¿Sabes cuál es una de las razones por las cuales cada día es más difícil hacer negocios por internet? Porque la gente está supersaturada de información a través de la red. Cada día, todos los días, a todas horas, somos sometidos a un intenso bombardeo de información de todos los calibres. Lo peor es que gran parte de ese caudal son mentiras, solo mentiras.

Hay empresas grandes y negocios pequeños que intentan venderles sus productos y servicios. Hay medios de comunicación interesados en llamar su atención. Hay gurús de lo uno y de lo otro que procuran ser elegidos. Hay políticos que buscan nuevos seguidores. Hay encantadores de serpientes que ofrecen el último objeto brillante de la red.

Hace unos años, cuando internet irrumpió en nuestras vidas, se instaló en nuestras casas y se convirtió en un compañero inseparable, nos dijeron que era lo mejor que nos había ocurrido. Y es cierto, solo que no como nos lo pintaban. ¿Por qué? Lo grande, el bulto, se deformó y a veces se antoja como un lastre: es una carga pesada, difícil de llevar.

Pero, en este punto debo hacer una aclaración más que pertinente: no es internet; es el mal uso que le damos a internet. No es la herramienta, es el mal uso que hacemos de la herramienta. Internet ha cumplido a cabalidad con el propósito de derribar barreras, de traspasar fronteras, de mantenernos conectados, de llevarnos a universos ilimitados.

Soy un convencido de que internet es lo más increíble que le ha sucedido al ser humano en el siglo XXI. Es inagotable fuente de aprendizaje, es el más poderoso vehículo de conocimiento, es una mina de oportunidades de oro para quienes quieren hacer negocios y, lo mejor, estamos lejos de aprovecharlo al máximo, de llegar a su techo.

Mercadeo Global - Álvaro Mendoza

Del otro lado de la pantalla del computador hay una persona de carne y hueso.

Sin embargo, también soy consciente de que necesitamos esforzarnos más para darle un uso adecuado a esta fantástica tecnología porque, de lo contrario, corremos el riesgo de que se convierta en un búmeran. Porque está claro que más allá de sus enormes ventajas y de sus pocas desventajas (proporción 10 a 1) internet también tiene un lado oscuro.

El problema es que, una vez más, distorsionamos la realidad, la manipulamos para sacar provecho propio y la transformamos en algo negativo. Hoy, las marcas y las personas están obsesionadas por obtener aprobación en las redes sociales, por ser celebridades virtuales, por acumular cuantos seguidores sea posible. Pero, equivocan el camino.

El éxito y la fama en internet son como la espuma de la cerveza de barril: es hermosa cuando sube, pero se extingue rápidamente. Es algo desilusionante si solo eres un usuario común, pero puede ser muy malo, y muy costoso, si haces negocios por internet. Están en riesgo tus recursos, tu tiempo, tu dinero y, sobre todo, tu credibilidad y tu reputación.


Impactar la vida de tus clientes y dejar huella en ella es la mayor recompensa
que puedes recibir. No es una transacción, sino el genuino intercambio de
valores y beneficios entre dos personas que desean ayudarse mutuamente.


Si eres un emprendedor, sácate de la cabeza aquella dañina obsesión de ser popular en la red. Mucho mejor ser impactante, es decir, ser agente transformador de vidas, fuente de conocimiento, emisor de contenido de calidad, un guía en el camino de quienes desean cumplir sus sueños y llegar al lugar donde tú ya estás. Eso, sin duda, es mucho mejor.

¿Cómo hacerlo? Debes llenar dos requisitos, ambos indispensables: construir relaciones duraderas y vender experiencias satisfactorias y enriquecedoras. En eso se resume, mi querido amigo, el marketing hoy en día. ¿Cómo hacerlo bien? Necesitas establecer una sólida conexión emocional con cada uno de tus clientes de manera personalizada.

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Brindar experiencias enriquecedoras y satisfactorias es una premisa en los negocios.

