Lo he dicho una y mil veces y lo repetiré mil veces más, porque sé que es necesario: la mejor inversión que puedes hacer en la vida es educarte, capacitarte, prepararte. El conocimiento es algo que no se olvida, que nadie te puede arrebatar. Lo que aprendas te dará la posibilidad de ingresar en un universo ilimitado donde hay más aprendizajes.

Es una ironía de la vida y, quizás por eso, muchos no la entienden. Cada vez que insisto en profundizar la educación, en aprender nuevas estrategias y habilidades, percibo ceños fruncidos. Algo así como cuando uno es un niño y a la hora del almuerzo la mamá le sirve un plato de sopa en vez de la deliciosa carne de la que se antojaba. ¡Qué desilusión!

La mayoría de los emprendedores que conozco y que no pudieron cumplir sus sueños, que se quedaron a mitad del camino, carecían del conocimiento necesario para solucionar los problemas que se les presentaron. Uno les pregunta qué pasó y ellos responden que el dinero, que las herramientas, que las circunstancias, que la competencia…

Siempre hay una buena disculpa, pero esa no es la verdad. La verdad es que carecían de lo fundamental. Yo mismo comencé con muy pocos recursos, con precarias herramientas y en unas circunstancias adversas. Fueron tiempos difíciles, sin duda, pero logré salir airoso gracias a lo más valioso que tenía en ese momento y que aún poseo: el conocimiento.

Duele ver cómo personas muy valiosas, con amplio conocimiento y rica experiencia, son desaprovechados por las empresas debido a que no poseen un diploma que diga que cursaron un diplomado, o una maestría. En el mercado laboral convencional, esas personas se vuelven desechables, y más si, para rematar, cuentan más de 35 años.

Mercadeo Global - Álvaro Mendoza

El mundo de los negocios del siglo XXI exige la permanente capacitación, en diversas áreas.

Hoy, nos guste o no, el mercado laboral privilegia a las personas que pueden ofrecer mejores credenciales que un título profesional. Quizás no sean las más competentes, quizás no sean las más eficientes, quizás no tengan las mismas habilidades de otras, no importa. Son las reglas de un juego perverso en el que otros ponen las condiciones.

Y tú decides si las juegas, o no. Y esa es la cuestión. Cuando voy de viaje a Colombia y me encuentro con alguno de mis compañeros de colegio o de la universidad, quedo perplejo al escuchar qué han debido hacer para mantenerse vigentes en el ámbito laboral. Es como involucrarse en una loca carrera para exhibir una nueva medalla, una más.

Eso es lo que vale. Aunque después no las puedas sustentar con conocimiento, con decisiones, con criterio, con ejecución, con resultados positivos. Eres un buen candidato porque acreditas muchos títulos. Una ecuación perversa repito. Muchos, la mayoría, sucumbe, se cansa de nadar contra la corriente y toma una opción que no es la mejor.


La mente abierta, la capacidad de aprendizaje, la facilidad para adaptarse y
la posibilidad de actuar bajo presión son algunas de las características que la
revolución digital nos enseñó a los emprendedores. Eso, sin duda, nos hace diferentes.


¿Sabes cuál? Deciden volverse emprendedores. Y digo que no es la mejor opción NO porque ser emprendedor no sea una excelente alternativa (yo lo soy hace veinte años), sino porque no están preparados para ello. Y, como decía el gran Cantinflas, ahí está el detalle: muchos creen que para ser emprendedor solo se requieren ganas y dinero.

Algunos consiguieron sobrevivir largo tiempo en esas condiciones, pero la revolución digital los dejó al descubierto. Sin el conocimiento y sin las habilidades requeridas, sus carreras se vinieron al piso. Lo peor es que muchos de ellos no entienden cuál es la solución al problema: educarse, capacitarse, estudiar, prepararse académicamente.

