El día que ella entró por la puerta principal, los cimientos del Blackstone Group, un fondo estadounidense de inversión privada, literalmente, se estremecieron: era la primera mujer que formaba parte de los altos mandos de una organización hasta entonces estrictamente masculina.

Detrás de ese éxito, sin embargo, Ruzwana Bashir escondía una penosa historia que años más tarde se animó a desvelar.

Nació en Skipton (Inglaterra), el 28 de julio de 1983. Sus padres, oriundos de Pakistán, habían llegado hasta Europa en busca de un mejor porvenir.

El hecho de ser inmigrantes asiáticos, sin embargo, los llevó a recorrer un camino lleno de dificultades en el que, un poco por cuestiones culturales y otro tanto por miedo a ser señalados dentro de una sociedad que ya los miraba con recelo, la ley del silencio fue una premisa.

Cursó la secundaria en el Skipton Girls’ High School y luego ingresó a la prestigiosa Oxford University, donde realizó estudios en filosofía, política y economía.

Además, fue presidenta de la Unión Oxford, una afamada sociedad de debates con participación de exclusivos panelistas invitados.

Durante su período, llevó a personajes como el senador John McCain, Michael Heseltine y José María Aznar, entre otros.

Ruzwana Bashir nació en Inglaterra, pero es hija de inmigrantes paquistaníes.

Ya se mostraba como una mujer brillante, con carácter y preparada batirse sin temores con los mejores, aún en ambientes hostiles.

Y tuvo que echar mano de esa fortaleza porque como presidenta de la Unión no le hicieron la vida fácil. Según sus amigos más cercanos, esa resistencia obedecía “al color de su piel y al hecho de ser musulmana.

Prueba superada para una mujer que a lo largo de su vida se ha caracterizado por su férrea resistencia, por su coraje.

El siguiente paso fue una consecuencia natural de su talento: obtuvo una beca Fullbright para cursar una maestría en la Escuela de Negocios de Harvard, en Estados Unidos.

Con esas credenciales y un futuro promisorio, entonces, no era ilógico que los buscatalentos de Blackstone Group posaran sus ojos en ella. Su contratación marcó un hito, pero lo que le permitió marcar huella fue que consiguió sobrevivir en esa selva llena de fieras.

¿Cómo lo logró? “Entendí que debía actuar de la misma manera que lo hacían quienes estaban a mi alrededor, así que me armé de seguridad y me propuse ser más agresiva mientras permaneciera allí”, respondió en una entrevista.

Luego trabajó en Gilt Group, una tienda en línea, y formó parte del equipo fundador de Art.sy, una plataforma en línea para conectar a los usuarios del arte, en Nueva York.

Fueron sus primeros contactos con los negocios por internet, pero aún debía sortear otras dificultades antes de que la fama y la fortuna tocaran a su puerta.

Desde su juventud, Ruzwana fue una apasionada de los viajes y uno de ellos le mostró el camino que la vida tenía preparado para ella.

Ocurrió, como suele pasar en los casos de éxito más llamativos, por mera casualidad: quería pasar un fin de semana de descanso en Estambul (Turquía) y vivió una odisea.

Peek es una útil herramienta para los viajeros de todo el mundo.

La intención era celebrar su cumpleaños en compañía de unos amigos, algo habitual para un grupo de jóvenes.

Acordaron lo que querían hacer, los lugares que deseaban visitar y se dieron a la tarea de armar el viaje.

¡Ahí fue Troya! “Tardé 20 horas en averiguar con quién y dónde podíamos llevar a cabo lo planeado, en conseguir un guía y en ver si había alguien disponible para ayudarme a programar algunas experiencias que tenía en mente. ¡Eso es ridículo!”, explica.

Obstinada y creativa como es, Ruzwana entendió que “sería estupendo su existiera una plataforma en línea en la que los viajeros pudieran conocer qué hacer en una ciudad determinada, y desde allí realizar las reservas”.

