Cuando ya estamos hablando sólo de diferencias de precio, cuando ya hemos hecho valer todos nuestros argumentos y hemos diferenciado el valor de nuestra propuesta en comparación a la de nuestros competidores, cuando hemos usado todas nuestras técnicas y experiencia para responder a esa maldita objeción, pero aún asi el cliente nos dice algo asi como: «Comprenda, no puedo pagarle a usted ni un centavo más que al otro proveedor» ó «En la otra esquina encontré más barato exactamente el mismo producto»
¿De cuánto estamos hablando? ¿De cuánto dinero exactamente?
Si un cliente le dice que no comprará su producto cotizado a $ 120 porque consigue otro similar más barato, pregunte cual es esa diferencia.
Es común que el cliente que esté de acuerdo con darle esa información haga un cálculo rápido y le ofrezca un porcentaje como respuesta: «el suyo es un 30% más caro»
Usted debe saber si ese número es una aproximación cercana o bien si es un redondeo que deja de lado algunos puntos de diferencia.
Suponga que va a ver a su gerente y le plantea que para ganar la venta debieran hacer un 30% de descuento, y que usted lo consigue.
Usted sonríe satisfecho cuando le dá al cliente la buena noticia, pero su sonrisa se hace un poco tensa cuando el cliente mientras verifica los antecedesntes le dice: «es que aun haciendo el 30% siguen estando caros, en realidad la diferencia es de 31,7%»
Usted que cuando habló con su gerente para «venderle» la necesidad de hacerle el descuento le dijo que si hacían el 30% tomaban la venta ha perdido credibilidad y tiempo.
Imagine ahora otra posibilidad, que usted le lleva a su cliente la buena noticia del 30% de descuento, que éste revisa sus antecedentes, y que le confirma la compra en ese momento. Lo que usted no sabe es que en realidad la diferencia era de un 26,5% y que fué redondeada a ojo a 30% cuando su cliente le pasó el dato. ¡Hizo el 30% de descuento y con el 26,5% o como mucho con el 27% bastaba! En ese caso habrá ganado la venta, pero también habrá perdido rentabilidad para su empresa, comisiones para usted, y además ha dejado sentado un precio histórico innecesariamente bajo que tal vez deba mantener para futuras ventas a ese cliente.
La manera en que usted formule las preguntas de precisión dependerá de su estilo, y de la relación de confianza que haya desarrollado con el cliente. Puede intentar al mismo tiempo un cierre de la venta y hacer la pregunta para que el cliente verifique la diferencia: «¿Ud. me asegura que si yo consigo que mi gerente me autorice un 30% de dto. me confirma el pedido?». De esta manera usted hará «trabajar» a su cliente sin formularle lo que él podria entender como una pregunta un tanto autoritaria, y habrá dado un paso importante hacia el SI.
¿Desde qué precio hacemos la cuenta?
«Lo siento, no le puedo comprar, ustedes están un 20% más caros» Usted, que ya leyó el párrafo anterior, hace bien los deberes y le pregunta «¿me podría decir si es justo el 20% o si es un redondeo, sería importante tener el porcentaje justo para saber si puedo lograr que me lo autoricen?»
Su cliente verifica y le dice: «es exactamente el 20%»
Usted corre a ver a su gerente y le dice:
-«Tendriamos que hacer un 20% para cerrar la venta», y él le contesta: «Lo siento, ya sabes que no podemos bajo ningún concepto superar una bonificación de 18%, lo lamento pero no podemos».
Usted llama a su cliente para agradecerle el tiempo que le dedicó, le avisa que no puede llegar a ese precio, y él le contesta que le hubiera gustado hacer negocio con usted pero que logicamente no puede comprarle a usted con esa diferencia de precios.
¡Qué pena! ¡qué error que acaba de cometer! ¡Perdió una venta hecha!
Cuando su cliente le dijo que estaban un 20% más caros partió del precio de su competencia. Ellos cotizaron a $ 100 redondos. Su cliente hizo una cuenta sencilla de abajo hacia arriba, y para llegar al precio que usted cotizó ($120): le aplicó al precio de su competidor un 20% . Exacto: Para el cliente su precio es 20% más más caro. Es fácil, no? $ 100 x 20% + = $120.
¿Y qué ocurrió?
Usted fué corriendo a lo de su gerente y le dijo que tendrian que hacer el 20% de descuento para cerrar la venta, pero cómo usted ya suponía, le recordó que nunca podria superar una bonificación mayor a 18%.
Usted cotizó a $ 120, ¿no?
Bueno, haciendo un 17% de descuento hubiera llegado a un precio de $ 99,6 con lo cual ya habría cerrado el trato con su cliente y hubiera desplazado a la competencia.
El planteo a su gerente tendría que haber sido: «tendríamos que hacer un 17% para cerrar la venta»
A esta altura queda claro que cuando nos dicen que estamos caros debemos conseguir el precio contra el que competimos. Pregunte: «¿A qué precio final debemos llegar?»
En ocasiones no será imprescindible que usted llegue al mismo precio que la competencia, y en otras el cliente sólo accederá a comprarle si usted ofrece un precio menor. Averígüe cual es esa diferencia que su cliente estaría dispuesto a pagar.
!Si no consigue buena información usted estará a la deriva!
Ahh, y por favor antes de ir a preguntar a su gerente si le autoriza un descuento no olvide hacerle a su cliente la pregunta de cierre «¿si logro que me autoricen el mismo precio usted ya me confirma el pedido?».
PATRICIO PEKER
El Vendedor de los Huevos de Oro
Es muy bueno el artículo considero los siguientes puntos:
1. Finalmente la venta implica bajar un precio.
2. Si no queremos o podemos bajar el precio, tendríamos que echar mano de un
valor agregado.
3. Particularmente en mi negocio he descubierto que si es cierto que mi
competencia vende más barato pero sucede que a) tienen gastos ocultos
como el de traslado que al final mencionan al cliente o b)los productos
que ofrecen tienen menos ventajas que el mío pero aún asi el cliente
compra más barato.
4. A mí me ha resultado decirle al cliente: si logro bajar el precio me
lo compra. Es bueno. Hay que probar todo!
Está muy interesante el tema, pero desde mi humilde opinión el mismo es muy polémico.
Sucede que a veces uno encuentra no sólo un producto similar, sino aún mejor comprándolo de otra fuente (de hecho me ha sucedido personalmente) y la diferencia a veces es abismal. Incluso tuve la opción de acceder gratis a todo un curso similar al que ofrecen «expertos» sólo que los videos eran en tamaño muy chico, pero se veía todo igual y el audio era el mismo. Dado lo economico del precio igualmente opté por comprar la versión en alta resolución, con algunos bonos adicionales.
La diferencia con el producto del otro experto no era del orden del 30 % sino del 631,9 %, o sea 6,319 veces más caro. O sea, que también hay que ponerse en el lugar del comprador. Un ejemplo más sencillo, si yo puedo comprar un libro en Amazon por la mitad de precio que me ofrezcan en otro lado, no tiene sentido que compre en el otro lado.
Resumiendo, el tema es mucho más complejo que lo indicado.
Un Tip muy bueno, a veces en ventas se maneja este tema de los descuentos indiscriminadamente, sin preguntar mucho y ahi están los errores.
Se complica demasiado con los porcentajes antes de ir al grano
El articulo me parece bueno, porque a veces estamos equivocados que bajando el precio podemos hacerle la guerra a los competidores.
Exelente, Buenissssssisisisimo
Exelente…!!! sus articulos estan impactantes, Gracias