La envida es mejor despertarla que sentirla. Dicho esto, hago una aclaración pertinente: soy un feliz usuario de Zoom, la que hasta hace unas semanas era una plataforma poco conocida y que, por cuenta del boom de teletrabajo y la educación virtual en épocas de coronavirus, saltó a los primeros planos. Sin embargo, lo que vas a leer a continuación no es un publirreportaje.
Por el contrario, es una información que merece ser leída por aquellos que desde hace tiempo nos beneficiamos con las características de esta poderosa aplicación y por quienes la acaban de conocer y se vieron involucrados en una situación desagradable. ¿Por qué? Porque apenas comenzaban a disfrutar de la plataforma se dio una alerta por supuestos fallos de seguridad.
¿Ciertos? ¿Comprobados? Eso todavía no lo sabemos, aunque Eric Yuan, el protagonista de esta singular historia, con humildad reconoció que en la aplicación no todo funcionaba al ciento por ciento y se dio a la tarea de enmendar lo que fuera necesario. De inmediato, contrató a Alex Stamos, exdirector de seguridad de Facebook, para que subsanara cualquier orificio que hallara.
Llevo más de 20 años trabajando con computadores y en internet y por mis manos han pasado mil y una aplicaciones y programas de toda índole. Son muy pocas las que no probé y puede decirte con autoridad que no conozco una sola que jamás halla fallado, que no haya experimentado algún problema de seguridad. Y más en estos tiempos de hackers, una nefasta especie del ecosistema digital.
Utilizo Zoom prácticamente a diario y, honestamente, jamás he tenido problemas. De hecho, te lo digo con la mano en el corazón, cada día me gusta más. El problema es que se trata de un pequeño David que se atrevió a retar a los Goliat de la tecnología, a los gigantes que siempre quieren acapararlo todo, que quieren controlarlo todo, y este chiquito les salió atrevido.
“Si no puedes vencerlos, únete a ellos” es una premisa que siempre escuché de boca de los abuelos, dueños de la sabiduría popular. Sin embargo, esa es una premisa que no aplica en el mundo de los negocios y en internet, que como lo he mencionado en otras ocasiones son una jungla infestada de fieras salvajes, de hienas hambrientas, de depredadores sin escrúpulos.
Yuan nació en Tai’ian, en la provincia de Shangdon, a mitad de camino entre Pekín y Shanghái, hijo de una pareja de ingenieros de minas. Cursó estudios superiores en ingeniería y matemáticas, en una etapa de su vida en la que comenzó a pensar en que se requería un programa capaz de permitir la comunicación a distancia entre las personas. ¿Por qué? Su novia vivía muy lejos.
Exactamente, a 10 horas en tren, un agotador trayecto que Yuan realizaba con frecuencia. Sin embargo, en aquel momento ese parecía ser un sueño irrealizable, así que lo archivó en el baúl de los recuerdos. Tras graduarse, se mudó a Japón, el paraíso de la tecnología, y comenzó a buscar la forma de dar el gran salto: obtener la visa para radicarse en Estados Unidos y ser como Bill Gates.
Por la época en la que Yuan estudiaba, el mandamás de Microsoft ya era multimillonario y uno de los promotores de la revolución digital que nos cambió la vida. China vivía todavía bajo el régimen de Deng Xiaoping y lejos estaba de convertirse en uno de los motores tecnológicos del planeta. Así, entonces, para alguien que soñaba en grande como Yuan el paraíso estaba en Silicon Valley.
Sin embargo, no fue fácil llegar hasta allá. De hecho, fue muy difícil: a pesar de sus credenciales académicas, le negaron la visa en ocho ocasiones consecutivas. Mientras, se vinculó a WebEx, una compañía que desarrolla aplicaciones para videoconferencias, en cuyas oficinas terminó de curtirse para lo que vendía después. Fue una década sumergido en el profundo océano de los códigos.
En 2007, sin embargo, su suerte comenzó a cambiar. Primero, la compañía fue adquirida por Cisco, un gigante de la tecnología, por lo que Yuan pensó que sus ideas ahora sí serían escuchadas. Y, además, Steve Jobs presentó ese mismo año el primer iPhone de Apple, con lo que el sueño de estudiante se despertó: era lo que necesitaba para su servicio de videoconferencias para reuniones virtuales.
