De seguro me habrá oído hablar en más de una ocasión sobre los Masterminds que consiste básicamente en dos o más mentes unidas en espíritu de armonía y con el propósito de colaborar mutuamente para así todos crecer.
El concepto no es nuevo, incluso se remonta a la era pre-Internet y ha sido responsable del éxito y el crecimiento de las personas más ricas del mundo, no sólo a nivel material sino también intelectual y espiritual.
Es imposible que si se unen dos o más mentes NO se forme una tercera mente maestra que es igual a la suma de todas las mentes que la componen.
De manera que es mi intención con este artículo instarlo a comenzar a crear su propio Mastermind y al mismo tiempo ser partícipe del crecimiento de todas las personas que participen de él.
Conceptos erróneos que frenan el proceso
Existen personas que piensan que esta agrupación debe ser entre personas que estén desarrollándose en el mismo mercado o en el mismo tipo de negocios para que pueda ser positiva la interacción cuando que personalmente opino lo contrario.
Cuando uno tiene la posibilidad de acceder a los conocimientos, técnicas y estrategias aplicadas en diferentes industrias y temáticas también tiene la posibilidad de beneficiarse de la utilización de dichos elementos en su industria, de manera que es igualmente (o incluso más) enriquecedor si el grupo es bien homogéneo en cuanto a las temáticas y mercados.
El objetivo principal de un Mastermind es ayudarse mutuamente para crecer todos así que lo único que se necesita es estar dispuesto a ayudar a las personas con quienes decide formar uno.
Piénselo desde hoy y hágase a la tarea de formar su propia mente maestra.
Estimado Sr. Mendoza:
Deseo comunicarle mi agradecimiento por el obsequio de su libro Los secretos de mi éxito. Lo he descargado y estoy dispuesto a leerlo. Aunque no soy vendedor ni me dedico a los negocios, al igual que usted, soy psicólogo y me interesa todo lo relacionado con la psique y la conducta humanas, es por eso que reitero mi agradecimiento y me alegro de su éxito.
Permítame obsequiarle así mismo con este soneto de mi autoría, relacionado con el tema de este artículo.
LA MENTE MAESTRA
Para formar una Mente Maestra,
el pacto se ha tomado como ejemplo;
el resultado al fin ha sido un Templo,
lo que venga después es cosa nuestra.
Se empieza con un sueño como muestra,
un sueño que nos sirva como ejemplo,
un sueño que recree el nuevo Templo
mientras que nuestro ensoñar se adiestra.
Una vez que al Templo se ha accedido
y por todos esos logros alentado,
podemos anotar ya lo sentido.
Más queda todavía lo pactado,
que la Mente Maestra no ha podido
formarse sin haberse convocado.
Reciba un afectuoso saludo.
José C.