La competencia: ese es el gran dolor de cabeza para quienes hacemos negocios. Porque es muy buena, porque es desleal, porque hay demasiada. Un obstáculo insalvable para la gran mayoría (de hecho, esa es la razón por la cual, antes de dos años, fracasan tantos negocios), pero una excelente oportunidad para aquellos destinados a dejar huella.
Ese es el caso de Telepizza, una cadena multinacional española que se creó en 1987, que al año siguiente abrió su primera tienda en Madrid y que hoy tiene más de 1.400 tiendas en 20 países de cuatro continentes. Cuenta con 26.000 empleados, vende 60 millones de pizzas al año y acredita más de un millón de fieles seguidores en distintas redes sociales.
Para el común de los consumidores de esta delicia originaria de Italia, Pizza Hut, Domino’s Pizza y Papa John’s Pizza son, entre otras, las marcas de referencia. Por historia, por tradición, por poder económico y por presencia en el mundo, este trío domina el mercado de una de las comidas más solicitadas a través del servicio a domicilio.
Una de las curiosidades del origen de Telepizza es que su fundador fue Leopoldo Fernández Pujals, un inmigrante cubano que se unió con un grupo de inversionistas de Madrid y de Vigo para crear la compañía. Una apuesta arriesgada que en esa primera etapa no les brindó dividendos a los propietarios, que se aferraron a su convicción.
Para hacer realidad su sueño, Fernández debió hipotecar su casa y solicitar unos préstamos bancarios. No era fácil consolidarse, en especial porque este de las pizzas es un mercado en el que el cliente es muy fiel y leal a su marca preferida. Entonces, es difícil que pruebe una nueva opción, algo que puede considerarse como una traición.
Telepizza le apuntó a una estrategia que, quizás, sus competidores habían pasado por alto. “Pizzas elaboradas con pasión y pensadas para crear momentos inolvidables. Desde las clásicas como la Barbacoa o la Carbonara, hasta las más innovadoras como la Natura o la Wok. Un sabor único e irresistible”, reza una de sus frases promocionales.
Pasión, momentos inolvidables, sabores clásicos, propuestas innovadoras, sabor irresistible. La fórmula del éxito, al menos para esa compañía. Una combinación ganadora, sin duda, que no solo deleita los paladares de millones de consumidores en todo el mundo, sino que atrae a inversionistas interesados en explotar la marca como franquicias.
Que esté presente en países tan diversos en cultura, costumbres y gustos como Angola, Arabia Saudí, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, Francia, Guatemala, Irán, Marruecos, Panamá, Paraguay, Perú, Polonia, Portugal, Reino Unido, República Checa y Rusia, además de España, significa que el producto, sin duda, es bueno, muy bueno.
En Telepizza, la innovación no es un departamento, sino una actitud. Es algo
que cada día quiere ofrecerle al cliente. Innovación en canales, en producto,
en empaque, en la forma de trabajar y de comunicarse con el consumidores.
“Telepizza ofrece la posibilidad de disfrutar de un sabor único e inolvidable en cualquier momento, en cualquier lugar. Con un requisito: un estándar de calidad máximo. Masa fresca. Ingredientes naturales rigurosamente seleccionados. Queso fundido”. Esa es la premisa, que también es una promesa que se cumple a cabalidad en cada pedido.
Es tal el éxito, que Telepizza es la primera compañía no norteamericana en venta de pizza a domicilio. ¿A qué se debe esto? A la increíble capacidad de adaptación de la empresa a los diferentes entornos, a los distintos escenarios. También, y de manera muy especial, a la firme decisión de invertir en tecnología e innovación, un sello de la marca.
No en vano, en 2016 el 36 por ciento de las ventas de Telepizza en España se realizó a través de canales digitales. Una de las estrategias que mejor resultado le ha brindado a la compañía es que creó una comunidad de clientes: los fideliza, los consiente, los cultiva. Sus miembros gozan de promociones especiales y de variadas ofertas exclusivas.
En 2010, Telepizza dio dos pasos vitales en su proceso de consolidación y de expansión. Adquirió la mayor parte de locales de la cadena nacional Jeno’s Pizza, una jugada que le permitió adueñarse de una buena tajada del mercado colombiano. Además, lanzó su aplicación para Smartphone, con lo que logró fortalecer el vínculo virtual con sus clientes.
A mediados del año pasado, la app fue perfeccionada, para ofrecer mejores y más eficaces servicios. Una interfaz más atractiva y una experiencia de compra más satisfactoria fueron las premisas. Lo mejor es que ahora se puede solicitar un pedido aún sin tener conexión o desde un lugar donde el dispositivo no tenga cobertura.
Una de las iniciativas más llamativas de Telepizza es la creación de Telepizza Excellence Lab, un laboratorio de ideas dispuesto para aprovechar la creatividad de las nuevas generaciones, es decir, los clientes del futuro. El proyecto fue acogido con beneplácito por varias universidades española, que aceptaron participar para buscar talentos en sus aulas.
La idea es identificar y desarrollar jóvenes que a corto plazo puedan vincularse al mundo empresarial con una experiencia y un conocimiento que les permitan sobresalir. Los alumnos aprenden sobre marketing, publicidad y comunicación, tres vértices de la exitosa estrategia de Telepizza. Una novedosa alternativa para refrescar el ámbito laboral.
Una apuesta al futuro
Telepizza Excellence Lab es, en pocas palabras, un concurso destinado a promover la creatividad, la innovación y la calidad. Consta de cuatro módulos: presentación de un brief, sesión de trabajo con alumnos y agencias; semifinales en cada universidad y, por último, una gran final de la cual salen los ganadores. Ya se completó la primera edición.
“Ellos tienen una visión muy importante para nosotros, un enfoque fresco que respira la esencia y la cultura de nuestra marca y que nos reta a superarnos. En Telepizza creemos que todos deberíamos pasar más tiempo juntos, porque cuando lo hacemos ocurren cosas extraordinarias y este proyecto es la demostración de este propósito de marca”.
Esa es la explicación de Miguel Justribó, director de Comunicación Corporativa del Proyecto. En España, participan la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad San Pablo CEU, el Centro Universitario Villanueva, la Universidad Antonio de Nebrija, el Centro Universitario Cesine, la Universidad San Jorge y el Instituto de Empresa.
Es tal el éxito de la propuesta, que ya fue acogida también en Ecuador y Chile. Ecotec y el Instituto de Artes Visuales IAVQ, así como la reconocida Universidad de Chile, hacen parte del proyecto. Está previsto que, en mayo o junio, se cumplan una gala en la que estén presentes los ganadores de cada una de las universidades.
Lo mejor, según Justribó, “es que parten de cero. Eso es algo que a veces los de siempre necesitamos, alguien con pensamiento en blanco, sin prejuicios, una idea que logre abrirnos los ojos. Muchos de los chicos hacen alarde de los valores de la compañía, son soñadores, asumen riesgos. Es una experiencia enriquecedora para todos”.
No es solo un producto de calidad, una pizza con buen sabor y preparaciones atractivas. Creatividad, ideas frescas, esfuerzo colectivo, pasión por lo que se hace, cultura de servicio y sólida conexión con el cliente son las razones por las cuales Telepizza pudo hacerle frente a una feroz competencia y no morir en el intento. Una receta exitosa.
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