La mentalidad de escasez, que siempre relacionamos con el dinero, es uno de los enemigos más difíciles de enfrentar y de vencer que encontramos camino del éxito, la felicidad y la abundancia. Cuando la saques de tu cabeza, de tu vida y de tu negocio, los resultados serán diferentes. Estás en capacidad de lograr lo que deseas, porque lo que consigues es justamente lo que te mereces.

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¿La competencia? ¿La falta de recursos económicos? ¿La soledad? ¿El comportamiento caprichoso del consumidor? ¿La dificultad para adaptarse a los constantes cambios del mercado? ¿Los costos y trámites que dificultan la creación de empresa? Sí, tienes razón: son muchas las razones por las cuales el oficio del emprendedor a veces es agotador y, por eso, muchos tiran la toalla.

Sin embargo, no te equivoques: las preguntas que formulé anteriormente no son tus enemigos. La verdad, son tus rivales. ¿Conoces cuál es la diferencia? Los enemigos, según el diccionario, son “personas que le tienen mala voluntad a otra y le desean o le provocan el mal”. Los rivales, en cambio, son “personas que compiten con otras pugnando por obtener algo o por superarlas”.

En otras palabras: los rivales los eliges tú, mientras que los enemigos te eligen a ti. Dicho de otra forma: la competencia, la falta de recursos, la soledad, los caprichos del consumidor, los cambios del mercado y las dificultades para crear empresa, entre otros obstáculos frecuentes, no son más que una excusa. Todos los puedes enfrentar y, lo mejor, todos los puedes vencer. ¡Si quieres!

Recuerda que antes de ser emprendedor soy sicólogo. Y, también, un ser humano que ha sufrido las mismas dificultades de cualquiera, que ha tenido fracasos como cualquiera, que se ha equivocado como cualquiera. Y recuerda que llevo más de 21 años en el mercado, un largo tiempo durante el cual he vivido todas las situaciones a las que se puede enfrentar un emprendedor.

Y aquí estoy, enfrentando a los rivales que se plantan en mi camino, trabajando para superarlos y seguir como el referente número uno del mercado, como la mejor elección para mis clientes, para ti. Y también tengo algunos enemigos (la verdad, no sé cuántos), pero prefiero hacer caso omiso de ellos porque entiendo que debo enfocar mi atención, esfuerzos, recursos y energía en mis clientes, en ti.

Sí, me concentro en ayudarte a identificar, comprender, enfrentar y vencer aquellas conductas que te impiden conseguir lo que deseas, las que no te dejan avanzar. Por eso, debo prevenirte de algo: si no consigues lo que deseas y si no avanzas, tú eres el responsable. ¿Sabes por qué? Porque el éxito y la felicidad, en la vida y los negocios, está determinada por tus acciones y decisiones.

Es doloroso, lo sé; es duro, lo sé. A mí me costó mucho aceptar esa realidad cuando me equivoqué, pero gracias al ejemplo de mis padres y a las enseñanzas de mis mentores supe que el único responsable (que no es lo mismo que culpable) era yo. Y gracias a mi formación como sicólogo y como emprendedor descubrí que el origen del problema era la mentalidad de escasez.

¿Sabes de qué se trata? Aquella creencia aprendida según la cual nunca estamos conformes con lo que logramos, nunca estamos satisfechos con lo que tenemos, nunca logramos saciar nuestras expectativas. Entonces, el mayor de los triunfos, el más importante de los pasos, el más satisfactorio de los triunfos lo convertimos en algo amargo. No lo apreciamos y no lo disfrutamos.

La mentalidad de escasez es uno de los problemas más graves y más comunes a los que se enfrenta un emprendedor. Está por todas partes, como ti gozara del don de la ubicuidad. Es un enemigo silencioso, traicionero y mañoso que no resulta fácil de enfrentar y menos, de vencer. Se aparece por doquier y hace sus travesuras, te echa a perder la fiesta que has construido en tu vida.


Mercadeo Global - Álvaro Mendoza

Pensar que la mentalidad de escasez se restringe al dinero es una creencia equivocada.


La mentalidad de escasez es una vocecita interior que te dice que no eres capaz, que no salgas de tu zona de confort, que no inviertas tiempo, dinero y esfuerzo en perseguir tus sueños. Otras de las manifestaciones de este mal son las objeciones que tú mismo levantas, los enemigos que tú eliges, las veces que no haces tu mejor esfuerzo, las ocasiones en las que tiras la toalla.

La mentalidad de escasez te frena, te paraliza, te desvía de tus verdaderos objetivos, te hacer creer en una realidad que no es cierta. Lo peor, te llena de miedos, miedos que te impiden tomar acción, que provocan que tus decisiones no sean las acertadas. La mentalidad de escasez es un lastre que cargas sobre tu espalda, que mina tus energías y que, sobre todo, te aleja de tus sueños.

Una de las dificultades para enfrentar y vencer a este poderoso enemigo que es la mentalidad de escasez es que creemos que se relaciona únicamente con el dinero. Esa creencia es equivocada, fruto de las enseñanzas que nos imparten desde niños y según las cuales somos lo que tenemos. Es más bien una excusa fácil: la culpa es del dinero. Cuando lo tenemos, se acaban los problemas.

¿En serio? ¿Con dinero se acaban los problemas? Estoy seguro de que ya sabes que eso no es cierto. Y te doy un ejemplo: Elon Musk, el hombre más rico del mundo, el referente del éxito en el emprendimiento, acaba de anunciar su divorcio después de más de veinte años de matrimonio. Se especula que infidelidades son el origen del problema. Él, como cualquier persona, tiene problemas.

Acá te comparto tres estrategias (pensamientos) para que compitas y venzas la mentalidad de escasez:

1) Hay suficiente, hay para todos: pensar que no hay suficiente origina la mentalidad de escasez, porque nos aferramos a lo poco que tenemos y, peor, nos conformamos con eso. Siempre hay más, más oportunidades, más nuevos y buenos clientes, más negocios. Siempre hay personas dispuestas a acompañarte, a ayudarte, a seguirte. Siempre hay una razón para seguir adelante.

2) Quieres menos, disfrutas más: nos enseñaron que más es mejor, pero esa creencia solo nos conduce al caos, a la insatisfacción, a la obsesión enfermiza. Lo peor es que provoca que no apreciemos aquello que tenemos, lo que hemos conseguido, las personas que nos rodean, los logros conquistados. Aprende a valorar lo que eres, lo que tienes, y verás cómo cambia tu vida.

3) Construye tu vida, no te conformes: la única verdad irrefutable del mundo moderno, y más en los negocios, es que cambia, todo cambia. La vida es dinámica pura y nada se escapa de esa realidad. Todo se puede cambiar, inclusive los pensamientos limitantes. Entiende que lo que tienes es suficiente para conseguir lo que deseas si trabajas con disciplina, tesón y perseverancia.

No tienes por qué resignarte con poco. Tú estás en capacidad de conseguir todo, absolutamente todo lo que te propongas. En la vida, en los negocios, en las relaciones, en cualquier ámbito. Eso sí, para comenzar a avanzar, para poder dar el primer paso, tienes que erradicar de tu cabeza la mentalidad de escasez. Piensa con abundancia, siente con abundancia y verás cómo cambian los resultados.