Hace unos días, publiqué la historia de la tragedia del Titanic, el gigantesco barco ‘indestructible’ que se hundió en aguas del Atlántico tras chocar con un iceberg en la noche del 10 de abril de 1912. Hoy traigo otro episodio que marcó el rumbo de la humanidad y que demuestra que cuando no aprendemos de los errores, estamos condenados a repetirlos.
Hablo de la tragedia del dirigible Hindenburg, el Titanic de los cielos, como se lo llamó en esa época, que irónicamente corrió la misma suerte de su predecesor de los mares. Fue en la noche lluviosa del 6 de mayo de 1937 cuando el zepelín estalló en el aire, producto de una chispa, y en cuestión de 40 segundos se consumió en llamas. Murieron 35 personas.
Te preguntarás de qué manera un hecho como este, perdido en el túnel del tiempo y ajeno a los negocios en internet, puede interesarte. Pues, amigo mío, déjame decirte que estos episodios, como también el del Titanic, nos brindan lecciones que los marketeros necesitamos conocer, analizar y no replicar. ¡Esos errores fueron muy costosos!
Y no hablo específicamente de dinero, o de recursos logísticos: me refiero a vidas humanas, que son insustituibles, que son irremplazables. Y hablo así mismo de situaciones que situaciones que pudieron evitarse, de circunstancias que pudieron controlarse, de un desenlace que debió ser distinto. Hablo de errores que, sin duda, no debieron ocurrir.
El dirigible Hindenburg había partido de Fráncfort (Alemania) el 3 de mayo, al mando del capitán Max Pruss. Era el primer viaje de ese año a EE. UU., después de que en 1936 había cruzado el Atlántico en diez oportunidades, en las que transportó a más de mil pasajeros. En aquella ocasión, sin embargo, solo 32 pasajeros, además de 61 tripulantes, iban a bordo.
La era de estos gigantes del aire había sido inaugurada por el Graf Zeppelin, una obra de la que el régimen nazi de Adolf Hitler sacó réditos políticos. El Hindenburg incorporaba una tecnología de punta: construido en duraluminio, un material usado en lugar del acero, de similares características, pero obviamente más pesado.
Medía 245 metros de largo y 41 de diámetro. Eso significa el largo de tres Jumbo 747 uno tras otro y era tan alto como un edificio de 16 pisos. Que volara era una osadía, una proeza de la ingeniería. Lo propulsaban cuatro motores diésel Daimler-Benz BD 602 de 1200 caballos de fuerza. Fue fabricado por la empresa Luftschiffbau Zeppelin en 1935 y su primer vuelo fue el 4 de marzo de 1936.
Su interior estaba lleno de lujo, como el del Titanic, y alcanzó a cumplir 17 vuelos transatlánticos, diez de ellos a Estados Unidos y los siete restantes, a Brasil (un dato desconocido por muchos, incluido yo). Estaba destinado a impulsar la industria aeronáutica y, especialmente, a la aviación comercial. También, claro, un impulso a la propaganda nazi.
El proceso de su construcción estuvo marcado por las dificultades, pues en una época en la que el mundo miraba con recelo a la Alemania de Hitler, se impusieron restricciones del modo del embargo a Cuba. Así, entonces, hubo una modificación sustancial, que resultó vital a la hora del desenlace: como combustible se empleó hidrógeno, en vez de helio.
Las dificultades
Estados Unidos era prácticamente el único productor de helio y se negó a venderle a Alemania. Temía que usara este compuesto en algo distinto a lo que decía. El problema es que el hidrógeno es volátil y altamente inflamable. Sin embargo, el régimen, obsesionado por demostrarle al mundo su poderío, hizo caso omiso de este detalle.
Es que, y eso hay que reconocerlo, la demanda del mercado era inmensa: cientos de europeos querían irse a Estados Unidos en busca de mejores horizontes y, sobre todo, de escaparle al inminente conflicto bélico. Además, el Hindenburg era la máquina perfecta: cruzaba el océano en solo dos días y medio (a 135 km/h de velocidad máxima), contra los seis días que demoraba un barco a vapor.
Hasta aquí, puedo rescatar al menos tres lecciones: la primera, no hay producto perfecto. No importa cuánta tecnología incorpore, cuánta innovación represente, todas las máquinas, TODAS, son propensas a fallar. Y más, si son operadas por seres humanos. No olvides eso, nunca: por mucho que le guste tu producto al mercado, no es perfecto y puede desaparecer.
La segunda es que nunca, JAMÁS, puedes sacrificar la calidad, incorporando materiales de menores especificaciones o, como el caso del Hindenburgo, riesgosos. La tercera es que no puedes obnubilarte por sus obsesiones: ser el mejor del mercado, ser el número 1, quizás no sea loimportante; es más valioso permanecer largo tiempo, y disfrutar los réditos.
