El ser humano, cualquier ser humano, tú o yo, compra por necesidad. No una necesidad de las que nos habla Abraham Maslow en su famosa pirámide, sino algo compulsivo, irrefrenable. Siempre, cada día, estamos en modo comprador. Necesitamos comprar, así como necesitamos respirar para mantenernos vivos. Por eso, justamente por eso, es que todos odiamos que nos vendan.

Además, y esto no podemos pasarlo por alto, prendemos el celular o el computador y, como por arte de magia(negra, por supuesto) nos aparecen cientos de avisos publicitarios. En teoría, porque dizque así está programado el algoritmo, son publicaciones similares a alguna en la que mostramos interés: realizamos un comentario, hicimos un like o la calificamos a través de un emoji.

Sin embargo, seguramente coincidirás conmigo, es pura basura. Aleatoria, repetitiva, arbitraria. Mensajes intrusivos de esos que producen el efecto contrario al esperado: provocan que odies las marcas que están detrás, al personaje que se autoproclama gurú, experto o dueño de la fórmula perfecta para esto y lo otro, para todo y para nada. Al final, tan solo son vendehúmos.

El problema, porque siempre hay un problema, es que la mayoría de los emprendedores, dueños de negocios y profesionales independientes que intentan vender en canales digitales caen en la trampa. ¿Cuál? Crear avisos que son publicidad intrusiva, basados en supuestas fórmulas de copywriting que no funcionan y que molestan a quien los ve sin haberlos solicitado.

Lo que hay detrás de esta fallida estrategia es la creencia, vieja y caduca, de que a los clientes potenciales hay que perseguirlos. Como el vendedor de autos usados, como los seguidores del movimiento religioso Hare Krishna: persistentes, insistentes, obsesivos, de los que no claudican sin haber logrado su objetivo. De esos que no quieres cruzarte en tu camino, ¡son una pesadilla!

Y quizás tú, sin querer queriendo, actúas como ellos. Seamos honestos: has pasado horas afinando tu discurso, ajustando tus ofertas y tirando dinero en campañas publicitarias cuyo resultado es cero o un número muy cercano. Tan solo ventas a cuentas gotas. En cambio, debes lidiar con una montaña de frustración porque, a pesar de que aplicaste el libreto perfecto, este ¡no funcionó!

¿Te suena familiar? No necesito que me respondas: por experiencia propia (porque yo también caí en esta trampa algunas veces), sé que sí. Ahora, si te sirve de consuelo, ¡no estás solo! En el mercado abarrotado de hoy, las tácticas de marketing tradicionales ya no funcionan. Los anuncios llamativos, los discursos cargados de lógica, las ventas agresivas, se quedan cortos. ¡Caducaron!

Tengo que admitir, en honor a la verdad, que en algún momento fueron efectivos. Y que hubo quienes ganaron mucho dinero, ¡mucho!, con esos avisos, con esas estrategias. Sin embargo, es muy probable que sepas que una de las verdades irrefutables del marketing es el cambio constante. Lo que ayer fue exitoso, hoy no sirve; lo que hoy funciona, mañana será inútil.

Esa es la realidad, dolorosa y cruda. Cuanto más rápido lo entiendas y, sobre todo, lo aceptes, mejor para ti. Y, claro, para tu negocio, para los resultados de tu negocio. El mercado cambió, así como cambió la mentalidad de los consumidores y, por eso, es necesario cambiar las estrategias. Lo increíble es que la mayoría, la inmensa mayoría, insiste en lo mismo de siempre…

Pero aquí está el detalle. Hay un grupo de maestros del marketing que descubrieron una manera diferente. Un camino distinto y, lo mejor, efectivo. Podría decirse que disruptivo, lo que algunos llaman un parteaguas o un punto bisagra. Han cambiado completamente el juego. ¿Cómo? En lugar de perseguir a los clientes, descubrieron cómo hacer que los clientes los persigan a ellos…

Y no solo eso: que los persigan a ellos con las carteras abiertas, prácticamente rogando por comprar. No, no es ciencia ficción y tampoco es producto de mi imaginación. Tampoco es que ChatGPT, mi mano derecha virtual, haya alucinado. ¡Es real! Es la realidad del mercado, aunque haya tantos que se nieguen a verla, aunque muchos continúen con las estrategias caducas.

Y lo mejor de todo, ¿sabes qué es lo mejor? ¡Tú puedes hacerlo también! Y cuanto digo ‘puedes’ me refiero a que no requieres estudiar una carrera universitaria o una maestría, que no debes pagar un mastermind de cinco cifras, que no tienes que conformar un equipo interdisciplinario o que no necesitas ser discípulo de Elon Musk o Tony Robbins para alcanzar el objetivo.

Tan solo necesitas cambiar tu mentalidad, cambiar tus métodos, cambiar tus estrategias. Dejar atrás las que fueron útiles en el modelo tradicional, en el marketing del siglo pasado, pero que hoy, lo repito, están caducas. Si lo has probado todo y nada te funciona, quizás es porque a la hora de la verdad implementas lo mismo de siempre, lo que no funciona, y ya no sabes qué más hacer.

Lo primero que puedo decirte, con la autoridad que me confieren más de 26 años de trayectoria y mis resultados, es que el problema no es tu producto. Quizás es bueno, muy bueno, mejor que el de tu competencia. Ni siquiera es tu esfuerzo, porque a lo mejor das el 1.000 % cada día en tu trabajo, te capacitas, te actualizas, pruebas esto y lo otro. El problema es el enfoque de la vieja escuela.

