Todos los días, en cualquier país, en cualquier ciudad, nos quejamos por la congestión del tráfico, por el tiempo que perdemos en los desplazamientos, porque nuestra calidad de vida se ha reducido ostensiblemente. Y es verdad, es una realidad contra la que luchamos a diario. Sin embargo, también es una excelente oportunidad para los emprendedores.
¿Cómo así?, te preguntarás. Desplazarse en el vehículo particular se ha vuelto un karma en el mundo moderno, una de esas actividades que el pasado nos producía placer y ahora solo nos provoca estrés. Y ni qué decir del transporte público: la inseguridad, las largas esperas y la incomodidad son factores que nos hacen pensar que es mejor caminar.
Y cuando llegas al centro comercial, encontrar un lugar para parquear es una hazaña, y además tienes que asumir el costo de una tarifa cada vez más alta. Y al entrar al almacén casi nunca te tratan como lo deseas y sales amargado. Y llegas a casa extenuado, abatido, pidiendo a gritos que este tormento de hacer compras se termine de una vez por todas.
¿Es una descripción exagerada o demasiado dramática? Quizás no se ajuste a todas las ciudades, pero sí al menos a la realidad de muchas de las que he conocido. Por eso, entiendo que los emprendedores tenemos al alcance de la mano una oportunidad dorada: ser la verdadera alternativa para quienes quieren acabar con ese tormento.
Ya sé que me dirás que lo que ofreces en tu negocio no son verduras, o ropa femenina, o artículos de aseo personal. Es cierto, para adquirir esos productos todavía no hay un remedio virtual: estamos sometidos a ir al lugar donde los venden. Sin embargo, hay muchos otros productos y servicios que sí podemos ofrecer en internet.
Aunque las cifras no son tan contundentes como a uno le gustaría, es innegable que el consumidor común cada vez está más inclinado a comprar por internet. Se han derribado las barreras tecnológicas, la seguridad ha evolucionado a velocidades increíbles y el temor a comprar en la red es cada vez menor. Insisto: es una gran oportunidad.
Te voy a dar un ejemplo: las grandes marcas, conscientes de ese malestar que significa para el comprador desplazarse hasta sus tiendas, ofrecen el servicio en línea. Compras lo que deseas y al rato te llegan los productos a casa, sin costo adicional. No es el sistema perfecto, lo sé, pero es un adelanto, un buen síntoma, una tendencia positiva.
Nunca he comprado manzanas o verduras en la web y quizás nunca lo haga, porque no hay nada mejor que tocar la fruta, percibir su frescura, oler su aroma. Eso es irremplazable y determinante para seleccionar el producto. Pero, hay muchos otros artículos de uso diario que sí puedes adquirir con un solo clic, sin molestias, sin demoras.
Si estás pensando iniciar un negocio en internet, esta puede ser tu oportunidad. Debes hacer un juicioso y detallado estudio del mercado, conocer muy bien tu nicho, y diseñar la solución que requiere esa población. Recuerda: la mejor estrategia, la más corta y la más efectiva, es darle al mercado lo que necesita, no lo que tú quieres vender.
Garantía y servicio, vitales
Las estadísticas demuestran que los productos/servicios que más se venden por internet son viajes y actividades al aire libre, tecnología, artículos para el hogar (especialmente, los electrodomésticos), alimentación, ropa (moda), bienestar y cuidado personal y cultura y entretenimiento. Es un amplio abanico de oportunidades, sin duda.
Para captar la atención del comprador online, hay que cumplir con algunos requisitos básicos: la seguridad, por supuesto, es el primero de ellos. Debes ser confiable al 200 por ciento con los datos de tus clientes o, de lo contrario, tu credibilidad se derrumbará. Un inventario amplio y de calidad, por supuesto, es algo que invita a comprar, también.
Dado que no hay contacto entre vendedor y comprador, lo vital es que en tu web ofrezcas toda la información que el cliente pueda requerir. Producto, referencia, costo, forma de pago, descuentos, promociones, en fin. Llénalo de argumentos para que no tenga razones para arrepentirse: que si llegó a tu web, no salga de ahí con las manos vacías.
Establece precios competitivos. Eso, obviamente, no significa que trabajes a pérdida, sino que resultes atractivo, que seas una oferta irresistible. Procura contar con un programa de fidelización de clientes que otorgue beneficios adicionales a los más fieles, a los frecuentes, a los que te compren productos de mayor valor. Ese es un plus genial.
Debes estar muy atento a lo que hace tu competencia: a veces, internet se convierte en el escenario de una guerra de precios de la que el comprador es el único ganador. Las ofertas de ciberdías, aquellas jornadas relámpago en la que se hacen ofertas irresistibles, son un claro ejemplo. O la venta de tiquetes aéreos, con promociones en la noche.
Hay dos aspectos cruciales, que no puedes descuidar porque son los que garantizan que el cliente volverá a comprar en tu web: el tiempo de entrega de los productos y el servicio posventa. El tiempo actúa como una promesa que no puedes incumplir y que habla de tu negocio como algo serio, algo digno de confianza. Ajusta la logística y ¡cumple!
En cuanto al servicio, ese es el principal factor, más allá de los que enumeré en el comienzo de esta nota, por los cuales los compradores se alejan de los establecimientos físicos: la atención es pésima. Enfócate en brindar una experiencia agradable, sencilla, cómoda, una de esas que el cliente no olvide y que, por supuesto, quiera repetir.
Por último, ofrece una garantía irresistible y cúmplela. Es preferible perder el dinero de una compra que a un cliente. Tu credibilidad y la sostenibilidad de tu negocio están en juego. Esa debe ser una de tus mayores fortalezas, una de esas características que te distingan de la competencia y que te hagan sobresalir en el mercado.
No olvides, así mismo, que tu objetivo no es cerrar una venta, sino conseguir un cliente con el que puedas establecer una relación a largo plazo. Entonces, préstale la atención que se merece y, sobre todo, escúchalo: no hagas caso omiso de sus comentarios o sugerencias y responde con prontitud y amabilidad cada una de sus inquietudes.
Dado el caos que es la cotidianidad en nuestras ciudades, cada día son más las personas que deciden comprar en internet para evitarse las molestias. Esa es una gran oportunidad para los emprendedores siempre y cuando no cometamos el error de replicar en la web los problemas que alejaron a los clientes de los establecimientos físicos.