La noche fatídica, el Hindenburg se dispuso a atracar en la estación aeronaval de Lakehurst, en Nueva Jersey. Llovía y, sobre todo, había fuertes vientos y tormenta eléctrica, por lo que el piloto debió hacer varios sobrevuelos a la espera de mejores condiciones. La maniobra de atraque comenzó a las 7:25 p. m.
El desenlace
Justo después de que desde la aeronave lanzaron los amarres, los trabajadores en tierra vieron una chispa y luego se desató un voraz incendio. Pasaron menos de 40 segundos antes de que, completamente destruido por las llamas, el Hindenburg cayera pesadamente. Fue algo tan sorpresivo, tan inesperado, que no hubo nada que hacer.
Lo más increíble es que el aterrizaje fue grabado en vivo y en directo, y narrado por un anonadado Herbert Morrison, un periodista que inmortalizó una frase que resume el episodio: “¡Oh, la humanidad!”. Algunos de los pasajeros cayeron desde la altura, pero el saldo de la tragedia fue mucho menor de lo que se desprende de las impactantes imágenes.
Este incidente marcó la desaparición de la especie de los dirigibles, por orden expresa de Hitler. El Hindenburg era un símbolo del poderío de la Alemania nazi y una afrenta como esta era imperdonable. La humanidad debió esperar dos décadas antes de que se iniciara una nueva era, la del avión de reacción o jet, que impulsó la aviación comercial que hoy conocemos.
¿Vamos con otras lecciones? Siempre, SIEMPRE, necesitas un plan B. Tu negocio no puede depender de un solo producto, tu producto no sobrevive con una sola característica. Cuando el mercado es exigente, cuando hay situación de riesgo, debes estar preparado para reaccionar, para responder a las nuevas circunstancias.
El ego y la soberbia no tienen cabida en los negocios, no cuando deseas alcanzar el éxito. Si permites que tus emociones manden sobre tu razón (debe haber equilibrio), corres riesgos innecesarios. Otra más: tecnología e innovación no te garantizan el éxito. Son características poderosas que debes rodear de otras que garanticen el funcionamiento óptimo.
Finalmente, una que no dejo de repetir para que a nadie se le olvide (y ahí me incluyo): cuando la razón de ser y el fin último de tu negocio es el dinero, tarde o temprano de hunde (como el Titanic) o se derrumba (como el Hindenburg). El mejor negocio, el más exitoso, es aquel destinado a servir a otros, a solucionar los problemas que los aquejan.
Es muy importante lo que tratas de demostrar en estos accidentes, siempre tiene que haber otro Plan, para estar Prevenidos, de ciertas dificultades, también hay que llevar una secuencia, Económica y Administrativamente, que puedan estar preparados, de lo que pueda venir inesperadamente,sin embargo existen Empresas que están preparadas para lo que se pueda Presentar, también existen personas que son especializadas en estos Eventos, para un Plan B, un Plan C……..?
La Preparación de un ser humano es un equivalente, para los resultados en Calidad de una Empresa,también hay que estar pendientes de la Seguridad, Orden y Limpieza y otros Objetivos más para qué, una Empresa pueda funcionar en las mejores Condiciones que se requieren, y esos Factores darán más Beneficios Económicos a una Empresa a Largo o Corto Tiempo.
Álvaro gracias, por darme la Oportunidad de dar, un Razonamiento en Sugerencias.
Henry Cárdenas.
La verdad me parece ser una buena forma de comparar y meditar en los fracasos de mercado.
Como dice en su artículo, cuando en el marketing se sacrifica la calidad de los materiales, por más tecnología y lujos que se implementen se falla en lo principal lamentando a traves del tiempo las vidas humanas sacrificadas por la calidad que no se tuvo en cuente, me encanta porque hoy vemos hermosos rascacielos caer como un juego de naipes, terminando sus investigaciones en la deficiencia de sus productos como principal factor del desenlace fatal.
Coincido plenamente en que servir sea nuestro móvil, si solo se busca dinero, se queda uno con un palmo de narices.
Gracias Álvaro, siempre con esa sabiduría en cada palabra, en cada frase; completamente de acuerdo con esa premisa de servir, solucionar a otros, que seguro más tarde se compensará con el éxito propio..
Gracias Alvaro por este articulo.
Y el recordarnos que lo que nos tiene que importar es el ayudar a los demás no el dinero, pero es lo que más se nos repite en nuestra vida diaria.
A cambiar el rumbo de percepción aunque a nuestro alrededor está la palabra dinero.
Saludos.
Marycarmen
Mil gracias por servir al prójimo, con sus enseñanzas. Que Dios lo bendiga grandemente.
