección……. de la vida fluida y correctamente espontanea
Excelente, realmente es un ejemplo a poner en práctica!!!
Excelente como anecdota y mejor aun como ejemplo de motivacion para aplicar no sole en la red sino en cada acto de la vida.
Congrattulaciones a uistedes por que de uno u otro modo usteds caminan la milla extra por sus asociados y amigos en la red
excelente articulo , son enseñanzas que nos da la vida, ojala todos pensaramos y actuaramos asi.
es tal como debiera ser, prestar un servicio de calidad
Es muy interesante e intrigante a la vez ya que te hace reflexionar que en la vida todos tenemos que darnos la mano y mas adelante vendra tu recompensa solo tienes que tener paciencia y vendra
Realmente es el valor de los pequeños detalles,y nuestro aporte extra a la vida lo que determina la diferencia y marca nuestro destino.
Muy buen articulo. Definitivamente, todo aquello que damos se nos devuelve multiplicado en un futuro, entonces siguiendo esta premisa, demos siempre cosas buenas para que se nos devuelvan cosas buenas.
Saludos
Beatriz Garces
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Linda leccion de servicio al projimo.