Se puso a trabajar, consiguió inversores y en 2012 fundó, junto con Oskar Bruening (encargado de la tecnología), la web Peek.com, el emprendimiento que le permitió se considerada una de las 30 mujeres más influyentes del mundo de la tecnología.

Logró sumar sus dos más grandes pasiones: los negocios y los viajes. En diferentes entrevistas, se ha definido como una “persona obsesionada por las ruinas, los paisajes naturales y los destinos solitarios” (odia las multitudes). Dice que sus experiencias favoritas son pasear por Palmira, la antigua ciudad ubicada en el desierto de Siria; cabalgar por las estepas de Mongolia y visitar las playas de Río de Janeiro.

Estaba a la cabeza de Peek.com cuando, el 29 de agosto de 2014, el prestigioso periódico inglés The Guardian publicó una entrevista en la que Ruzwana contó una historia que causó estupor: durante su niñez, y por período de ocho años, fue víctima de abuso sexual.

Por esos días, en Inglaterra se había publicado un informe independiente que daba cuenta, en detalle, de una situación aterradora que, durante 16 años, ocurrió en Rotherham, cerca de donde Ruzwana nació.

Se trataba de una investigación, por la cual cinco paquistaníes fueron apresados, que desveló que más de 1400 menores de edad fueron explotados sexualmente durante más de tres lustros.

Dado que sus padres eran oriundos de ese país y que ella había sufrido vejámenes similares, decidió dar la cara y compartir su experiencia, algo que provocó una gran conmoción por su rol como empresaria exitosa y por ser una cabeza visible de la comunidad musulmana en Inglaterra.

Ruzwana Bashir fue víctima de abusos sexuales durante su niñez.

“Cuando tenía 10 años, en Skipton (a solo 100 kilómetros de Rotherham), un vecino empezó a abusar sexualmente de mí. Paralizada por la vergüenza, preferí guardar silencio”, relató.

Fueron ocho años inmersa en el infierno, hasta que la propuesta para estudiar en Oxford le permitió salir de allí.

Lo más doloroso fue que cuando decidió hablar, la principal oposición la encontró en su familia, que temía ser aislada por una comunidad cerrada y conservadora.

“Estoy segura de que si siguiera viviendo en Skirton, rodeada por esas personas que me habrían culpado por lo que pasó o me tildarían de mentirosa, seguramente hubiera aceptado la solicitud de mi familia”, afirmó.

El hombre señalado por Ruzwana fue apresado luego de que otra mujer lo denunciara por hechos similares. La investigación de la Policía estableció que los abusos ocurrieron durante al menos 30 años.

Muchas de las víctimas, sin embargo, rehusaron testificar contra el agresor, por temor a ser estigmatizadas. Las que siguieron el camino de Ruzwana y hablaron han sido rechazadas por la comunidad.

“No es por la religión o la raza. Es porque existe una cultura en la que en este tipo de agresiones se culpa a las víctimas antes que al agresor”, explica.

Lo cierto es que la investigación, sumada a la denuncia de Ruzwana, desveló una aterradora realidad que padece la comunidad paquistaní.

El éxito de Peek.com, según Bashir, está en la calidad de su gente.

Desde entonces, al tiempo que continúa impulsando los sueños de miles de viajeros a través de su página web, Ruzwana Bashir ha devuelto el tiempo a sus épocas de juventud en la Universidad de Oxford y lidera una cruzada para que las autoridades tomen cartas en el asunto, principalmente en colegios y centros médicos.

“La forma más fácil de garantizar el triunfo del mal es que las buenas personas no hagan nada. No seamos esas personas”, clama.

Trabaja 16 horas diarias durante seis días a la semana y ocasionalmente se toma un par de días para “desconectarme completamente.

Es importante para mi creatividad y mi perspectiva”, asegura.

Sacrifica el lado social de su vida y se centra en su trabajo, consciente de que llegará el momento de invertir las prioridades. Lo que no cambiará es que Ruzwana Bashir siga brillando como empresaria y liderando a su comunidad como hija de inmigrantes asiáticos.

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