¿Sabes a qué me refiero? En el fondo, el problema es que la mayoría trata de ‘conquistar’ a su audiencia con características, hechos y lógica. Como se hacía en el pasado, en el siglo pasado. Piensan que si explican bien su oferta, los compradores vendrán corriendo, se rendirán a sus pies y, acto seguido, abrirán sus carteras y le entregarán todo su dinero. Si eres uno de ellos, lo siento por ti.

La verdad es que la gente no compra por lógica. ¡Nadie compra por lógica! Todos, absolutamente todos, compramos por deseo. Por esa necesidad irreprimible de sentirnos bien, de darnos gusto, de mostrarle al mundo lo exitosos que somos. Lo hacemos por el deseo de vernos mejor que los demás, de sentirnos más que los demás, de provocar la reacción (léase envidia) de los demás…


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Para producir un impacto en la vida de otros, para vender más, aprende a seducir a tus clientes potenciales.


Y ese deseo, esa necesidad, no se despierta con una lista de características en viñetas. Ni con palabras clave y menos con frases manidas que perdieron su poder de tantas veces que las oímos. Ese deseo se enciende por algo más profundo, y más sencillo, por algo que los maestros del marketing han dominado a su antojo durante años. Y repito: ¡tú también puedes hacerlo!

Antes, déjame preguntarte esto: ¿alguna vez viste a una marca de lujo rogar por atención? Apple, por ejemplo, no les ruega a sus fieles clientes que compren el nuevo modelo de iPhone, pero cada vez que se pone en venta, hay gente que acampa a la entrada de las tiendas durante una o más noches con tal de ser ‘el primero’ en comprar.  Hacen vigilia y se someten a largas, largas filas.

No, por supuesto que no: ninguna marca de lujo ruega por la atención de sus clientes. Entre otras razones, porque no necesitan hacerlo: saben cómo conseguir que sus clientes las persiguen. Pero, por favor, no caigas en el error de que el motivo es que “Claro, pero son marcas de lujo, gozan de prestigio” o algo por el estilo. Es cierto, e influye, pero esa no es la verdadera razón.

¿Entonces? Aquí está la sorpresa: ese prestigio no se lo regalaron. Fue ingeniosamente diseñado. Es el resultado de sus acciones, de sus acertadas estrategias. ¿Cómo así? Utilizan avanzados principios psicológicos que la mayoría de los emprendedores y dueños de negocio pasan por alto. Principios psicológicos básicos, no manipulación, no engaños, no artimañas, no clickbait

Se trata de crear un atractivo irresistible. Y eso solo es posible cuando se hace éticamente, a través de la persuasión, no de la manipulación. Lo mejor, ¿sabes qué es lo mejor? Que estos principios no solo venden productos o servicios, sino que, sobre todo, transforman negocios. Es decir, cambian vidas, dejan huella indeleble y, en consecuencia, nos permiten construir un mundo mejor.

¿Esto qué significa para ti? Hablemos claro: no se trata solo de aumentar las ventas. Es decir, no es solo dinero (que se necesita, que sirve). Se trata de construir conexiones emocionales con tu audiencia. Que perduren, que dejen huella, que generen transformaciones, que rompan con la tendencia de ‘más de lo mismo’. Se trata de destacar en un mercado lleno de competidores atrapados en el pasado.

Y aquí está lo mejor: puedes hacer esto incluso si eres nuevo en el marketing o trabajas con recursos limitados. Repito: no hay magia. Esto no es un juego de adivinanzas. Es un sistema, uno basado en técnicas probadas que funcionan porque están alineadas con la naturaleza humana. Sistemas que funcionaron antes, funcionan hoy y, seguro, van a funcionar en el futuro.

Un sistema que te enseñará cómo aplicar tácticas de persuasión poco convencionales a tu marketing sin sentirte agresivo. También, las estrategias probadas para hacer que tu marca sea irresistible para los clientes. Y te brindará una guía paso a paso para transformar prospectos en compradores ansiosos. Recuerda: para el ser humano, cualquiera, comprar es una necesidad

Y eso es solo el comienzo. También tendrás acceso a un informe exclusivo adicional: Más Allá del Storytelling. Un documento que vale ORO PURO. Te permite comprender el arte de la persuasión en profundidad y, lo mejor, entenderás que tú estás en capacidad de aprovechar este poderoso recurso para impactar positivamente la vida de otros. Ah, y por supuesto, para vender más.

Esta inmersión profunda revela técnicas avanzadas que van mucho más allá del consejo de marketing tradicional. ¿Por qué esto funciona?

Se basa en principios utilizados por los influenciadores maestros que entienden el comportamiento humano en profundidad
Es accionable de inmediato, sin banalidades, sin teorías, solo estrategias que ofrecen resultados
Es ético. Se enfoca en la influencia, no en la manipulación

No solo aumentarás tus ventas, sino que también construirás confianza y lealtad a largo plazo con tu audiencia. Esto, por si no lo sabías, es la clave del éxito de los líderes de todas las industrias en el mercado. También, el secretode quienes, están en capacidad de influir sobre otros. Reitero: es tan sencillo, tan efectivo, que puedes comenzar ya, HOY, y comenzar a obtener los resultados que esperas.

Ahora mismo, tienes dos opciones. Una, puedes seguir luchando con tácticas anticuadas, esperando un gran avance. Que no se dará, por supuesto, porque te apalancas en modelos que expiraron, estrategias caducas. Dos, puedes entrar en un nuevo mundo de maestría en marketing, un universo ilimitado de posibilidades que llevará tu vida y tu negocio al siguiente nivel.

La elección es tuya.

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