Uno de los mayores obstáculos que enfrenta un emprendedor es aquel miedo a equivocarse, a caer… A nadie le gusta errar, es cierto; a veces, levantarse es algo difícil, de eso no cabe duda.

Sin embargo, si tocara definir en pocas palabras nuestro curso en la vida seguramente las más acertadas serían “caer y levantarse, caer y volver a levantarse, y así sucesivamente”.

El temor al fracaso es verdaderamente pavoroso, como si uno quedara marcado para siempre por ese tropiezo, como si no hubiera más oportunidades, como si ese fuera el final del camino.

Por eso, para esta nueva entrega de Mírate en el espejo de… escogí a un personaje que cayó una y otra vez, y otra vez y una más, y siempre se levantó. “¿Qué significa realmente el fracaso? Fracaso es cuando dejas de luchar por lo que quieres”.

Hablo de Ma Yun (en mandarín) o Jack Ma, como lo conocemos en el mundo occidental, el segundo hombre más rico de China según Forbes y el cerebro detrás de Alibaba Group, el consorcio dedicado al comercio electrónico en internet que nació en 1999 para conectar a los comerciantes del país asiático con compradores del resto del planeta.

Hoy está valuado en 25 000 millones de dólares en Wall Street y su modelo es imitado por doquier.

Si alguien experimentó en carne propia aquello de fracasar o de ser rechazado cuando se presentó para un trabajo, ese fue Ma: en al menos 30 oportunidades regresó a casa con el rabo entre las piernas.

De origen humilde y voluntad de hierro, Ma nunca se rindió y ese, precisamente, fue su primer éxito: aunque fue un alumno del montón, con serias dificultades con las matemáticas, logró graduarse como profesor. Y ese fue el comienzo.

Había intentado ingresar a Harvard University, pero diez veces, ¡sí, diez veces!, la respuesta fue un NO rotundo y en mayúsculas. Hasta que la Hangzhou Normal University de su país le abrió las puertas para estudiar Letras Inglesas.

Con el cartón bajo el brazo, arrancó, entonces, una maratón increíble en la que contó con la inspiración de Forrest Gump, protagonista de su película favorita. Y como él, corrió, y corrió, y corrió hasta que alcanzó la meta.

“Hoy fue cruel, y mañana será más cruel. Pero, el día siguiente será hermoso”, fue la premisa que siguió y la que le permitió superar los escollos.

En 1995, la primera vez que viajó a Estados Unidos, intentó comprar por internet una cerveza Qingdao, su preferida, y no la encontró. Supo, entonces, que ahí había una oportunidad, y se dispuso a aprovecharla.

De regreso a casa, comenzó su primer negocio y ya nada, ni nadie, lo detuvo.

Por aquella época, el internet en China era algo exótico, ciertamente limitado, casi clandestino.

Su China Yellowpages es considerada la primera página web del gigante asiático y haberse atrevido a explorar un mercado virgen, pero de tamaño inconmensurable, le dio una gran ventaja.

Luego, en 1999, llegó el gran paso: fundó Alibaba, que pronto se convirtió en la vitrina de China ante el mundo. ¡Eureka!

Había comenzado el camino, pero no terminaban las dificultades. Veintitrés de los 24 amigos a los que quiso vincular a su proyecto lo tildaron de loco y le auguraron un rápido fracaso.

Solo uno lo animó, pero fue suficiente: “Si quieres hacerlo, debes intentarlo. Igual, si las cosas no salen como lo esperas, siempre puedes volver a lo que estás haciendo, y no pasa nada”, le dijo.

Ma, literalmente, lo consultó con la almohada y decidió echarse al agua. ¿Qué podía perder? “La experiencia es una forma de éxito”, se dijo, y arrancó.

Los tres primeros años fueron tan duros que estuvo cerca, muy cerca, de tener que declararse en quiebra porque sus dificultades, para colmo, coincidieron con la explosión de la burbuja de las puntocoms que provocó el cierre de cientos de empresas virtuales.

“Siempre tendrás una oportunidad de triunfar, si no te rindes. Darse por vencido es la mayor de las derrotas”, suele decir Ma. Y esa premisa, sustentada en su reconocida terquedad, fue la que lo llevó a superar los últimos escollos que encontró en el camino y, quién lo creyera, a alcanzar la cima.

Hoy, su empresa registra números más favorables que los de eBay y Amazon.com, sus competidores, combinados. ¡Un verdadero milagro de los negocios!

El resto de la historia, digna de una fábula, es conocida: a pesar de su formación bajo los preceptos del marxismo, hoy es un modelo del mundo capitalista. Lee y escribe relatos de ciencia ficción, juega al póker y practica meditación y taichí.

Aunque posee un avión privado de 50 millones de dólares, su vida puede considerarse ‘austera’, ‘normal’, y es un CEO poco convencional que es muy cercano a sus 25 000 empleados, con los que conformó un equipo ganador.

Para terminar, te comparto el plan de vida de Jack Ma entre los 20 y los 60 años, que no solo puede servirte como guía, sino también como inspiración.

Recuerda que él nunca se dejó vencer por el miedo o las incontables oportunidades, que superó la incredulidad de sus amigos y la falta de apoyo y que se repuso al golpe que significa ser rechazado una y otra vez en el cruel mundo laboral. Si él pudo, seguro tú también puedes:

– Antes de los 20 años
“Aprende y adquiere experiencias”.

– Antes de los 30 años
“Sigue a un líder, consigue un mentor. Intenta estar junto a alguien del que puedas aprender. Trabaja en una empresa pequeña en la que seas visible, porque en una grande solo serás una pieza del gigantesco engranaje, y poco o nada aprenderás. Esta es la etapa para aprender; hazlo con pasión y disciplina”.

– Entre los 30 y los 40 años
“Enfócate en lo que sabes hacer, aquello en lo que eres un experto. Invierte tu tiempo y tus esfuerzos en ser mejor cada día en eso, en lo que ya eres bueno. Ya no es tiempo de experimentar, de probar con cosas que no sabes si van a funcionar”.

– Entre los 50 y los 60 años
“Han cambiado tus prioridades: trabaja para gente menor que tú, que tiene más energías, que puede hacerlo mejor que tú. Confía en ellos, invierte en ellos y verás que los resultados son satisfactorios”.

– A partir de los 60 años
“Llegó la hora de disfrutar: vete a la playa, gózate el sol. Si lo que hiciste, lo hiciste bien, es hora de disfrutar. Es muy tarde para intentar cambiar”.

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