En tiempos de coronavirus, teletrabajo y educación virtual, un pequeño David llamado Zoom se atrevió a retar a los Goliat de la tecnología y lo pagó caro: lo acusaron de ‘graves fallos de seguridad’ y le restaron credibilidad. La aplicación, sin embargo, es la preferida de los usuarios.
Para infortunio de Yuan, su propuesta no tuvo eco entre los nuevos dueños de la empresa, que preferían su propia aplicación o, en su defecto, la conocida Skype. Obstinado y obsesivo, Yuan no se dio por vencido, porque entendía que el futuro de la tecnología eran los smartphones, no en los computadores. Y tenía razón. Por eso, en 2011 renunció y fundó Zoom Video Communications.
Durante casi un año estuvo trabajando arduamente junto con 40 ingenieros hasta que en septiembre de 2012 presentó una versión preliminar de la aplicación, que podía albergar hasta 15 participantes. Al año siguiente, en una ronda de financiación con inversionistas organizada por Qualcomm Ventures, obtuvo 6 millones de dólares y, por fin, pudo cristalizar su sueño.
La versión 1.0 de la aplicación permitía la conexión simultánea de 25 usuarios, algo que le encantó al mercado: al final del primer mes, tenía 400.000 usuarios y en mayo de 2013 esa cifra creció hasta un millón. Un éxito rotundo y meteórico que quizás ni el propio Eric Yuan sospechaba y que ahora, en tiempos de coronavirus, le permitió convertirse en uno de los hombres más ricos del planeta.
Zoom, por si no la has utilizado, es una aplicación sencilla y muy intuitiva. Se instala fácil, se usa, fácil y se disfruta y aprovecha mucho. Tiene una versión gratuita, que limita la duración de las reuniones a 40 minutos. Tiene, además, tres planes de pago, entre 14,99 y 19,99 dólares al mes, con capacidad para albergar entre 100 y 500 participantes con una gran variedad de funciones y beneficios.
¿Como cuáles? Realización de reuniones en video de alta definición, con audio y chat; sala de reunión personalizada y privada para que puedas llevar a cabo tus reuniones, capacitaciones o conferencias en vivo y en directo. También es posible organizar seminarios web con video, de ahí que sea a aplicación preferida de emprendedores, pymes y universidades, entre otros ámbitos.
Hasta que apareció el coronavirus, nos obligó a todos a casa, confinados, y puso de moda el teletrabajo. Ah, y a Zoom, que de un día para otro se convirtió en la plataforma preferida para las reuniones virtuales, para que colegios y universidades de todo el mundo pudieran continuar con el desarrollo de sus clases. Las acciones de la compañía se valorizaron con rapidez y Yuan por fin pudo sonreír.
Aunque, no por mucho tiempo: surgieron las acusaciones de “graves fallos de seguridad” justo en momentos en que Microsoft intentaba posicionar su plataforma Teams y que otras como Google Hangouts, GoToMeeting y Skype, entre otras aplicaciones, intentaban hacerse con una porción del jugoso e inesperado mercado. Entonces, Yuan tuvo que dar la cara y ofrecer explicaciones.
“Zoom no fue diseñada para que de pronto todo el mundo la usase para socializar, dar clases (como hacen universidades como Harvard), o trabajar desde casa”, explicó. Lo cierto es que el escándalo, como suele ocurrir, ofreció resultados negativos y otros positivos: el valor de la acción de Zoom cayó un 20 por ciento y la credibilidad de la aplicación quedó en entredicho.
Sin embargo, no me queda duda de que si hay ganadores en esta pelea son, precisamente, Yuan y Zoom. El empresario chino reaccionó a tiempo, no se escondió e implementó un rápido plan de acción para solucionar los problemas. Y su aplicación, mientras, se convirtió en la más utilizada por grandes y chicos, para trabajar o socializar, a pesar de los problemas, y ahora es conocida en todo el mundo.
No es la primera vez que lo vemos y estoy seguro de que no será la última: cuando los Goliat de la tecnología sienten pasos de animal grande por parte de un pequeño David, sacan a relucir sus mañas, hacen gala de su poder hegemónico y utilizan estrategias de dudosa reputación para tratar de acabar con su rival. Por supuesto, la batalla todavía no terminó y hay mucha tela por cortar.
