Sin una estrategia de marketing sustentada en una Propuesta Única de Ventas, lo que hagas y lo que digas caerá en el lugar común, allí donde reposan las opciones que el cliente desecha. ¡No te permitas ese lujo!

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Hace casi un mes, cuando asistí al Congreso Somos Emprendedores Digitales.com, uno de los asistentes se acercó a mí en uno de los recesos y me lanzó una de esas preguntas que te sacuden. “Álvaro –me dijo–, ¿cómo hago para posicionarme en el mercado, así como El Padrino?”. Recuerdo que mi respiración se detuvo unos segundos.

Es algo en lo que no pienso con frecuencia, ¿sabes? Agradezco infinitamente la bondad de quienes algún día me adjudicaron ese apodo que me honra, que me enorgullece y que me compromete a dar cada día lo mejor de mí. No vivo pendiente de eso, pero no olvido cuán difícil fue hacerme visible y convertirme en una referencia en el mercado.

Han pasado veinte años desde que tomé la decisión más difícil y más feliz de mi vida: la de convertirme en emprendedor. La más difícil, porque significó alejarme de mi familia, lo que más quiero en el mundo; la más feliz, porque me abrió las puertas de un universo de posibilidades. La tomé en aquel entonces y la volvería a tomar mil y una veces más.

Por supuesto, aquella pregunta en Vigo hizo que rebobinara el casete de la memoria y me diera un rápido viaje al pasado, para recordar esos buenos viejos tiempos. Digo buenos hoy, viéndolos en perspectiva, porque en ese momento fueron muy complicados, hasta dolorosos. Además, necesitaba hacerlo para poder darle una respuesta a esa persona.

Cuando hablamos de posicionamiento, los seres humanos solemos cometer un error. Uno surgido del modelo de educación en el que crecimos: que, para ser visibles, para hacernos notar, hay que hacer ruido. Entonces, nos acostumbramos a elevar el tono de la voz, hacemos lo que sea necesario para llamar la atención de los demás, incluso el ridículo.

Son estrategias que quizás al comienzo funcionen, pero que a la postre solo redundan en que incomodamos a las otras personas. Entonces, en vez de atraerlas, las alejamos. ¡Plop! Lo más increíble es son muchas las personas, los emprendedores, que no cambian la estrategia. Peor aún, la trasladan a sus negocios, creyendo que van a ser exitosos.

Para distinguirte en la multitud no tienes que ser un payaso, tampoco hay que gritar y de nada sirve autoproclamarse el mejor. El posicionamiento es el fruto de un trabajo que tú realizas, pero la decisión corre por cuenta del mercado. Es el mercado, el cliente, el que decide otorgarte ese rótulo, de acuerdo con las características que tú le ofreces.

Entonces, debes enfocarte en ellas, precisamente: en las características. Las que se exigen por defecto son honestidad, seriedad, compromiso, lealtad, vocación de servicio, entre otras. Si te falta alguna de ellas, estás perdido. Nadie hace negocios con una persona o una empresa que no le brinda confianza, que no le genera credibilidad.


Esa no solo es una ley del mercado: también es una ley de la vida. Además, hay una premisa sine qua non: la autenticidad. Para posicionarte no necesitas actuar, no requieres aprenderte un libreto. Basta con que te muestres tal y como eres, con tus defectos y virtudes, que el mercado se encargará de calificarte, de certificarte o de desecharte.

Por eso, la mejor estrategia de posicionamiento, la que a mí me permitió hacerme visible en el mercado y convertirme en una referencia, no es otra que servir a los demás. Es justo lo que hago desde hace dos décadas y no solo me sirve para mantenerme en la cima, sino que además es fuente de alegrías, satisfacciones y constante aprendizaje de calidad.

Mercadeo Global - Álvaro Mendoza

Posicionarte como una propuesta única de ventas te hará más visible.

Desde que tengo memoria, me gustaba estar al servicio de otros. Esa fue una de las razones por las cuales tomé la decisión de estudiar Psicología. De esa vocación surgió, tiempo después, el interés por transformarme en emprendedor. Y ese es el combustible que cada día me da fuerzas y entusiasmo para levantarme y seguir en esta lucha.

Disfruto ser reconocido, no tengo palabras para agradecer la generosidad de mis clientes, soy feliz de contar con colegas y compañeros de altísima calidad humana y profesional. Después de mi familia, que es lo primero (y siempre lo será), mi trabajo es la prioridad de mi vida. Y cuando digo mi trabajo me refiero a ayudarte a transformar tu vida.

Me hubiera encantado tener varias horas disponibles para seguir conversando con aquella persona que me abordó en Vigo, pero era solo un receso para tomar café y estirar las piernas. Después, el ritmo frenético de las charlas nos impidió retomar la charla. Sin embargo, le agradezco que me haya permitido recordar algo tan importante de mi pasado.

Y aprovecho para invitarte a ti, amigo emprendedor, a que evites desviarte del camino, a que no te dejes obnubilar por las promesas de riqueza exprés, a que no pongas el dinero como el objetivo de tu trabajo o como la misión de tu vida. Servir a otros y recibir su gratitud es la más maravillosa riqueza que puede atesorar el ser humano, créeme.

Por eso, con mi equipo de trabajo preparamos en esta edición un paquete de temas que anhelamos te ayuden a cumplir tus propósitos, a alcanzar tus sueños. Son las estrategias que te llevarán a convertirte en una Propuesta Única de Ventas irrechazable y que te posicionarán en la cima del mercado, como el número uno en el corazón de tus clientes.