Convertirte en emprendedor es, seguramente, una de las decisiones de vida más difíciles que puedas adoptar. No solo porque incorpora una variedad de riesgos y porque el margen de error es muy elevado, sino también porque debes desarrollar varias habilidades que, en ocasiones, no aparecen en tu plan de vuelo. Además, porque tienes que aprender a lidiar con tus miedos.
Todo esto que acabo de mencionar, sin embargo, es parte del juego. Quizás haya personas que desempeñen otros oficios que puedan decir lo mismo. Lo más complicado, a mi juicio, es luchar contra la infoxicación, es decir, contra la información tendenciosa o distorsionada o, peor aún, falsa. Te pintan pajaritos en el aire, te ilusionan con el paraíso y luego te dejan a tu suerte.
Es como si te montaran en un avión, provisto de un paracaídas y al momento de saltar eres el único que se tira al vacío. Y no sabes nada de nada, nunca lo habías hecho, nunca te dieron unas instrucciones básicas. ¿Entiendes? Solo te dijeron que iba a ser una aventura divertida (pero, claro, tú no te ríes) y te hicieron una promesa que no se cumplió. Además, perdiste tu dinero.
Quizás sea un poco extremo este ejemplo, aunque creo que encaja perfectamente en la realidad que viven muchas de las personas que sueñan con ser emprendedoras hoy. Te dicen que debes reinventarte, que tienes que aprender a dominar todas y cada una de las poderosas herramientas que nos brinda la tecnología y, además, ser experto en una amplia y diversa área de conocimiento.
¿El resultado? El resultado es que te abruman, te confunden, te llevan por el camino equivocado. En el trayecto, sin embargo, se apagan tus sueños y se quedan con tu dinero, porque te inducen a comprar cursos y herramientas que no te sirven, y luego desaparecen. Se esfuman, como si fuera un acto de un ilusionista, mientras tú te quedas derrumbado, desorientado y frustrado. ¡Auuchh!
A lo largo de más de 23 años de trayectoria en los negocios en internet, desde la época de la prehistoria de la red, lo he visto y lo he probado casi todo. Herramientas, recursos, plataformas, programas y hasta chatbots. Y también he conocido a prácticamente todos los referentes del mercado, muchos de los cuales fueron mis discípulos, y vi surgir a los terribles vendehúmo.
Surgir y desaparecer. Y puedo decirte con autoridad que tan solo necesitas dos conocimientos, además por supuesto de los específicos de tu área de especialización y experiencia. Sin importar qué haces o a qué te dedicas, si quieres ser exitoso con un negocio en internet lo único que en verdad es indispensable es que aprendas de copywriting y de matemáticas. ¿Lo sabías?
Sí, ya sé que ahí afuera, en el mercado, te dicen que debes ser especialista en tráfico, en cierre de ventas, en embudos de marketing, en automatización de procesos, en diseño gráfico y muchas otras áreas. La verdad es que no debes ser un especialista, salvo que así lo elijas, pero sí es indispensable que conozcas lo básico de cada una de estas y otras labores propias del marketing.
¿Qué significa lo básico? El conocimiento mínimo para entender cómo funciona, para qué te sirve o por qué debes incorporar esa herramienta o recurso en tus estrategias de marketing. Cuanto más aprendas, mucho mejor, pero entiende que estas son tareas operativas que demandan tiempo y que, por fortuna, hoy puedes delegar en terceros, bien sea de tu equipo o externos.
Cuando comencé a trabajar en internet, no había opción: tenías que hacerlo todo. Es decir, tenías que aprender de todo. Así, a pesar de que considero que soy negado para el tema gráfico, diseñé páginas web hasta que conocí a un especialista que no solo sabía de diseño, sino que también había aprendido de marketing. Desde entonces, dejé de preocuparme por esas labores.
Tampoco había alguien que pudiera darte una mano en la generación de contenido, que por aquel entonces era la columna vertebral de tu negocio. No había otra forma de darte a conocer, posicionarte y vender que producir contenido, que además era solo en texto, pues ese arcaico internet no nos permitía la publicación de fotografías, videos o audios, y no había redes sociales.
