Un error muy común entre quienes quieren empezar negocios es que creen que van a reinventar la rueda y ya sabemos cómo termina esa aventura: es más de lo mismo y el mercado lo rechaza. La clave del éxito es ser una propuesta única de valor y brindar experiencias conectadas con los principios, valores y pasiones del cliente. Estos tres hoteles en la selva son un excelente ejemplo.
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Cuando tengo la oportunidad de participar en algún evento, bien sea dentro o fuera de internet, hay ocasiones en las que termino decepcionado. Es una lástima y me duele confesarlo. ¿Sabes cuál es la razón? Una contradicción. Hay muchas personas que desean ser emprendedoras, pero cuando se acercan a mí y me dicen cuál es el proyecto que tienen entre manos, me desilusiono.
Muchas veces, porque se nota a leguas que no tienen ni idea de en qué consiste ser emprendedor. Son personas que se dejaron llevar por los mitos que vuelan en internet y creen que a la vuelta de unos cuantos clics (ojalá, uno solo) se van a volver millonarios. Y creen que yo les voy a dar la fórmula secreta del éxito, que no la poseo y no la conozco. Y si la tuviera, no sé si se las daría.
Hay otros que están un poco más aterrizados, pero que honestamente tampoco tienen futuro. ¿Por qué? Porque quieren resultados inmediatos, y eso no es posible salvo que te ganes la lotería. Son personas que no están dispuestas a pagar el precio que vale ser emprendedor, que no quieren adquirir más conocimiento, que no desean invertir en sí mismos, que no asumen ningún riesgo.
Hay algunos más que verdaderamente tienen pasta de emprendedores, pero que cargan el lastre de varios fracasos y han perdido el entusiasmo y están inclinados a tirar la toalla y regresar a esa vida que no los satisface. A estas personas solo puedo darles dos consejos: que no desistan, porque después se van a arrepentir, y que busquen asesoría especializada para salir adelante.
Y hay otro grupo conformado por aquellas personas que compran cuanto curso les ofrecen por internet, que se apunta a webinars, que asisten a eventos presenciales y que están convencidas de que serán el próximo Elon Musk. El problema es que cuando les pregunto cuál es el proyecto sus respuestas develan un gran problema: más de lo mismo. Creen que van a reinventar la rueda.
Y la rueda, amigo mío, ¡ya fue inventada! Hace muchos siglos. Por eso, esta mentalidad esconde uno de los graves problemas del mercado: los aspirantes a emprendedores no investigan, no saben qué se ofrece y, por eso, salen con un producto o servicio que, a la hora de la verdad, es la enésima versión de algo que abunda en el mercado. Están condenadas a fracasar, tristemente.
La clave del éxito en los negocios, dentro o fuera de internet, está en tu capacidad para brindar una propuesta única de valor (PUV). No solo una propuesta de valor, sino algo único. Esto, sin embargo, no quiere decir algo que no exista o algo que cambie radicalmente un producto o un servicio que ya está en el mercado (es decir, reinventar la rueda), sino más bien algo innovador.
Lo que se requiere es identificar el problema que preocupa a un grupo de personas, el dolor que les impide conciliar el sueño en las noches o, también, una oportunidad que esté conectada con sus valores, sus principios y sus pasiones. Esta última alternativa, curiosamente, es una de las más efectivas si quieres comenzar un negocio, pero la verdad es que muy pocos la consideran.
Una de las industrias de mayor desarrollo en la actualidad, entre otros motivos como respuesta la desaparición de las fronteras gracias a la revolución digital, es la del turismo. AirBnB, mochileros y ecoturismo son algunas de las nuevas modalidades, además de que generaciones como los mileniales quieren recorrer el mundo, conocer otras culturas, compartir experiencias.
Por eso, me llamó la atención algo que leí recientemente en internet, que me encontró por casualidad. Se trata de una tendencia que poco a poco alza vuelo: los hoteles en la selva. Lo primero que debo decir es que jamás estuve en alguno de ellos, pero no cabe duda de que se trata de propuestas distintas, con un componente de valor muy alto y una gran dosis de novedad.
Como supondrás, esta no es una alternativa para cualquier. Si eres de los que prefiere un descanso tranquilo, lejos de los insectos, en un ambiente sin mayores sobresaltos y no puedes distanciarte de algunas comodidades de la vida moderna, esto no es para ti. Es para quienes tienen corazón aventurero, para quienes la experiencia es lo más importante, y están dispuestos a sacrificarse.
Pero, te prevengo: estos hoteles en la selva están dotados con excelentes comodidades, no las de un hotel cinco estrellas en la ciudad o en la playa, pero sí las necesarias para gozar de un buen descanso. Haz de cuenta que vas de paseo con tus compañeros del colegio a la excursión de último año o que saliste de campin con tus amigos de la universidad, solo que a la selva, no a las montañas.
Uno de estos hoteles, el Como Shambhala Estate, está en Bali (Indonesia), un destino exótico. Está cerca de Ubud, uno de los sitios turísticos más visitados del país, y cuenta con 30 suites de lujo, además de 5 villas de retiro y 4 privadas. No lejos de allí están las laderas del desfiladero sagrado del río Ayung, que es famoso entre los aventureros que disfrutan la práctica del rafting.
El Daintree Eco Lodge & Spa Hotel, en Queensland (Australia), está diseñado para el descanso. Está ubicado en la selva tropical de Daintree, con más de 135 millones de años de antigüedad y declarada Patrimonio de la Humanidad. Posee la mayor variedad de flora y fauna del planeta. Son 15 villas completamente dotadas y destinadas a rutinas relacionadas con la espiritualidad.
Una tercera opción es el Amazon Towers Hotel Ariau, en Manaos (Brasil). Es el lugar perfecto para los amantes de la naturaleza, pues cuenta con una extensa red de puentes colgantes y pasarelas que interconectan la infraestructura. Los aventureros extremos pueden dormir en casas en los árboles, donde pueden convivir con monos ardilla. También es posible nadar con desfiles rosados.
Por lo que pude investigar, no es fácil conseguir una reservación en esos hoteles, que son muy apetecidos por los turistas. Son lugares en los que se pone a prueba la capacidad de adaptación de la persona, su sensibilidad para conectarse con el ambiente natural y su paciencia. También, para disfrutar de una gastronomía diferente y, sobre todo, para apreciar las maravillas de la naturaleza.
Hoy, más que el producto o el precio, lo que el cliente busca son experiencias satisfactorias que estén conectadas con sus valores y principios, con sus pasiones, y que sean distintas a lo común del mercado, que sean propuestas únicas. No son cadenas hoteleras de renombre, sino lugares pensados y diseñados para un nicho específico que cumple con la premisa de satisfacer una necesidad.
Estos son excelentes ejemplo de buen marketing, del marketing que debemos hacer quienes no poseemos los recursos y las herramientas de las grandes empresas. La clave del éxito en los negocios, dentro o fuera de internet, está en tu capacidad para brindar una propuesta única de valor (PUV), algo que responda a la necesidad específica del mercado. ¡Ese es un gran negocio!