Al empezar un negocio la gente no sabe que las ideas para promoverlo se pueden encontrar en cualquier parte, incluso a 700 metros debajo de la tierra, el problema es que pocos saben cómo buscarlas.

Recientemente el mundo se paralizó viendo el rescate de los 33 mineros atrapados por 69 días a 700 metros en una mina de Chile. Esa noche, varios no dormimos frente al televisor viendo las imágenes de la cápsula Fénix 2 sacando al primer minero, Florencio Ávalos, quien emergió del centro de la tierra, con sus gafas oscuras marca Oakley.

Y así la escena se repitió 32 veces más con el mismo denominador, todos lucían unas atractivas gafas deportivas especiales con una sutil O que las caracterizaba.

En segundos en las redes sociales se empezaron a preguntar, ¿quién sabía de estas estilizadas gafas que hacían lucir a los extenuados mineros chilenos como deportistas extremos o estrellas de cine? La respuesta fue inmediata se trataba del modelo Radar de Oakley.

Unas semanas antes, el periodista Jonathan Franklin que trabaja para una agencia de medios en Santiago, recomendó la compañía Oakley a la empresa de seguro de salud, Asociación Chilena de Seguridad que buscaba unas gafas con brillo UV del 100 por ciento y características especiales que protegieran a los mineros una vez salieran a la superficie. Oakley ofreció donar 35 pares de Radar con lentes Range y Path a un costo de 230 dólares cada uno. Lo que nunca se imaginaron es que el 13 de octubre esa pequeña inversión desinteresada se convertiría en el negocio del año.

James Jannard empezó su negocio en el garaje de su casa en 1975 con una inversión de 300 dólares. Aficionado a los deportes extremos, su primer diseño fue un manubrio para las bicicletas BMX, después diseñó uno para motocicletas y así pasó a guantes, hombreras, accesorios y gafas deportivas resistentes tanto al impacto como a la luz. La marca Oakley nació en homenaje a su perro y en poco tiempo alcanzó reconocimiento con gafas para sky, maniobras militares, etc. Hoy Jannard es el segundo hombre más rico del condado Orange en California con más de 630 millones de dólares y seguramente gracias al fabuloso rescate su cuenta podría subir.

Entre el 13 y 14 de octubre durante la transmisión del rescate de los 33 mineros, se calcula que la compañía recibió 41 millones de dólares en publicidad, 11.8 millones en China, 6. 4 millones en Estados Unidos, 900 mil en Gran Bretaña, 700 mil en Chile. Los principales canales de televisión del mundo tenían la imagen de su modelo Radar y cada 40 minutos aproximadamente otro minero era rescatado y salía luciendo el producto de Oakley. Incluso días después del rescate en el Hospital de Copiapó los mineros seguían usando las Radar para evitar problemas con su retina y seguramente más de uno las subastará en eBay o las seguirá usando como recuerdo de su hazaña.

Esta es la prueba de que en los negocios no hay nada escrito, que mientras unos estaban viendo como se salvaban vidas humanas, otros estaban interesados en que su producto estuviera a la luz del mundo.

Lo cierto es que la tragedia de los 33 mineros se convirtió en una mina de oro para muchos. Oakley que se llevará el premio al Product Placement of the Year, y unos buenos dólares en su balance, Chile que ve como sus acciones de país emergente se cotizan, y los 33 mineros a los que ya les llueven ofertas para películas, libros, conferencias no dudamos que alguno de ellos termine siendo estrella de televisión o porque no en un gran empresario.

Luis Eduardo Barón
Autor de: «Las Claves Secretas de Un Negocio Millonario»