Ten cuidado de caer en la trampa de convertirte en una navaja suiza, multitarea y con una gran variedad de especializaciones. Admítelo: no puedes hacerlo todo, nadie puede. Enfócate en las dos que son indispensables para la buena salud de tu negocio: el ‘copywriting’ y las matemáticas.
Hoy, cada vez más, encuentras especialistas en el arte del copywriting, periodistas o personas que por gusto o necesidad aprendieron el arte de las palabras y te apoyan en esta área. De hecho, si bien todavía produzco una parte del contenido que tú ves en los diferentes canales digitales en los que estoy presente, esa es una labor que delegué en mi amigo Carlos González, copywriter.
Delegué buena parte de esa tarea porque soy consciente de que para hacerlo bien se requiere no solo conocimiento, sino también tiempo. Todavía produzco parte del contenido, pero en estos momentos prefiero concentrar mi tiempo y mis acciones en el marketing, en las estrategias, en los números que me permiten establecer cómo funciona mi negocio (las famosas matemáticas).
¿Por qué requieres aprender de copywriting? Porque una de las claves del marketing del siglo XXI es aquella de interactuar con el mercado, de conversar con tu audiencia, de aportar valor a través del contenido. Aunque no seas tú quien vaya a producir los artículos del blog, los posts de las redes sociales, debes definir el tono de las publicaciones, el estilo, los formatos y, claro, el mensaje.
Una pregunta que siempre les formulo a quienes me preguntan si deben contratar a una persona ajena a su negocio es cuánto saben de esa tarea. ¿Por qué? Porque, como mencioné antes, debes saber lo básico (y algo más) para evitar que te metan gato por liebre y, especialmente, para dar las instrucciones adecuadas para que ese especialista pueda obtener los buenos resultados que esperas.
Otro argumento poderoso es que en el marketing de hoy cuando eres un emprendedor tú eres la marca, eres el mensaje. Y no puedes hacer como muchos, que se aprenden un discurso y lo recitan por doquier. El mercado exige que seas distinto, auténtico y único, no más de lo mismo, de ahí que tengas que apelar no solo a tu conocimiento y experiencia, sino también a tu creatividad.
Además, y de esto doy fe, nadie, absolutamente nadie, es mejor que tú para comunicarse con tus clientes. ¿Quién los conoce mejor que tú? Nadie. Aprender de copywriting, en todo caso, no significa convertirte en escritor, pero sí es necesario que domines las técnicas básicas para crear un mensaje persuasivo, para utilizar los gatillos emocionales, para generar un impacto en tu audiencia.
En el caso de las matemáticas, me refiero específicamente a las métricas, de las que he hablado en varios artículos anteriores. En marketing, dentro o fuera de internet, lo que no estás en capacidad de medir no lo puedes controlar. Y lo que no puedes controlar no te brindará los resultados deseados. Para mí, las métricas son la luz que ilumina el camino por el que viajan mis estrategias.
Si no mides, no sabes qué funciona o qué no funciona. Si no mides, no sabes cuál campaña fue exitosa y cual, un fracaso. Si no mides, estás expuesto a desperdiciar tu dinero bien sea porque inviertes más de lo necesario o porque no recibes el retorno deseado. Si no mides, estarás sometido a comenzar de cero siempre, porque careces de información valiosa para tomar decisiones.
No te dejes confundir: no necesitas ser como una navaja suiza, multifunciones, con múltiples especializaciones en temas que, además, ni siquiera te agradan. Concéntrate en los dos que son imprescindibles: el copywriting, para emitir los mensajes adecuados y comunicarte con tus clientes, y las matemáticas, para medir cada acción que emprendes y tener control de tu negocio.
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Buen día. Muy buenas las estrategias del libro, y el artículo sobre copywriting. En otro orden de ideas, he tratado de ingresar a mi curso IPE y no me ha sido posible, pueden ayudarme?
Me gustó el artículo de copyright y las matemáticas, entendí que tengo que delegar a los expertos.