Y en esto último radica buena parte del éxito (o del fracaso) de tus acciones, de tu negocio. Puedo decir que no pasa un día sin que compruebe que son muchos los emprendedores que cometen el error de apuntarle al bulto, a la masa, no a lo particular, al individuo. Por eso, sus estrategias se diluyen, se pierden en la inmensidad del mercado.

Se pierden, entre otras razones, porque sus acciones están destinadas, exclusivamente, a vender. Consumada la venta, se olvidan del cliente. Consumada la venta, se dedican a hallar nuevos clientes. Tiempo, dinero y recursos tirados a la basura, porque olvidan que la mejor estrategia es fidelizar a los clientes para que te compren una y otra vez, y otra.

¿Cómo hacerlo? Construyendo relaciones sólidas y duraderas y brindando experiencias enriquecedoras y satisfactorias. Hay muchos otros caminos, es cierto, pero ninguno tan efectivo, tan corto y tan impactante como este. ¿Por qué? Porque no podemos olvidar que del otro lado de la pantalla de tu computador o dispositivo está un ser humano.


El producto ya no es la estrella de las campañas de marketing, tampoco lo
que buscan tus clientes: hoy, lo más importante, aquello por lo que una
personas te elige a ti, es por la calidad de la experiencia que le brindas.


No es un robot, no es un organismo sin sentimientos, no es un ente pasivo como en el pasado, no es alguien sin conocimiento. Es una persona de carne y hueso que siente miedo, se alegra, ríe, llora, se entristece, sufre, tiene problemas, acuña sueños, vive ilusiones. Es alguien que, definitiva y urgentemente, necesita nuestra ayuda.

No solo estás obligado a conocer muy bien a tu cliente, sino que si aquello que te mueve es tu pasión y la vocación de servicio, estás obligado a poner a su disposición tu conocimiento y experiencia. Ese obligado, sin embargo, debes entenderlo en un sentido positivo: como la posibilidad de compartir la maravillosa tarea de transformar vidas.

Mercadeo Global - Álvaro Mendoza

Impactar las vidas de otras con nuestro trabajo es lo mejor que nos ofrece internet.

Desde que comencé a hacer negocios por internet hace veinte años, mi mayor y más efectivo aliado para conectar con mis clientes, contigo, y establecer una relación a largo plazo de beneficios mutuos es el contenido de calidad. Este blog (tu blog), MG La Revista, libros digitales, mi canal de Youtube, webinarios, eventos presenciales, en fin.

Cada día, junto con mi equipo de trabajo, me esfuerzo en fortalecer ese vínculo, en darte lo que necesitas, en alimentar la relación, en consolidar la conexión. Utilizo todas las herramientas que tengo a disposición, todos los canales que me brinda la tecnología. Si bien publico a diario, lo hago siempre bajo la premisa que sea contenido de calidad.

El resto es enfocar tus decisiones y tus acciones en satisfacer las necesidades de tus clientes. Identificar ese problema que le quita el sueño, que le roba la tranquilidad, que le impide ser feliz, y brindarle la solución adecuada. No es solo venderle un producto, es proporcionarle bienestar, es guiarlo en el proceso de transformación de su vida.

El producto estrella, el objeto brillante, es una estrategia caduca en el marketing digital de hoy. Más, en el marketing digital, en el que todo, absolutamente todo, está a un clic de distancia a través de cualquier dispositivo. Lo único realmente importante, lo que en verdad tus clientes buscan, son las experiencias enriquecedoras y satisfactorias.

Si crees que tu trabajo termina tan pronto cierras una venta, estás equivocado. El cliente puede comprarle a cualquiera, como te compra a ti. Pero, solo si te ganas su confianza y su credibilidad, si le das contenido de calidad, si lo guías en el camino de su realización, si lo acompañas en el fascinante proceso de cumplir sus sueños, habrás cumplido tu misión.