Mercadeo Global - Álvaro Mendoza

Asistir a eventos presenciales con mentores acreditados es una necesidad.

El mercado hoy es muy exigente: solo sobreviven los mejores. Y los mejores no son los que más recursos poseen, sino los que más se han preparado. Además, el mercado exige actualizarse permanentemente y saber adaptarse a las cambiantes condiciones. Esa es una asignatura que la mayoría no ha aprobado y en la que los emprendedores tenemos ventaja.

¡Sí, tenemos ventaja! Los emprendedores que entendimos que, para ser la mejor opción del mercado, la alternativa ideal para nuestros clientes, y nos capacitamos, y nos educamos, y nos actualizamos permanentemente, tenemos ventaja. ¡Una gran ventaja! A regañadientes, inclusive, construimos un perfil más completo, más diverso, más profesional.

Eso ha redundado en que no pocas empresas medianas y grandes han puesto los ojos en los marketeros que hemos tenido éxito como independientes. Los que en teoría se las sabían todas, ahora nos buscan a los que hace un tiempo éramos los desechables del ámbito laboral convencional. ¡El mundo al revés!, podrías decir, pero no es así.

Lo que sucede es que cambiaron las condiciones, cambiaron las características del mercado y cambiaron los roles. El profesional del pasado ya no encaja en el mundo actual, no posee las cualidades que se le piden al profesional de hoy. No se requiere ser un genio, está claro, pero sí es indispensable tener un conocimiento más que básico de diversos temas.

La revolución digital lo puso todo patas arriba. Lo que se comunica, la forma en que se comunica y los canales a través de lo que se comunica, entre otros factores, ya no son los mismos de antes. Por eso, el quehacer de los que estamos en el mundo del marketing digital, ya no es el mismo. ¡Esa, amigo mío, es una gran oportunidad!

Mercadeo Global - Álvaro Mendoza

Dominar habilidades como la comunicación es una de las exigencias del mercado hoy.

A regañadientes, forzados por las circunstancias, los emprendedores hemos aprendido de tecnología, de ventas, de marketing, de comunicación, de una cantidad de especialidades que hasta hace pocos nos eran ajenas. Ese conocimiento no solo nos ha permitido sacar adelante nuestros negocios, sino que nos ha convertido en profesionales muy valiosos.

No sé cómo lo veas tú, pero yo le agradezco a la vida que me haya conducido por este camino. Que sí, ha estado plagado de dificultades, de limitaciones, de sinsabores. Pero en el que, también, he conocido a personas maravillosas como tú, me he relacionado con profesionales increíbles de los que aprendo mucho todos los días, en muchos sentidos.

Es ese aprendizaje continuo, que procuro reforzar acudiendo a eventos presenciales, siendo parte de Masterminds, leyendo y profundizando, el que me da la posibilidad de ofrecerte solo lo mejor, lo que tú te mereces, día a día. Es la forma en que honro el compromiso de ayudarte a alcanzar las metas que te trazaste, a cumplir tus sueños.


Hace 10 o 20 años, en el siglo pasado, bastaba con acredita conocimiento en un
área. Hoy, se exigen habilidades como la comunicación, saber relacionarse,
trabajar en equipo, ser autosuficiente, aprender del error y no rendirse.


Mientras en el mercado laboral cada día son más los profesionales que quedan relegados a pesar de su conocimiento y experiencia porque no están preparados para lo que el mercado les exige hoy, los marketeros que nos mantenemos actualizados y que tenemos el hábito del aprendizaje somos un activo más valioso. ¡Esa, amigo mío, es una gran oportunidad!

Lo he dicho una y mil veces y lo repetiré mil veces más, porque sé que es necesario: la mejor inversión que puedes hacer en la vida es educarte, capacitarte, prepararte. En las últimas décadas, los marketeros sufrimos para adaptarnos a la revolución digital; hoy, somos los abanderados del cambio, la referencia y el modelo que otros quieren seguir.