Cuando alguien llega a los negocios digitales, el concepto de conversión es uno que mayores dificultades le genera. No solo porque es la cifra que le indica qué tan bien (o tan mal) va su negocio, sino también porque le cuesta entender cómo estimular la conversión, porque no está acostumbrado a pensar en términos de mediciones. Lo cierto es que entre más rápido aprenda de qué se trata y cómo impulsarla, mucho mejor.
Cuando estrenan su página web, muchos emprendedores se dejan obnubilar por el tráfico, es decir, por la cantidad de visitas que aterrizan en su página. Creen que son muy conocidos y reconocidos, y que eso les va a garantizar el éxito de su negocio. Sin embargo, es tan relativo y tan mentiroso como el concepto de ‘amigos’ en Facebook: muchos están de paso (ni se acuerdan que están), otros lo hacen por conveniencia, mucho se apuntaron por moda y solo pocos, unos pocos, son reales.
La conversión, en palabras, sencillas, es la cantidad de visitantes a tu página que ejecutaron alguna de las acciones que pusiste a su disposición: suscribirse a la lista de correo, descargar un producto gratuito, apuntarse a un evento o, lo mejor, realizar una compra. Se llama conversión porque es el proceso (¡Sí, es un proceso!) por el cual un prospecto (alguien que muestra interés) transita por tu embudo de ventas se convierte en cliente regular (estableces una relación a largo plazo).
Si lo que tú pretendes es que respon- dan una encuesta, que diligencie un formulario de contacto, que te plantee a una inquietud, eso también es conversión. Así, por ejemplo, si tú ofreces un ebook gratuito y de 1000 visitantes durante el período de la oferta 25 lo descargaron, tu tasa de conversión fue del 2,5 por ciento. Es un indicador que te informa cómo va tu negocio y, sobre todo, qué necesitas reforzar o modificar para conseguir una tasa de conversión más alta.
Si tu presencia en internet obedece a que un negocio digital, a que vendes un producto o un servicio, la cifra más importante, la que determina tu futuro, es la tasa de conversión. Recuerda algo muy importante, algo que muchos omiten: medir el impacto de tus acciones es la única forma de saber si tu página web tiene sentido, si tu negocio va camino del éxito. Si no conviertes, si no mides, más temprano que tarde te inscribirás en la lista de quienes fracasaron en sus emprendimientos.