No sé tú, pero yo seguiré fiel a Zoom, una poderosa aplicación que solo me ha ofrecido beneficios y que, como lo mencioné, me gusta mucho. Si efectivamente tiene fisuras en su estructura, será la ocasión precisa para mejorarla y hacerla más potente, más completa, más recursiva. ¿Moraleja? Como dicen en la calle, “la pelea es peleando”, un escenario en el que los usuarios recibimos los beneficios.
COSTOS ACTUALES Y QUE INCLUYE, GRACIAS.
Todos los detalles en https://zoom.us
Una historia Conmovedora e inteligente.. Jamás podré imaginar los esfuerzos y sacrificios que hizo el fundador de ZOOM.. Felicidades por este Titanico logro..Con Zoom puedo ver a mis amigos al mismo tiempo y eso es super genial.. BENDICIONES.
Impresionante la historia, impresionante el artículo. Descubrí zoom en momentos de pandemia y la quería usar para conectar con amigas y no pudo ser justamente porque una de ellas (sólo una) dijo que no era segura bla bla bla….. entonces, no se usó.
Sinembargo, por mi parte estuve investigando, y sí que confirmaban fallos de seguridad, pero un fallo de los que hacían vulnerable la aplicación, era el mal uso o falta de configuración. ¿Cómo vas a compartir en enlace de un grupo en las redes sociales?
La verdad que me queda mucho por descubrir de Zoom, yo sólo la he usado para videollamada. ¡Hurra por David!
Excelente aplicación yo la seguiré usando, lo demás es pura competencia, me quedo con lo que veo y me gusta
Felicitaciones, magnifica nota sobre ZOOM. Ya tuve una primera experiencia, interesante.
Felicitaciones excelente plataforma nos ha permitido a muchos poder comunicarnos con la familia fuera y dentro del país gracias gracias sigan mejorando
Interesante historia la de Zoom, y con una gran enseñanza de emprendimiento y perseverancia . Yo recientemente soy usuario de Zoom , me satisface mis necesidades y después de conocer su historia me identifico aún más con ellos.
Es la mejor aplicación para ,costo beneficios.
mi respaldo total
Sencilla , fácil de manejar. Me gusta por esa simpleza.
Definitivamente una vez más se demuestra que la perseverancia mezclada con la inteligencia es la madre del éxito no la conozco bien recién la estoy utilizando pero ahora al conocer su historia de éxito la seguiré apoyando
Sí… La inteligencia con astucia y perseverancia… triunfan!!! No hay que desistir!!! No conocía la historia de Zoom…pero yo también lo uso!!!
Gracias por la información Alvaro, un artículo muy enriquecedor, pero sobre todo gracias por tu libro.
Gracias Álvaro por compartirnos la historia de zoom y la gran utilidad de esta plataforma
Gracias por la información. Soy una persona de tercera edad, tratando de adecuarme a la nueva era no solo del siglo XXI sino a las exigencias o circunstancias que esta pandemia nos reta cada día a ser diferentes.
Trataré de aprender esta nueva tecnología para aplicarla ahora en que las distancias físicas son cada vez mas frecuentes, esta tecnología hace posible acercarnos y mantenernos unidos.
Cuando confías en tu capacidad, arriesgas y sales fuera de tu confort es difícil empezar de cero y no importa cuantas veces tienes que volver a comenzar lo importante es no rendirse.
Felicidades Yuan yo soy una usuaria de zoom y estoy agradecida porque a través de esta plataforma,realizo tele-trabajo, las clases de la universidad de mis hijos, y las clases de colegio de mi hija.
Gracias Yuan por no rendirte Dios esta contigo, sin duda que es una batalla entre David y Goliat pero no te olvides quien gano la Batalla entre ellos,.
Yo estoy usandola hace tiempo y me gusta por k no hay interrupciones y la conexion es muy buena
FELICITACIONES POR ESTE MAGNIFICO ZOOM, VINO EA REVOLUCIONAR LA VIDA DE MUCHA GENTE. GRACIAS
Magnífica tu nota sobre Zoom. Yo también lo empezé a usar. Gracias Alvaro.
La plataforma es excelente, felicito a todos que han participado para hacerla realidad y sigan en la lucha.
Éxitos y prosperidad, la tecnología no puede parar.
Un abrazo
MILORD