Las personas ricas y exitosas no son superdotadas: solo han construido hábitos distintos a los del resto de mortales y, por eso, sus resultados son diferentes. Ser exitoso y millonario es un privilegio que está al alcance de cualquiera, de quien salga de su zona de confort y cada día haga lo necesario para avanzar hacia su objetivo. Cambia tu vida y cambiarán tus resultados.

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Jeff Bezos firmó un acuerdo de divorcio con Mackenzie Tuttle por 38.000 millones de dólares, una ínfima parte de su inmensa riqueza. La considerada pareja ideal protagonizó la separación más cara de la historia. Mientras, Steve Jobs, el genio detrás del éxito de Apple, falleció en octubre de 2011 por un paro respiratorio provocado por la metástasis de un cáncer de páncreas.

¿Por qué te menciono esos dos episodios de la vida privada de estos dos personajes? Porque cuando hablamos de personas como Bezos y Jobs, multimillonarios y poderosos empresarios que hicieron realidad sus sueños, solemos perder la perspectiva. ¿En qué sentido? Creemos que son seres superdotados, únicos en la especie, a los que la vida les regaló dones exclusivos. Y no es así.

Bezos y a Jobs, más allá de su riqueza, su inteligencia y su éxito, son seres humanos comunes y corrientes. Bezos, como le sucede a muchas parejas, dio por terminada la relación porque se les acabó el amor. Hasta ahí, algo muy normal; lo anormal son las cifras del negocio, el tamaño de la torta que tenía que repartirse con su hoy exesposa Mackenzie, tras una relación de 25 años.

Jobs falleció víctima de una de las enfermedades más comunes del mundo moderno. De nada le sirvió su enorme fortuna, porque los esfuerzos de los médicos fueron infructuosos. Después de un trasplante de hígado, se pensó que se había erradicado la enfermedad, pero la verdad es que regresó años después con más fuerza. Y no hubo nada que hacer, lamentablemente.

Lo que quiero que entiendas es que el éxito de Steve Jobs y Jeff Bezos nada tiene ver con algún superpoder, o dones sobrenaturales, o talentos exclusivos o algo por el estilo. Se trata de dos seres humanos como tú y como yo, con la diferencia que ellos lograron resultados extraordinarios, porque crearon un sistema que les permitió crear un estándar muy superior al del promedio.

¿Cómo lo hicieron? Eso es lo que el resto de seres humanos debemos averiguar para tratar de modelar en nuestra vida y en nuestros negocios los factores que les permitieron sobresalir nítidamente del resto de la humanidad. Lo hicieron, fundamentalmente, porque adoptaron hábitos distintos, efectivos, y los repitieron disciplinadamente cada uno de sus días, una y otra vez.

Como en un negocio, en la vida la clave del éxito radica en establecer sistemas efectivos que puedan ser replicados, de modo que se conviertan en una máquina de producir dinero. Eso fue, en esencia, hicieron Bezos y Jobs. Pero, si escarbamos un poco en sus vidas, en sus negocios, nos damos cuenta de que hay hábitos comunes, estrategias similares que los hicieron únicos.

En este punto, sin embargo, creo que es menester aclarar algo: cuando digo que Bezos y Jobs son únicos me refiero a que están en la cima, en la parte más alta de la pirámide. La buena noticia es que cualquiera, tú o yo, podemos replicar ese éxito (aunque sea en una escala diferente) si adoptamos los hábitos que a ellos les permitieron diferenciarse. Estos son los más importantes:


Mercadeo Global - Álvaro Mendoza

El dinero es el resultado de tus acciones y de tus decisiones, de lo que haces cada día para ser tu mejor versión.


1.- Define un propósito. A diferencia de la mayoría de personas, los exitosos se guían por un faro que ilumina sus vidas. Ese es el propósito, un objetivo que persiguen más allá de las dificultades, de sus propias limitaciones. Es lo que los motiva a dar lo mejor de sí cada día, un ideal supremo al que no están dispuestos a renunciar y que, a la vez, les sirve como alimento para el alma.

