Una de las características de los webinarios que más trabajo les cuesta entender a los emprendedores, especialmente a aquellos que usan la herramienta por primera vez, es aquella de que se trata de un producto en permanente evolución. ¿Eso qué quiere decir? Que por más satisfecho que estés con el resultado obtenido, tu presentación siempre es susceptible de ser mejorada, de ser afinada.
Cuando tú diseñas tu webinario, lo haces pensando en un público determinado, en alcanzar un objetivo específico. Sin embargo, gracias a la magia que hay detrás de esta poderosa herramienta, puedes descubrir que, con algunos retoques, te puede servir para otros públicos, para conquistar otras metas. ¿Cuál es la ventaja? Que no necesitas construir otro webinario completo, desde cero, sino que con el mismo insumo elaboras más de un producto.
Te voy a dar un ejemplo ilustrativo: haces un webinario y tienes una conversión del 8 por ciento, que es una muy buena cifra. Al día siguiente, lo repites y compruebas que ese número creció hasta el 12 por ciento. ¿Dónde estuvo la diferencia, si el contenido era exactamente el mismo? En la audiencia, por supuesto. La clave es que puedas detectar el factor que facilitó el aumento de la conversión.
Cuando tienes un libreto de tu webinario y de una a otra presentación le hiciste alguna modificación, es posible que esa pequeña modificación sea la razón del éxito. O quizás el motivo es que la audiencia de esa segunda actividad sea la que en realidad esté más interesada en el producto o servicio que ofreces. ¿Cómo saberlo? A través de las diferentes métricas que los propios webinarios te ofrecen y que debes usar.
Contar con un libreto, como lo dije en anteriores entregas, te da la posibilidad de ser consistente, es decir, de hacerlo de la misma manera cada vez que lo presentes con el fin de obtener resultados mejores o, cuando menos, idénticos. Además, te da la posibilidad de probar alternativas y determinar si son convenientes o no, si aumentan la conversión o no, si el mensaje llega con idéntica efectividad a nichos distintos de tu mercado.
Probar, testear, es una de las estrategias más poderosas para hacer marketing en internet, siempre y cuando se haga bien. Muchas personas omiten este paso porque les parece aburrido, porque confían demasiado en el producto que crearon, porque consideran que es una pérdida de tiempo, porque están convencidos de que es justamente lo que quiere y necesita su mercado. Si piensas así, es hora de prender las alarmas.
No se trata de ser perfeccionista, porque ese es un extremo que suele convertirse en un obstáculo insalvable. La idea es ajustar tu webinario tanto como sea posible (y siempre es posible un poquito más) a las necesidades de tu nicho de mercado con el fin de alcanzar más conversiones más rápido. Hay que probar para saber dónde están las fortalezas (y enfatizarlas) y cuáles son las carencias o debilidades (y suplirlas).
A veces, los emprendedores le dan la espalda a una herramienta poderosa como son los webinarios simplemente porque les parece “demasiado complicada”. Es cierto que son múltiples las etapas que debes cumplir, las tareas que debes realizar, tanto en la parte técnica como de contenido, antes, durante y después de tu actividad. Sin embargo, déjame decirte que son necesarias; en eso, precisamente, radica el poder de la herramienta, en que es compleja y, a la vez, muy completa.
Recuerda algo que es muy importante: lo mejor de la vida suele resultarnos complicado, difícil, porque es la única forma de obligarnos a ofrecer nuestra mejor versión. Además, porque el éxito es algo reservado para unos pocos, para los que no escatiman esfuerzos, para los que no ahorran energías, para los que no miden gastos, para los que están dispuestos a dar un paso más, para los que, sobre todo, no saben rendirse.
Cuando creas que hacer un webinario, con todo lo que implica, es demasiado complicado, piensa en aquellos retos que superaste en la vida, en la satisfacción que experimentaste al alcanzar la meta. Con seguridad, concluirás que no fue fácil y eso, precisamente eso, es lo que más alegría te produce. Entonces, date la opción con tu webinario: prueba, equivócate; prueba, equivócate; prueba y acertarás.
Artículos relacionados
- Los webinarios: la joya de la corona
- Webinarios:una buena imagen vale más que mil palabras
- Los webinarios, perfectos para romper el hielo
- Beneficios ocultos de los webinarios: los superpoderes
- ¿Vas a hacer un webinario? Esto es lo que necesitas
- Los errores que nunca puedes cometer en tu webinario
- En la planeación radica el éxito de tu webinario
- El paso a paso de tu webinario exitoso
- ¿Qué hago después de mi webinario?
- Tu webinario por dentro: la construcción
- El contenido, la sustancia del caldo de tu webinario
- Haz que tu webinario sea una conversación