La imposibilidad de llevar a cabo nuestros proyectos y sueños o resultados adversos que a veces no podemos explicar, por lo general tienen un origen común: las telarañas mentales que creamos. No son más que manifestaciones de nuestros miedos, de las creencias limitantes con que programaron nuestro cerebro. Te refiero las 10 más comunes y cómo puedes derribarlas.

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Pasan y pasan los días y tu vida no cambia. El único índice que muestra alguna modificación es el que mide la angustia, que aumenta constantemente. A pesar de tus esfuerzos, a pesar de tus intentos, cada día es una rutina, la repetición de la repetidera de aquello que te mantiene anclado. Es una situación insoportable por la que te invaden las sensaciones de insatisfacción e infelicidad.

Y esa, amigo mío, no es vida. Es, más bien, una tortura autoinfligida. Tienes un trabajo que no te satisface, en el que no creces personal y profesionalmente y que, para colmo, tampoco te brinda la tranquilidad económica que deseas. Tus relaciones distan de ser armónicas y, más bien, son fuente de discusiones y, por eso, cada noche cuando reposas la cabeza en la almohada no puedes descansar.

En contraste, vives pensando en cambiar tu vida, en cambiar el mundo, en brindarles a otros tu conocimiento y experiencia, en compartir con ellos tus dones y tus talentos. Sueñas con una vida de abundancia, de tranquilidad, de prosperidad, pero cuando abres los ojos te das cuenta de que son solo eso, sueños. Son esos momentos en que te gustaría tirar a toalla y comenzar de nuevo.

En otro ámbito, conozco a muchos emprendedores que se hartaron de la vida que llevaban y con valentía dieron el paso para transformarla. Contra todo y contra todos, inclusive con la resistencia de su entorno más cercano, hicieron un borrón y cuenta nueva y se dieron a la tarea de empezar el negocio que hace tanto tiempo les daba vueltas en la cabeza. “Quiero ser mi propio jefe”, decían.

Sin embargo, luego de recorrer un trecho se dieron cuenta de que era poco o nada lo que habían avanzado. Peor aún, descubrieron que se encontraban en la misma situación tóxica de la que creían haber huido, es decir, atrapados en una rutina agobiante. Y, claro, ya no pueden culpar al jefe, porque ellas mismas son el jefe, ni a los compañeros, porque ya no tienen compañeros.

Cuando algún emprendedor toca mi puerta y me pide ayuda, lo primero que hago es averiguar qué hacen, cómo lo hacen, por qué lo hacen, para quién lo hacen. De lo que se trata es de identificar el problema (o los problemas) y su origen, con el fin de definir las estrategias con las que vamos a buscar revertir ese realidad, trazar un plan de acción y establecer unos objetivos.

Puedo decirte que ciertamente hay errores de marketing, a veces por falta de conocimiento y a veces por una ejecución equivocada. Sin embargo, ese no es el problema, allí no está el origen del problema que los agobia y que las mantiene ancladas: estas personas, en realidad, están frenadas por sus propias creencias, por las barreras mentales, que yo llamo telarañas, que ellas mismas crearon.

Como seguramente sabes, antes de ser emprendedor estudié sicología en una de las universidades más prestigiosas de Colombia y me especialicé en el área clínica. Ejercí durante algunos años, hasta que el bichito del emprendimiento cambió mi vida. Hoy, en todo caso, aquel conocimiento me sirve no solo para mi negocio, sino también para aplicarlo en la asesoría a mis clientes.

Las telarañas mentales son pensamientos negativos, destructivos y/o tóxicos que todos los seres humanos tenemos. Están relacionados, principalmente, con nosotros mismos, nuestro entorno cercano y nuestra vida. Son una especie de marco teórico que condiciona lo que hacemos y cómo lo hacemos y que, en la práctica, se convierte en una serie de obstáculos que nos complica.

El problema, porque siempre hay un problema, es que la mayoría de las ocasiones estas creencias no son reales, sino invenciones. Es decir, son fantasmas que nosotros mismos creamos para excusar la falta de acción, para justificar los miedos, para esconder las equivocaciones. Realidad o ficción, la verdad es que esas telarañas mentales nos paralizan, frustran nuestros sueños.


Mercadeo Global - Álvaro Mendozza

Los miedos y las telarañas mentales que nos impiden avanzar son una creación de nuestra mente.


Estas son 10 de las telarañas mentales más comunes y tóxicas que existen:

1.- No sé qué quiero. Muchas personas quieren cambiar su vida, pero no saben qué quieren a cambio. Es, simplemente, porque les aterra dejar lo que tienen, porque tienen miedo de fracasar

2.- No sé por dónde empezar. La excusa perfecta para procrastinar. Mientras lo piensan, mientras se deciden, siguen inmersos en las profundidades de una vida que se extingue a fuego lento

3.- No tengo tiempo. La verdad detrás de esta popular excusa es que esas personas no saben cuáles son sus prioridades, ni su propósito de vida. Lo que les falta es organización y ejecución

4.- No tengo dinero. Quizás sea cierto, pero no es razón para no comenzar. O quizás ocurre que gastan su dinero en algo que no necesitan, de lo que pueden prescindir. El dinero no es excusa

5.- No es el momento ideal. ¿Y cómo sabrás cuándo es el momento? El mejor momento, el único momento válido, es hoy, es ya. Si no comienzas, tarde o temprano lo lamentarás

6.- No sé si sea capaz. La falta de confianza es otra creencia limitante surgida de los mensajes que emite tu entorno. Si no lo intentas, ¿cómo sabes que no serás capaz? Inténtalo hasta lograrlo

7.- Me da mucho miedo. Esto ocurre, principalmente, cuando le damos importancia a lo que otros dicen de nosotros, cuando requerimos su aprobación para actuar. Hazlo, que igual te criticarán

8.- No quiero fracasar. Vas a fracasar y no una, sino varias veces. Es parte de proceso. Lo que debes hacer es extractar el aprendizaje que te deja esa experiencia y no repetir el error

9.- No sé cómo hacerlo (1). Si este es el problema, ¡ya no hay problema! Porque en el mercado hay muchas personas idóneas capacitadas para guiarte y llevarte a conseguir los resultados que deseas

10.- No sé cómo hacerlo (2). Hoy, la educación de calidad está a un clic de distancia. Solo tienes que saber elegir de quién aprender. Lo importante es que te capacites, que te actualices

Las telarañas mentales son fruto de la educación que nos brindaron cuando éramos niños, de los mensajes con que programaron nuestra mente. Sí, mensajes que nos limitan, nos llenan de miedo, nos hacen dependientes de otros, nos cortan las alas. Construir la vida que deseas es posible, lo mismo que tener un negocio productivo: borrar de tu mente esas creencias limitantes es el primer paso.

Una aclaración final pertinente: todos, absolutamente todos los seres humanos, creamos telarañas mentales. De hecho, hay algunas que todavía no pude quitarme y que me impiden avanzar en algunos ámbitos de mi vida. Por eso, no te preocupes. Comienza por alguna, por la más agobiante, y avanza lentamente. Pronto te darás cuenta de que ves el mundo de un modo distinto.