Buen Día, En primer lugar, quiero agradecerte por el empeño que se muestra en cada uno de los artículos que publicas puesto que cada día aprendo y avanzo en mi vida académica y profesional. En segundo lugar, estoy de acuerdo en el sentido de no repetir errores de hacer las cosas bien y por sobre todo poder ayudar a los demás.
Ante un moustroso ejemplo, no queda otra cosa que coincidir contigo. Sobre todo eso de tener un PLAN B, yo diria en todas las cosas de la vida, siempre es necesaria una segunda alternativa.
Aprovecho para saludarte Alvaro y agradecerte tu generosidad de regalarnos seguramente a mucha como a mi tus conocimientos de mercadeo y déjame admirar tu perseverancia de enseñar los que necesitan, en mi caso sin cambio a nada. Gracias y un abrazo.
Alvaro, coincido contigo en que los negocios exitosos son los que satisfacen necesidades de cualquier nivel: desde básicas y elementales para el ser humano como las necesidades que de alguna manera están involucradas en el desarrollo de éstas.
En mi caso me dedico a hacer stands de expositores en ferias comerciales
Francisco
No tengo palabras para expresar ante semejantes acontecimientos, solo puedo decir que todo lo que explicas sobre los errores son. Ciertos , es una gran lección. Gracias y si , coincido en todo lo que dijiste.saludos
Nancy
Gracias Alvaro, por tu forma de educarnos respecto al Marketing y Negocios, analizando la historia y a partir de ella explicar conceptos de marketing. Simplemente excelente este articulo, junto al del titanic y otros de similares características.
Me gusto mucho como terminaste el articulo y que estoy 100% de acuerdo: «Cuando la razón de ser y el fin último de tu negocio es el dinero, tarde o temprano de hunde (como el Titanic) o se derrumba (como el Hindenburg). El mejor negocio, el más exitoso, es aquel destinado a servir a otros, a solucionar los problemas que los aquejan.»
Abrazos,
Sergio.-
Buenas Tardes Alvaro: Leí su artículo y lo resumo en tres puntos específicos que llevan al fracaso a un negocio:
1) La publicidad engañosa.
2) El afán desmedido por acaparar la atención del público.
3) Dejarse presionar por la masiva demanda del mercado sin tomar en cuenta que la clave del éxito está en la honestidad y capacidad del oferente; asimismo, en la calidad del producto.
Quien ofrece sus productos a bajo precio con tal de atraer más clientela y se olvida de la excelencia en la atención y calidad de sus productos va directo al fracaso.
De nada sirven las estrategias de negocios y modernización si no se toma en cuenta la sabiduría y la honestidad.
¡Que pase buena noche!
excelente comentario gracias por compartir sus conocimientos feliz domingo felicidades
Excelente comentario Alvaro.
Eso siempre lo he llevado conmigo , me gusta hace mas el amigo. Que el cliente
Ya que el dinero es pasajero . y la personas siempre esta ahí.
En los tiempos bueno malo , depende como se trato en el pasado.
Muy buena historia para reflexionar que no somos eternos a menos que veamos que errores cometemos como empresarios…claro en el negocio. Gracias.
MAS’ QUE, EXCELENTE»¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ GRACIAS¡¡¡¡¡¡¡¡
Don Alvaro, excelente artículo, muy interesante, y sobre todo las lecciones que se desprenden de el.
Saludos!
Excelente artículo Álvaro, como todo lo que nos soles compartir.
Con respecto al último párrafo, lo considero clave y me hace sentir totalmente identificado.
El dinero debe ser «consecuencia» de haber logrado ese genuino impacto positivo satisfaciendo las necesidades de quien sistimos, y no la «causa» de nuestro accionar
Álvaro. Gracias por todas las aportaciones que nos compartes. Muchas de ellas las considero fundamentales para la vida y para los negocios, tal es el caso de este artículo. Lo que me parece realmente importante es la manera en que identificas un acontecimiento y lo vínculos con los negocios. En mi caso te comparto que estoy en el camino de aperturar un negocio en el que tendré oportunidad de aplicar el último párrafo. Nuevamente, gracias.
Gracias, excelente artículo y muy certero en tus apreciaciones, es evidente que el hombre, es el ser en este mundo que olvida pronto su historia.
Como lo bien lo comentas el EGO lo ciega, y se olvida de tomar providencias para evitar los contratiempos que suceden en toda actividad hombre.
Me puedes mandar algún artículo que me oriente como potencializar mi empresa es una revista online,
saludos y gracias
Te obsequio mi libro «8 Reglas de los Emprendedores Exitosos«
Me quedo con el contenido de la última frase, porque es lo mejor «Padrino». Salu2
Muy buen articulo, felicidades
Excelente si si
Excelente articulo, comparto tus apreciaciones y esto que aplicarse también en el Personal Branding, saludos