2.- No te rindas. El camino al éxito se construye a partir de los fracasos que sufres en el trayecto. Cada error es un aprendizaje valioso y, también, una etapa que se superó, es decir, que nos acercó a nuestro objetivo, a nuestro propósito. Valora tus errores, porque encierran lecciones muy poderosas. Apréndelas y sigue tu camino, pase lo que pase. El único fracaso se da cuando te rindes.

3.- Asume riesgos. No se trata de adoptar actitudes de aventurero extremo, sino de analizar las situaciones y determinar si puedes ir un paso más allá o si, por el contrario, es mejor abstenerse. Debes conocer el alcance de las consecuencias, las positivas y las negativas, y saber si posees las habilidades necesarias para garantizar un buen resultado. Arriésgate a hacer algo distinto, sin hacer locuras.

4.- Invierte en ti. No esperes resultados extraordinarios si eres una persona ordinaria. Inclusive Richard Branson, que llegó a ser millonario sin pasar por las aulas universitarias, recomienda a los jóvenes graduarse como profesionales. No solo por el conocimiento, sino por las relaciones. Cada centavo que inviertas en ti es un paso en firme que te permite avanzar hacia eso que deseas.

5.- Trabaja con inteligencia. El éxito no consiste en trabajar más que otros, en cuestión de tiempos, sino de trabajar mejor, en cuestión de resultados. Eso implica aprender a delegar, a confiar en otros, a rodearte de profesionales idóneos que te hagan mejor y te inspiren. Eso significa, así mismo, salir de la zona de confort, estar dispuesto a dar un poco más, superar tus límites.

6.- Sé curioso. La capacidad para aprender algo nuevo de forma constante es una de las características que diferencias a los exitosos y millonarios del resto de mortales. No te conformes con lo que aprendiste: ve un paso más allá. Explora nuevos ámbitos, complementa estudios, desarrolla habilidades y, sobre todo, cultiva el hábito de la lectura: ¡abre tu mente!

7.- Teje tu red. Los contactos son imprescindibles para alcanzar el éxito. Recuerda: si vas solo, llegarás más rápido; si estás acompañado, irás más lejos. Trabajar en equipo, con personas que te agreguen valor, es una de las habilidades más importantes de los exitosos. Cultiva relaciones que te permitan avanzar de manera más segura, que te complemente, que minimicen tus debilidades.

8.- Trabaja tu mentalidad. El poder de la mente es ilimitado y es la clave del éxito de los líderes. Construye una mentalidad de empresario: piensa en grande, crea sistemas efectivos, traza objetivos ambiciosos, diseña un plan y pon en marcha diferentes estrategias. Mientras avanzas, no pierdas de vista sus objetivos, tu propósito, y preocúpate por tomar las decisiones adecuadas.

9.- Pasa a la acción. Por más inteligente que seas, por más habilidades que hayas desarrollado, por más conocimiento que hayas adquirido, por más dinero del que dispongas, nada te servirá si no pasas a la acción. La capacidad de ejecución, aun sin la certeza de que el resultado va a ser el esperado, es una característica de los exitosos. Tus ideas solo son buenas si logras implementarlas.

10.- Aprovecha el tiempo. Este es uno de los hábitos que más diferencia marca con el resto de la gente. Los exitosos son productivos aun en sus tiempos de descanso. Cuando no trabajan, están trabajando de otra forma: leen, se capacitan, inician o fortalecen relaciones, establecen alianzas, desarrollan ideas de negocio en otras áreas para generar ingresos adicionales recurrentes.

Ser exitoso y millonario es un privilegio, sí, pero uno que está al alcance de cualquiera, que está a tu alcance. Que puedas lograrlo o no depende de ti, de tus acciones y de tus decisiones. Y, de manera muy especial, de tus hábitos, de lo que hagas todos y cada uno de los días de tu vida por avanzar hacia ese propósito. No esperes más: cambia tu vida y verás cómo cambian los resultados.