En la última semana de 2020 acudí al cardiólogo para una cita de control de rutina. Es algo que hago regularmente porque, quizás no lo sabes, hace unos años sufrí un infarto y desde entonces llevo cuatro stents en mi cuerpo. Son esos pequeños tubos de malla de metal que se insertan en las arterias para que no se bloqueen y la sangre fluya desde y hacia el corazón sin novedad.
A esa situación llegué por descuido. Malos hábitos de vida, como sedentarismo, mala alimentación y tabaquismo provocaron que mi corazón colapsara. Por fortuna, aquella vez solo fue un susto, un primer aviso. Desde entonces, dejé de fumar, cambié drásticamente mi dieta (salvo cuando voy a Vigo, allá es imposible hacer dieta) y todavía tengo pendiente adoptar una rutina de ejercicio.
Sin embargo, los resultados han sido positivos. No solo rebajé una buena cantidad de libras (no esterlinas, claro), sino que me siento con más vida. Aprendí a cuidarme porque soy consciente de que hay personas que dependen de mí: mis dos hijas. Están en una edad (preadolescencia) en la que mi presencia es fundamental para apoyarlas en esa siempre difícil etapa de cambios diversos.
Como parte del examen rutinario, el médico me practicó un electrocardiograma y detectó que el corazón no late rítmicamente. Este trastorno consiste en que el corazón puede latir demasiado rápido (taquicardia), demasiado lento (bradicardia) o de manera irregular. Una arritmia puede no causar daño, ser una señal de otros problemas cardíacos o un peligro inmediato para la salud.
Por supuesto, dados mis antecedentes, determinó que eran necesarios otros estudios que nos permitieran establecer con exactitud, en profundidad, el origen y el alcance de esta anomalía. Y me envió a casa con un monitor Holter, que es un electrocardiograma portátil que realiza mediciones continuas durante 24-48 horas y envía los datos a un pequeño dispositivo digital.
Un electrocardiograma tradicional a veces no detecta estos síntomas porque la conexión es muy breve. Entonces, el monitor Holter entra en acción, porque en un período de 24-48 horas sí o sí va a establecer si la arritmia existe y le brinda al cardiólogo la información necesaria para establecer cuál es el plan de acción que se debe seguir con ese paciente. En ese punto estamos hoy.
Entenderás que estoy un poco inquieto por el tema, aunque desde aquel percance los médicos me advirtieron que esto podía suceder de cuando en cuando. De ahí, precisamente, la necesidad de realizar controles periódicos con el fin de ir un paso por delante de cualquier anomalía. Tal y como me lo expresó el médico, los números que arroje el monitor Holter pueden salvar mi vida.
La verdad, y aunque suene un poco raro, agradezco que esto haya sucedido, es decir, haber llegado a este punto de realizar controles y exámenes que nos permitan implementar un plan de acción para evitar posteriores dolores de cabeza. Al fin de cuentas, es exactamente lo mismo que hago cada día en mi negocio para garantizar que goce de buena salud y tenga larga vida.
Un control de rutina donde el cardiólogo me llevó a someterme a unos exámenes para, según los número que arroje un seguimiento de 24 horas, determinar el alcance de una arritmia y el plan de acción. Una premisa que se aplica perfectamente a tu negocio. ¿Sabes cuáles son tus números?
Cuando comencé mi formación como emprendedor, hace más de veinte años, por supuesto no existían las poderosas herramientas que tenemos hoy. Sin embargo, desde entonces mis mentores me recalcaron la importancia de “conocer los números de mi negocio: si no los dominas, tarde o temprano lo pagarás caro”, me decían. Por fortuna, aprendí a medir mis acciones y estrategias.
Lo que me resulta insólito, especialmente en estos tiempos modernos, es que todavía son muchas las personas que manejan su negocio como si estuvieran en el casino, es decir, como apostadores, o como si fuera un juego de tiro al blanco (puedes leer esta nota relacionada: ¡te la recomiendo!). O, si lo prefieres, como si caminaran por el borde de la cornisa en medio de la oscuridad.
¿Sabes cuál es el riesgo? En cualquier momento, casi con seguridad, van a caer al vacío. Y quizás no haya una nueva oportunidad. La clave del éxito en el marketing, y también en la vida, está en la información que poseas, en la calidad de la información. Por eso, a veces, un electrocardiograma no es suficiente: necesitas información más detallada, más profunda, para evitar los problemas.
Es lo mismo que sucede en tu negocio. El número de seguidores que tiene (te recomiendo esta otra nota), la cantidad de likes que acumulan tus publicaciones o las visitas que registra tu página web son un simple electrocardiograma. La realidad, sin embargo, no la conoces: necesitas de un monitor Holter para realizar una medición que te permita identificar potenciales anomalías.
El origen del fracaso de una empresa o de un negocio muchas veces está en la falta de medición. El propietario cree que todo funciona, pero no es así: desconoce la realidad. Se deja llevar por esas cifras engañosas de seguidores, likes o visitas y no están en capacidad de determinar si más en el fondo hay una enfermedad grave. Cuando lo descubre, tristemente, no siempre hay opción de corregir.
La principal tarea del dueño de un negocio, grande, mediano o pequeño, y de un emprendedor es saber cuáles son los números de su negocio. Pero, no los superficiales, no los que arroja el electrocardiograma, sino los profundos, los que contienen la información valiosa, los que nos brinda el monitor Holter. Solo así podrá establecer si su sistema funciona bien, o no lo hace.
Este es un consejo que les doy a mis clientes y discípulos con frecuencia, pero tengo que decir que muy pocos le prestan atención: no te preocupes por los resultados de tu negocio. Enfócate en qué haces, en cómo lo haces, y mide cada paso en profundidad. Establece si tus acciones arrojan los resultados que esperas y, si no, descubre cuál es el problema y corrígelo tan pronto como puedas.
Los resultados de un negocio son estricta consecuencia de tus acciones y decisiones, pero de manera muy especial de tus mediciones. La tecnología, como mencioné, nos brinda poderosas herramientas (que no son costosas o que inclusive son gratuitas) para realizar esta tarea de modo confiable. Y también hay muchos especialistas idóneos que, sin duda, podrán darte una mano.
Esta semana tendré que regresar adonde el cardiólogo para devolverle su dispositivo y esperar que analice los resultados. Por supuesto, ansío con todo mi corazón (el mismo que late con algo de descoordinación) que sean positivos y que esta sea, nada más, otra alerta temprana y que estemos en capacidad de corregir a tiempo. Recuerda: Las métricas pueden salvar tu negocio ¡y tu vida!
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Excelente,comulgo con esas palabras,que siempre se las recuerdo a mis clientes ,»como lo estás haciendo,bien correcto,»mal corrígelo,ya,no esperes»
Muchas gracias por compartir Alvaro, espero, que como dices, solo sea una falsa alarma y te puedas restablecer pronto, gracias por compartir tu experiencia y extrapolarla al seguimiento de salud de un negocio.