“Compra primero a tu mentor antes de comprar sus productos”. Esta, sin duda, es una de las frases más geniales que he escuchado en mi vida. Y, también, una de las más ciertas. Y puedo agregarle otra que pronuncio con frecuencia: “Nadie, absolutamente nadie, se hizo solo o alcanzó el éxito en los negocios; todos, absolutamente todos, requerimos ayuda para conseguir lo que queremos”.

Son muchas y muy variadas las razones por las cuales un emprendedor fracasa en su intento por consolidar su negocio en los dos primeros años. Una de ellas, para mí una de las más significativas, es porque creyeron que podían hacerlo solos y se negaron a aceptar ayuda y, una vertiente de la anterior, porque se deslumbraron por un payaso digital al que solo le interesaba su dinero.

Hace veinte años, cuando comencé en el mundo de los negocios digitales, hubo algo que me permitió salir del atolladero en el que me encontraba: mis mentores. Sin ellos, quizás seguiría allí dando vueltas en un espiral sin fin. Gracias a Dan Kennedy y Phil Alfaro, entre otros, vi la luz al final del túnel y logré cristalizar mis sueños. Sin ellos y sin mis padres, sin duda, no sería quien soy hoy.

Y aunque lo pregono a los cuatro vientos, a riesgo de volverme cansón con el tema, me llama la atención que pocos nuevos emprendedores entienden los beneficios de que contar con un mentor. Que son muchos, ciertamente. De hecho, lo único malo es que te equivoques y elijas a uno de los encantadores de serpientes que pululan en internet y te lleve al fracaso.

Si ya comenzaste el proceso para implementar tu negocio, pero no avanzas, quizás la razón no sean tus miedos, la falta de recursos, el desconocimiento de las herramientas tecnológicas o la competencia. Estas son las excusas más frecuentes, pero es probable que la verdadera razón, la única razón, es que te falta ese plus que significa un mentor para dar el salto de calidad.

Mercadeo Global - Álvaro MendozaAquí te ofrezco diez poderosas razones por las cuales, sí o sí, y pronto, deberías buscar un mentor:

1) El conocimiento: el mentor no está uno, sino varios pasos por delante de ti. Acredita años de aprendizaje, el general y el especializado. Lo que él puede enseñarte no se encuentra en ningún libro, tampoco en los artículos que consultas en internet. Además, es un conocimiento con un valor inconmensurable: surge de los errores cometidos, de haberse levantado una y otra vez.2) La experiencia: el mentor ya recorrió el camino que tú apenas comienzas a transitar. Ya conoce cuáles son los obstáculos y los peligros que vas a encontrar, pero ya conoce también cuál es la solución. No significa que se las sepa todas, sino que posee mejores recursos y herramientas que tú y puede ayudarte a transitar en menor tiempo, con menos traumas y menores riesgos.

3) El éxito: el mentor ya está donde tú quieres llegar, ya cumplió sus sueños y alcanzó sus metas. Está en capacidad de enseñarte, paso a paso, lo que necesitas para llegar a la meta prevista. ¿Cómo pretendes que alguien que no es exitoso te enseñe a conseguirlo? Si quieres aprender a jugar tenis, vas a una academia y tomas clases con un profesor reconocido y acreditado.

4) La vocación: no cualquiera puede ser un mentor, no cualquiera debe ser un mentor. Para esta labor también se requieren unas cualidades, un conocimiento y unas habilidades específicas, en especial la vocación de servicio. El mejor profesor no es el que más conocimiento acumula, sino el que está en capacidad de transmitirlo a otros y convertirlo en una fuente de transformación.

5) El compromiso: un buen mentor no es aquel que acepta atenderte durante unas horas a cambio de unos honorarios. El buen mentor se compromete de manera genuina a ayudarte, a compartir contigo su conocimiento y experiencias, a guiarte durante el proceso hasta el final. Es, además, alguien que hará su mejor esfuerzo para asegurarse de que tú alcances tus objetivos.

6) La pasión: para el buen mentor, el compromiso no basta, no es suficiente. Cuando se trata de ayudar a otras personas a alcanzar sus sueños, a transformar sus vidas, se requieren otros elementos como la pasión. Ese es el plus que, sumado a su conocimiento y experiencia, te sacará del atolladero y podrás avanzar. Su pasión te inspirará, de movilizará hacia tus sueños.

7) La confianza y la credibilidad: a lo largo de la vida, tenemos muchos mentores: nuestros padres y abuelos, los maestros del colegio y la universidad, compañeros del trabajo y amigos. Sin embargo, solo el que tenga el conocimiento y la experiencia en el campo en el que te quieres desempeñar, y que además sea confiable y creíble por sus resultados, puede ser un buen mentor.

8) Las relaciones: cuando tienes un mentor, no solo tienes acceso a su conocimiento, experiencia y recursos, sino también a sus redes. Sí, a sus socios, a sus colegas, a otras personas que también son sus discípulos. Se te abrirá un universo ilimitado de posibilidades y oportunidades y el apoyo que recibirás vendrá representado de muchas formas desde los más variados lugares.

9) Los resultados: un buen mentor no es el que habla más bonito, ni el más guapo, ni el que se presenta con un palmarés que provoca admiración. Debes saber que en internet esas son solo algunas de las máscaras que los payasos digitales usan para cautivar. Al buen mentor lo acreditan, además de su conocimiento y experiencia, sus resultados, casos de éxito reales y comprobables.

10) Sin atajos: un tema es que un buen mentor te ayuda a acortar la curva de aprendizaje, por lo expuesto en los nueve puntos anteriores, y otro bien distinto es que te lleve por atajos que solo te conducen al fracaso. La ventaja de contar con un buen mentor es que conoce las vías alternas, esas rutas que muchos desconocen, pero seguras y efectivas, que te llevarán directo al éxito.

“Compra primero a tu mentor antes de comprar sus productos”. Esta, sin duda, es una de las frases más geniales que he escuchado en mi vida. Y, también, una de las más ciertas. No existen fórmulas perfectas, ni pociones mágicas, ni libretos ideales. Se trata de una relación de beneficios mutuos, una apasionante aventura que dos personas emprenden en busca de objetivos comunes.

“El éxito en los negocios y en la vida depende exclusivamente de tus decisiones y de tus acciones”. Esa es otra frase genial que utilizo con frecuencia, porque sé que es cierta y que es la diferencia entre los exitosos y los que tiran la toalla a la mitad del camino. Si tomas la decisión de trabajar con un mentor y estás decidido a actuar para transformar tu vida, por favor, cuenta conmigo.